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El Santo |
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Editorial publicado en la Revista Telemundo el 13 de abril 2016 |
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Por José Antonio Fernández Fernández
La primera escena de la película El Santo contra Los marcianos narra el momento en el que se interrumpe una transmisión de televisión para que los marcianos presenten un mensaje a los terrícolas. El largometraje, dirigido por Alfredo B. Crevenna se filmó en 1966. El guión es de Rafael García Travesí y el productor Alfonso Rosas Priego.
Además de la extraordinaria creatividad cinematográfica de toda la cinta, razón por la que ha sido estudiada incluso en Europa y Estados Unidos y debiera ser película obligada para los estudiantes de Comunicación y escuela de cine en México, es sorprendente la vigencia que tiene el discurso del marciano, interpretado por Wolf Rovinski. A manera de crestomatía lo reproduzco aquí, inicia en el minuto 4 de la cinta. Su actualidad asombra:
Discurso inicial del marciano en la película El Santo contra Los marcianos
“Lo que vosotros estáis viendo en vuestras pantalla no es irreal, es una realidad. Tampoco somos actores que estamos representando un teledrama de terror. La que ustedes ven, es nuestra verdadera apariencia.
Somos habitantes del planeta que vosotros llamáis Marte. Sirviéndonos de nuestros adelantos científicos que superan los de ustedes por más de 5 siglos terrestres, hemos interceptado todos los televisores del mundo. Vuestros radares de los que estáis tan orgullosos, fueron impotentes para detectar nuestra llegada a la tierra.
Pero vosotros los terrícolas, en lugar de utilizar vuestros adelantos científicos en provecho de la humanidad, los empleáis para vuestra propia destrucción.
Mientras luchábais con armas elementales, vosotros mismos érais las únicas víctimas de su ambición y egoísmo. Pero con el descubrimiento de la energía nuclear y debido a vuestros locos experimentos con la bomba atómica, estáis a punto de trastornar el sistema planetario. Pero antes de que esto suceda queremos advertiros que estamos dispuestos a desintegrar a todos los habitantes del planeta Tierra.
Y conocedores del carácter de los terrícolas, sabemos de antemano que váis a dudar de nuestro mensaje y que no tomaréis en serio nuestra advertencia.
Por lo tanto, a través de uno de vuestros países, México, nos veremos obligados a daros una tremenda prueba de nuestra determinación y poderío, pues poseemos armas con una potencia 100 veces superior a las vuestras.
He aquí nuestra advertencia: todos los gobiernos de la Tierra deberán aceptar el desarme total. Eliminarán fronteras, unificarán su idioma y establecerán un gobierno mundial que sin diferencias de razas y credos fomenten la fraternidad entre los terrícolas renunciando para siempre a las guerras. De otra manera, nos veremos en la necesidad de aniquilarlos”.
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No cuento más de la película para que quienes no la han visto se animen a echarle un vistazo. Se sorprenderán en forma y fondo. Por eso El Santo es una leyenda del cine, no solo en México.
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Y sobre el discurso del marciano, si consideramos que la película se hizo con el afán de divertir y emocionar al público con una cinta de aventuras, también es claro que guionista, productor y director aprovecharon al máximo la historia para sembrar un mensaje dando un regaño fuerte a los espectadores.
La pregunta es: ¿el público que ve la cinta o lee el discurso del marciano, se dará por enterado? ¿Cuántos espectadores sí pensarán que son responsables de lo que sucede al planeta? Hay uno que quiere ser rey universal.
Como en ese 1966, el mundo requiere hoy de El Santo. La película sería: El Santo contra Trump (J.A.F)
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