Alfonso Arau recibe el premio Mayahuel de Plata en el Festival de Cine en Guadalajara, en donde también presentó su autobiografía, en la que colaboró de forma especial Armando Casas, también director, quien le dio forma y encontró distintos hilos conductores para editar la publicación.
·
Alfonso Arau es un artista fuera de serie: actor, bailarín, escritor, productor y director, también financiero y mercadólogo y publicista, conquistó a Hollywood para siempre con la película Como agua para chocolate, film de culto para los norteamericanos que aún hoy sigue produciendo regalías. Da vida a cineclubs.
·
Después de Como agua para chocolate, Arau realizó Un paseo por las nubes, hermosa cinta con la que se confirmó como un director que sabe responder a las expectativas de Hollywood.
·
En la presentación de su libro en el Festival de Cine en Guadalajara, Arau contó que sin que él se diera cuenta, el director Sam Peckinpah lo había adoptado como alumno. Un día Peckinpah le preguntó su opinión sobre los clichés. Arau contestó que no le gustaban, que había que huir de los clichés. Peckinpah le respondió que estaba equivocado, que él adoraba los clichés. Le explico, con ese buen tono con que un profesor regala conocimientos a su pupilo: "mira, el cliché es una buena vía porque el público de inmediato identifica de lo que se trata. Las películas no son otra cosa que una colección de clichés. En todos los largometrajes hay una escena de cama, un nacimiento, un funeral, una boda, una persecución en carro o a caballo, todas son clichés".
Agrega Arau: luego de escuchar su respuesta me quedé confundido, y le pregunté: ¿entonces qué debemos hacer? Me respondió: "debes adoptar y amar el cliché y al mismo tempo trabajar en contra de él. La labor esencial del cine es tomar el cliché y hacerlo de una manera que nadie lo haya hecho antes y nadie lo haya visto así antes".
·
Arau seleccionó a Emmanuel Lubezki para que fuera su fotógrafo en las películas Como agua para chocolate y Un paseo por las nubes, ambas son ricas de imágenes sorprendentes por su belleza.
·
Considero que Alfonso Arau siempre ha sido un poeta y un caricaturista del cine. Sus largometrajes se mueven entre la poesía y la caricatura, cuando se recarga más en la poesía es cuando enamora. Con la caricatura ejerce de crítico, siempre le sirve para retratar a México de pies a cabeza sin piedad
José Antonio Fernández: La poesía siempre está en el cine de Alfonso Arau.
¿Estoy equivocado?
Alfonso Arau: No hay equivocación, justo así es. La poesía siempre está en mis películas.
José Antonio Fernández: ¿En qué o en quién se inspira Arau para llevar la poesía a sus películas?
Alfonso Arau: Para mí, la poesía es la mancuerna del humor.
El humor y la poesía tiene una característica única: mientras más subversivas son mejores.Ahí es donde empatan, y las imágenes del cine le abren la puerta grande a la poesía.
El cine se lleva muy bien con la poesía y sin duda con el humor. Están hechos el uno para el otro.
La sala de cine está hecha para producir imágenes poéticas, bellas a más no poder.
José Antonio Fernández: Siempre encuentro dulzura en las películas de Arau, en algunas es una dulzura extraordinaria como en Como agua para chocolate o Un paseo por las nubes. ¿Por qué esa dulzura?
Alfonso Arau: Yo tengo una reverencia por el amor, es lo único que realmente mueve al mundo.
José Antonio Fernández: El amor por México lo ha mostrado en varias películas, también la crítica dura.
¿Sigue teniendo Arau amor por México?
Alfonso Arau: Por supuesto y muchísmo.
El nacionalismo a mí no se me ha quitado ni lo voy a perder, es parte de mi vida, de mi historia personal.
Soy nacionalista, quiero a México, celebro cuando algo pasa para bien y sin duda me duele y protesto cuando suceden acontecimientos terribles.
México es muy importante en mi vida, admiró mucho nuestra cultura. Es uno de los países más hermosos y profundos del planeta, por eso es que siempre quiero hacer cine mexicano.
José Antonio Fernández: ¿Hacer cine en México?
Alfonso Arau: Por supuesto, he hecho cine sobre México y lo seguiré haciendo siempre.
La historia que empiezo a filmar en tres meses es sobre José Hernández, un mexicano superdotado, hijo de mojados, de migrantes que cruzaron la frontera sin papeles, que logró convertirse en el primer astronauta mexicano.
Es una historia que le dará mucho orgullo a quien la vea.
José Antonio Fernández: ¿Qué significa para Arau sentirse tan querido y admirado en Estados Unidos, en Hollywood en lo particular, desde el estreno de la película Como agua para chocolate?
Alfonso Arau: Sin la menor duda me ha dado seguridad y mucha sabiduría, sobre todo en el aspecto industrial del cine.
Me ha obligado a comprendersus procesos y su industria, a la que de una u otra forma pertenezco ya desde hace mucho tiempo.
Comprender lo que es la mercadotecnia y las formasde financiamiento, factores que son indispensables para producir cine en la unión Americana.
Además, en Hollywood también he aprendido a ser un político y un diplomático, porque Hollywood es como un país. Considera que el presupuesto de Hollywood es equivalente al presupuesto nacional de Costa Rica, es algo que no puedes perder de vista nunca.
José Antonio Fernández: ¿Qué siempre debe hacer un director de cine cuando le proponen hacer una película?
Alfonso Arau: Luchar por sus sueños. Para mí en esta vida todos son sueños para lograr sus objetivos.
Uno vive si tiene sueños. Lo que no debe hacer un director es intimidarse, temer