Martín Hernández ha sido Nominado en dos ocasiones al premio Oscar, la primera por la película Birdman, la segunda lo consiguió por The Revenant.
También fue Nominado al premio Bafta por El Laberinto del Fauno y ganó el Ariel por la película Amores Perros.
Su trayectoria como Artista de Sonido, así con mayúsculas, le vale hoy ser reconocido en todo el planeta porque en cada una de las producciones es capaz de hacer una banda sonora que lleva su firma: siempre poderosa, impecable, llena de detalles que generan experiencias de vida en la sala.
Nunca en México un artista dedicado a la mezcla de sonido en la industria audiovisual había logrado tanta buena fama, sorprendente su capacidad para provocar emociones que potencian las historias.
Llegó al cine por invitación y así se mantiene, participa en producciones cada vez que lo invitan. Ahora ya tiene una fila de peticiones. Sabe que siempre es un invitado de honor en el mundo de las películas.
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Entrevisté a Martín Hernández en Astro Estudio, que es el mejor estudio de sonido de América Latina, lo fundó y dirige el productor y director Juan García.
Ahí en Astro Estudio vi trabajar a Martín Hernández para una película ecuatoriana: de pie, en la enorme sala (del tamaño de un cine), escucha una y otra vez cada mezcla y al tiempo lanza comentarios, sugerencias, peticiones. Jaime Backsht lo escucha atento, el encierro en la sala oscura permite que el reducido equipo dedicado a armar la banda sonora concentre al máximo su sensibilidad.
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Yo afirmo que el sonido de una película se escucha con la piel, cuando no es así significa que algo le falta a esa experiencia sonora que no llega a tocar el cuerpo. Bajo esta premisa de percepción, el lector puede ver o volver a ver películas como Amores Perros, El Laberinto del Fauno, Birdman o The Revenant y comprobar lo que digo. Por eso Martín Hernández tiene la fama mayor conquistada. Su sonido es poder.
Me dice que no podría "cocinar" el sonido en una sala pequeña. Y es que en la gran sala de mezcla sus oídos trabajan como Artista de Sonido y también como los del público que verá la película. No hay espacio para la falla o la ausencia de sentimientos.
En la enorme sala oscura se oye todo, cuando se cuela una distracción quiere decir que algo falta o sobra en la mezcla, y entonces hay que trabajar más duro para buscar el detalle y el equilibrio.
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En el gran estudio, Martín Hernández está de pie,se comporta como un director de orquesta sinfónica. Mira cada secuencia y da el visto bueno para colocar cada capa a la banda sonora. Entiendo la complejidad de su trabajo cuando me revela un secreto: no en pocas ocasiones también ponemos capas de sonido en los diálogos, una encima de la otra, en el mismo diálogo. Entonces se da un dramatismo mayor.
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Martín Hernández recibió la Distinción de Oro de la Revista TelemundoCine / RevistaPantalla.com y la Expo Cine Video Televisión, Ciudad Pantalla.
El reconocimiento a Martín Hernández, Artista Sonoro, dice a la letra:
Por enaltecer el sonido
de las producciones audiovisuales
al realizarlo siempre de forma artística.
Convierte el audio de cada producción
en una experiencia única y profunda,
un abanico de emociones y sentimientos
que sin una palabra
explican la historia tocando
la piel del espectador.
Sus creaciones sonoras
se meten en las entrañas del público.
Su sonido puede hacer cimbrar hasta los huesos,
tensar como si fuera una barra de acero
al cuerpo entero
y también en la siguiente secuencia
obligar al gozo extraordinario,
a la dulzura, al asombro
o al amor.
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José Antonio Fernández: ¿Cuál es la primera tarea a realizar para crear la banda sonora de una película?
Martín Hernández: El primer paso, es que para llegar a la sala de mezcla del sonido necesitas tener el trabajo muy bien preparado.
A la sala de mezcla de sonido no se viene a corregir o a crear desde cero la banda sonora de una película. Lo que sí es verdad, es que con las nuevas soluciones de la tecnología digital, ya en la sala los equipos te permiten hacer propuestas en las que quizá no habías pensado.
El punto más importante es que en la sala de sonido se trata de disfrutar el trabajo y descubrir la forma de seguir desarrollándolo.
El director de la película es quien tiene la última palabra. Nosotros le hacemos sugerencias. Cada director trabaja diferente, cada proyecto es distinto.
Para mí el diseño sonoro de un largometraje es pensar en el sonido como algo global, y también se trata de darle a las partes un peso específico para que la mezcla tenga ese tono dramático buscado.
No me gusta hacer premezclas, en tanto quiero que mi única perspectiva de la banda sonora sea una sala de mezcla de sonido como la de Astro Estudio, que tiene la dimensión y la forma de una sala de cine, incluyendo la pantalla de gran tamaño.
Hay que cuidar que el sonido viaje. Te lo explico así: haciendo la analogía con el cocinero, no se debe preparar un platillo metiendo todo de golpe al horno de microondas. Hay ingredientes que deben cocinarse por separado para que la mezcla obtenga el mejor sabor. Eso significa que el tiempo de cocinado te puede llevar cuarenta y cinco minutos, no diez.
José Antonio Fernández: A diferencia de la imagen, yo percibo que el sonido se mete a las entrañas. Es poderosísimo, un golpe de audio hace temblar.
Martín Hernández:Sin la menor duda la resonancia es física, por eso se consigue esa reacción tan fuerte.
Cuando hacemos la mezcla de sonido también debemos pensar que la producción se exhibirá en distintos medios. La mezcla de una película para un avión es distinta a la que se puede vivir dentro de una sala o viendo televisión.
Normalmente mezclamos 7.1, que es una mezcla cerrada, mucho más completa. Luego realizamos otra en 5.1. También trabajamos nuevas técnicas.
Y debo decirte algo muy importante: la tarea de postproducción en una película, como todo en el cine, se hace en equipo. Yo necesito sumar a profesionales para que se integren con el proyecto, como un buen editor de diálogos, otro buen editor de efectos y otro más de ambientes. Un muy buen mixer. Y todos necesitan sentir que van en una buena dirección, que hay un cauce por el que todo fluye. Claro, la dirección mayor es del director de la película.
José Antonio Fernández: ¿Cómo resolver el tono dramático que debe identificar a un largometraje como un todo?
Martín Hernández:Me parece que más que resolverlo, lo estamos escuchando todo el tiempo.
Yo confío mucho en el mixer (el mezclador de audio) cuando llego a la sala. Ahora, por ejemplo, con Jaime Backsht observo cuáles son sus primeras reacciones para una película en la que yo he venido trabajando desde hace meses. Me orienta saber cuáles son sus propuestas y comentarios.
No creo que sea muy sano ser el editor, el que lo piensa y lo mezcla. Y si lo haces en tu casa, pues seguramente le vas a entregar algo al director que difícilmente cumplirá con la expectativa.
Hay que trabajar y escuchar lo que sucede cada vez que colocas una capa o la quitas, en este oficio solo dejas de tocar la mezcla hasta que se toma la decisión de hacer el master final.
José Antonio Fernández: ¿Cuándo se da el momento más difícil en la sala de mezcla de sonido?
Martín Hernández: Sucede cuando te das cuenta que no llegaste lo suficientemente preparado a la sala.
Como cada film es distinto, requieres de soluciones diferentes, significa que las exigencias de cada película son propias de cada largometraje.
Consigues el círculo positivo cuando llegas preparado, de no ser así es muy fácil que el equipo perciba la falta de preparación, sin duda el director se dará cuenta y entonces todo se puede complicar al máximo. Hasta el desastre.
Al inicio de la entrevista hiciste la comparación entre la cocina de un restaurante y la sala de mezcla de audio, imagina que un cocinero necesita harina para preparar un platillo y no la tiene. Eso simple y sencillamente echa a perder todo en la cocina, imposible preparar la receta solicitada.
Hay que tomar en cuenta que si bien el proceso de mezcla de sonido es muy creativo, también se trata de un proceso muy estructurado. Es importante que el director sienta que en la sala de mezcla de sonidohay control, que las sesiones son de trabajo efectivo.
Considera que los procesos del cine están diseñados de forma industrial, permiten que en Hollywood se produzca película tras película.
José Antonio Fernández: ¿Cuántas horas has estado junto a una consola de audio?
¿Tienes una relación de amor con la consola?
Martín Hernández: Cuando era un preadolescente, con un amigo poníamos luz y sonido en las fiestas. Me fascinó desde entonces la posibilidad de juntar dos sonidos. Es lo que hacemos los montadiscos, el término se acuñó en la radio, el disc jockey. Hoy no deja de ser lo mismo, la diferencia es que ahora puedes mezclar un mayor número de sonidos.De lo que se trata es ver qué ecuación nueva surge al hacer una mezcla distinta.
Yo me di cuenta que me gustaba el sonido porque en mi memoria los recuerdos siempre tienen como referencia cuestiones de audio.
No soy músico y creo que por no serlo encaucé mi gusto por la música con la tecnología. Por mucho tiempo me evadí de la realidad leyendo revistas de audio que hablaban de equipos que estaban
totalmente fuera de mi alcance económico. Pensé que jamás podría trabajar con ellos, ya no digas comprarlos.
Me embelesaba ver esos equipos, desde luego estoy hablando de una relación de amor que con el tiempo se volvió un trabajo para mí, aunque al hacerlo no pienso que es un trabajo porque me gusta muchísmo.
José Antonio Fernández: Guardas, desde sus tiempos en la radio, una muy buena relación con Alejandro González Iñárritu. Van trabajando en mancuerna.
Dejaron la radio cuando estaban en la cumbre, luego fueron a la televisión para después llegar al cine, en donde también viven en la cima desde hace mucho.
Te pregunto: ¿cómo se les da esta dinámica de abandonar la radio cuando estaban en la cúspidey después dedicarse a realizar películas en las que cumplen máximas expectativas?
Ambos se subieron a un transporte mágico que pasea por las cumbres de forma cotidiana.
Martín Hernández:Lo veo así: todos los días tienes que volver a comenzar porque cada proyecto es nuevo, puede parecerse al anterior pero al fin de cuentas es distinto.
Desde luego no puedes echar por la borda la experiencia que ya tienes e ignorar los aprendizajes.
Creo que la única manera en que puedo contestar es en primera persona del plural y en gerundio: lo hicimos, y como dice Jaime Backsht, hay que seguir remando. Trabajas, trabajando. No hay una seguridad ni alguna garantía de que llegarás.
José Antonio Fernández: La película Amores Perros provocó un cambio en toda una generación, no solo en México sino en el mundo.
Cuando la estaban haciendo, ¿viste en algún momento ese extraordinario poder que traía el largometraje?
Martín Hernández:Desde luego vi que había una gran película, pero siendo sincero en ningún momento percibí con anticipación lo que sucedería con ella.
Por lo que toca al sonido, que es la parte que me correspondió, cuando la estábamos haciendo era una total tragedia. Nada salía bien. El resultado inicial fue una catástrofe. Confieso que estuve a punto de echar a perder la primera película de mi amigo Alejandro González Iñárritu.
Afortunadamente, en una cuantas semanas descubrimosa dónde queríamos llegar.
Gran parte del problema que se nos vino encima fue por nuestra ingenuidad e ignorancia de los procesos, pero esa misma ingenuidad e ignorancia es la que nos permitió explorar y crear una estética para un largometraje tan particular.
Cuando todos entramos en la nueva sinergia se volvió un círculo muy afortunado, positivo. Todo lo bueno del sonido en Amores Perros sucedió en las últimas dos semanas. Y para ser franco, hoy veo la película y me doy cuenta que el sonido se arregló más o menos. Sin duda es una gran película, pero pienso que el trabajo de audio es una tragedia, te lo digo tal cual sin ninguna compasión.
José Antonio Fernández: Comúnmente los artistas de sonido son poco conocidos, no es tu caso.
¿Cómo te sientes hoy al tener tanta fama como Artista de Sonido, al ser tan valorado? Eres protagonista.
Y observo que en todo momento lo eres respetando al director de la película.
Martín Hernández: Te agradezco el comentario, pero no es algo en lo que piense porque puede ser un camino que te lleve fácilmente al engaño y la frustración.
El verdadero y único reconocimiento en este caso es que un director te vuelva a llamar para hacer una película o te llame por primera vez. Eso es lo único que puedes controlar porque va de por medio tu trabajo, todos los días debo convencer al director de que lo que estamos haciendo va por buen camino.
Te puedo decir que el nivel de exposición mediático no lo puedes llamar y tampoco esperar. Pero lo que está en mi rango de control, que es mi trabajo, siempre busco que salga muy bien.
José Antonio Fernández: ¿Cómo es que el equipo de Alejandro González Iñárritu, al que tú perteneces en primer plano, puede ligar golpe tras golpe, película relevante tras película relevante?
Martín Hernández:Alejandro hace muy buenas películas, es su culpa.
Somos resilientes, regresamos a nuestra forma original después de vivir tiempos de tremenda tensión y dolor. Además debo decirte que como verdadero profesional no hay nadie que me gane contra mí mismo.
Es bueno enfadarse y decir: "qué malo soy y qué mal quedó". O preguntarte: "si a mí me gusta tal o cual y así no me queda, ¿qué no estoy haciendo bien?" Para que regreses a la forma original es necesario que te estiren y apachurren.
Y cuando regresas a esa forma original debes pensar cuál fue tu aprendizaje en esos duros momentos que viviste dentro de la olla de presión.
Hay lugares de trabajo más sencillos que dedicarse a esto del cine, creo que nuestra profesión tiene mucho de sadomasoquismo.
José Antonio Fernández: ¿Qué tanto la olla de presión lleva a tener fricciones en el proceso creativo con otros profesionales?
Martín Hernández: Se llegan a dar y a veces no se resarce el daño.
En esto trabajamos de forma subjetiva y en ocasiones muy visceral, hasta tremendamente visceral
La Revista TelemundoCine / RevistaPantalla.com
y Artec entregaron Mención Especial a la Creatividad
a Martín Hernández, en la Expo Cine Video Televisión, Ciudad Pantalla.
La Mención Especial dice a la letra: ·
Celebramos tu altísimo nivel profesional
como Artista de Sonido
y tu compromiso extraordinario
por llevar la tecnología más allá de sus límites.
Tu creación sonora provoca que los sentidos
y la sensibilidad de los espectadores se despierten
y conozcan territorios fascinantes
que también van más allá de los límites conocidos
por los sentimientos
y las emociones de cada persona,
son experiencias que marcan al público,
momentos de pasión total entre la audiencia
y la pantalla ·