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Elucubraciones |
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Editorial publicado en la Revista Telemundo el 14 de agosto 2009 |
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Las elecciones del 2000 para acá en México han dejado una gran pregunta que los especialistas aún no alcanzan a responder y que los ha llevado a construir cualquier cantidad de teorías al respecto.
Como los especialistas en la materia no han dado con la respuesta precisa, me atrevo a dar mi propia teoría, como lo hice antes con la crisis económica de los Estados Unidos (ver Revista Telemundo núm 105).
Aquí van mis elucubraciones que pretenden dar respuesta a la pregunta misteriosa: ¿por qué muchos mexicanos pueden votar en una elección igual por el PRI, que por el PAN, el PRD, el Partido Verde, el PT, Convergencia, PSD o por el partido Nueva Alianza?:
Primera Elucubración: Así como millones de mexicanos todavía no se atreven a decir públicamente que ven televisión a diario, aunque sí la ven todos los días (lo que está comprobado; sabemos que les gustan mucho las telenovelas, el fútbol, algunas series y las noticias), así también son millones los mexicanos que no se atreven a decir que les gusta la democracia... y que les gusta jugar con ella. Y digo jugar según anota el Diccionario de la Lengua en su acepción número Ocho: “poner en movimiento una máquina para el objeto al que está destinada”. Empezamos a interactuar.
Segunda Elucubración: Son muchos los mexicanos también que no se atreven a decir que estamos aprendiendo a entender cómo funciona la democracia y para qué sirve. Y muchos de esos que no se atreven a decirlo son especialistas, columnistas, periodistas, artistas, criminales y, por supuesto, políticos, mismos que se han encargado de confundir a los electores más de lo que muchos ya están. Hoy todos sabemos que en esto es necesario conversar más y a fondo.
Tercera Elucubración: En ese proceso de aprendizaje democrático, los votantes requieren perderle el miedo a votar y eso apenas está sucediendo. En muchas reuniones he escuchado decir a gente la siguiente frase: yo sólo voto por tal partido, por nadie más. Lo dicen como si fuera una gran idea su propuesta, cuando justo es una idea que va en contra de la democracia misma. Votan por dogma y se sienten muy listos, lo que refleja su falta de cultura democrática.
Cuarta Elucubración: A los mexicanos ya nos gustó esto de la democracia, mucho más de lo que nos atrevemos a reconocer. Nos gustó el poder decidir, en soledad, a quién darle el voto. Nos gusta el merequetengue que se arma en las votaciones y saber que en alguna medida colaboramos para que el lío exista y el rumbo del país cambie o siga.
Quinta Elucubración: Nos gusta que los políticos no la tengan segura, cuando antes la tenían hecha antes de que llegara el día de la votación. Y es que nos sigue disgustando la actitud prepotente de muchos políticos.
Sexta Elucubración: Votar se ha vuelto algo importante para los mexicanos. Dos pistas: en una elección intermedia, la de este 2009, fueron a las urnas el 44.4 por ciento de los votantes posibles y no hubo mayores disturbios. Estos dos datos dejan bien parada a la democracia mexicana.
Séptima Elucubración: A los mexicanos ya nos gustó tener varios partidos para votar por ellos, aunque en los medios se diga que ¡ya basta de tantos partidos! El tener varios partidos ha puesto a prueba las reglas de la democracia mexicana y la ha hecho muy nuestra, con todo y los pecadotes que lleva consigo. Esos partidos retratan a nuestra sociedad: somos diversos. Sólo basta ver tipos, rostros, corpulencias y estaturas de nuestros principales políticos de los últimos años para darnos cuenta de nuestra diversidad: Cuauhtémoc Cárdenas, Carlos Salinas de Gortari, Vicente Fox, Andrés Manuel López Obrador, Santiago Creel, Marcelo Ebrard, Ernesto Zedillo, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Octava Elucubración: Son pocos los ultras mexicanos. Los mexicanos somos de centro, siempre lo hemos sido porque somos diversos. Retrata lo que digo los ricos tacos que nos preparamos: les ponemos un poco de todo. Igual son nuestras tortas y nuestros tamales, que son de chile, de dulce y de manteca. Los colores de los pueblos de México...
Novena y Última Elucubración: Cuando el voto no es secreto y se compra o se presiona o se vende, las ocho elucubraciones anteriores sencillamente no operan. Cuando funcionan las 8, la televisión es clave (J.A.F.)
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