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Acelera |
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Editorial publicado en la Revista Telemundo el 20 de diciembre 2021 |
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Por José Antonio Fernández Fernández
Hace ya algunos años publiqué un editorial en este espacio, en un momento en el que una de tantas crisis azotaba a la sociedad mexicana, que titulé: Acelerar.
En ese entonces, hice referencia a Emerson Fittipaldi, gran piloto brasileño de Fórmula Uno. En una entrevista habría respondido a una pregunta muy intencionada de un reportero: "¿por qué gana usted tantas carreras?" Respondió: "porque cuando lo demás frenan, yo acelero".
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El método de Fittipaldi suena muy atractivo de inmediato, hace recordar la actitud que tienen los grandes goleadores de fútbol en el área chica con un margen de maniobra mínimo, su estrategia permanente es acelerar antes que los defensas y ganar el espacio para golpear la pelota justo a tiempo y colocarla al fondo de la portería rival. El goleador siempre quiere escuchar que el estadio grite: ¡gooooooooool!
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Pero eso de ganarle a los defensas y de acelerar, tiene su ciencia. Uno de cada veinte pilotos gana cada carrera de F1, solo hay un ganador. Y en el futbol, el máximo goleador mexicano Hugo Sánchez tiene un promedio histórico de 0.58 goles por partido.
En el beisbol los bateadores con más alto promedio batean arriba de 400, significa que de cada diez veces al bat conectan en 4 ocasiones de hit, eso los hace ser las grandes estrellas. Sus compañeros de equipo dan de hit en promedio 2 ó hasta 3 veces de cada diez turnos al bat. Es la inmensa mayoría de los beisbolistas.
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Suena bien cuando escuchamos a Fittipaldi que nos dice: "yo acelero, cuando los demás frenan". Su lección es invaluable.
También los futbolistas tiene su buena frase que no falla: "debo pensar ya en el siguiente partido", la dicen cuando ganan y también cuando pierden, saben que no es buena idea distraerse en lo que no consiguieron.
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Jugando un momento al adivino, quiero imaginar que estoy frente a Fittipaldi, y que fue a mí a quien le respondió su frase: "yo acelero, cuando los demás frenan". Su respuesta me hace reflexionar y entonces le planteo una siguiente pregunta: "¿es igual decir acelero, que me acelero?". En la entrevista imaginaria, Fittipladi me responde con esa alegría brasileña inconfundible: "no, no lo es. Te explico: cuando digo acelero es que incremento la velocidad de mi auto Fórmula Uno, pero vigilo todo lo que sucede a mi paso, acelero mi automóvil. En cambio, si yo te dijera que me acelero, entonces me estoy refiriendo a mí mismo, a lo que pasa dentro de mis entrañas, en mi corazón, en mi mente. Cuando yo me acelero entro en un momento de adrenalina de gran intensidad, puedo ser hasta como una fiera que muestra toda su fuerza. Alguna vez me he acelerado porque las cosas no me han salido bien, pero descubrí que eso no es un buen camino. Recuerdo que el tenista Roger Federer contó en una entrevista: es cierto, en mis inicios yo me aceleraba en la cancha y me enojaba fácilmente, no me resultó algo bueno, perdía la concentración. Un buen día dejé atrás ese "me acelero", entonces empecé a disfrutar ser tenista y también a ganar partidos (J.A.F.)
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