Luis Felipe Ybarra es el escritor de las telenovelas Preso Número Uno, también de Mirada de mujer, el regreso, El verano del 68, Lucho en familia y Amorcito Corazón, entre otras. Escribió cerca de 200 capitulos de la serie Lo que callamos las mujeres, la de mayor rating de TV Azteca por años. También de El Señor de los Cielos y episodios de Mujeres Asesinas. En su trabajo como escritor de series y telenovelas, lo guía una frase: el trabajo no está terminado cuando nada le falta, sino cuando nada le sobra.
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José Antonio Fernández: Pienso que el guionista de series, telenovelas y películas tiene también la responsabilidad de ser un educador. ¿Estás de acuerdo? Luis Felipe Ybarra: Mi primera reacción a tu pregunta podría haber sido: no es para tanto. Te puedo decir que no me siento un educador, sin embargo es innegable que los escritores de series y telenovelas sí tenemos una responsabilidad. Hay cosas que decimos o que dicen nuestros personajes que efectivamente tienen la posibilidad de llegarle incluso a una gran audiencia, eso es importante de considerar. Cuando estrenamos en TV Azteca, con mi querida Elisa Salinas, la telenovela Mirada de mujer, el regreso, tuvimos 26 puntos de rating, que era muchísimo público (aproximadamente 26 millones de espectadores). Saber que alguien va a seguir tus historias conlleva una responsabilidad, con esa responsabilidad debemos escribir. No se trata de escribir para mi satisfacción personal, mi mayor anhelo como escritor es que se escuchen mis historias, que las vea el mayor número de espectadores. El escritor tiene la obligación de investigar, de no decir cosas que no son. La ficción es inventar personajes y situaciones para contar una historia, pero hay un límite.
José Antonio Fernández: ¿Crees que las telenovelas mexicanas han ayudado a que la sociedad mexicana haya avanzado a mayor velocidad para tener una apertura en temas como el aborto, la planificación familiar y la eutanasia? Luis Felipe Ybarra: Creo que si las telenovelas no ayudaron, entonces fallamos. Pienso que sí lo hizo en gran medida. El tema de la mujer ha sido fundamental para las historias de televisión, siempre son claves para dar potencia a las narraciones, incluso cuando el protagonista sea un hombre, es el caso de mi telenovela El Preso Número Uno. Yo escribí cerca de 200 capítulos de Lo que callamos las mujeres, en cada episodio busqué ponerme en los zapatos de las mujeres para llevar a la pantalla sus sufrimientos, luchas y triunfos. Tocamos prácticamente todos los temas, por más escabrosos que fueran. Una vez le preguntaron al grandísimo Fernando Del Paso cómo había escrito Noticias del Imperio, respondió: las partes de Maximiliano las escribí como loco y las partes de Carlota las escribí como loca. Lo dijo muy claro, con un sutil sentido del humor: los escritores tenemos que adentrarnos en nuestros personajes para entenderlos y que actúen de acuerdo a lo que están viviendo. Por supuesto que se dan situaciones extremas y entonces hay que investigar bien para escribir de forma verosímil.
José Antonio Fernández: ¿Cómo has hecho tus investigaciones para escribir tantos capítulos de personajes mujeres? Luis Felipe Ibarra: Para contar bien lo que los personajes quieren decir, también hay que crear la forma, el cómo lo dicen es parte de la esencia de los personajes. Soy un observador de mi entorno, del cómo hablan las mujeres de mi entorno cercano, de mi propia familia, de todas las edades, de mi esposa. La figura de mi madre ha sido fundamental en mi vida, yo quedé huérfano de padre a los 13 años. La vida de mi madre es toda una telenovela, me he atrevido a tomar algunos pasajes para incluirlos en mis guiones. Por supuesto, sería fantástico convertir su vida en una telenovela, tiene todo para serlo. Vivió una situación muy complicada porque al nacer fue abandonada por su madre. La criaron su abuela y sus tías, hermanas de su padre
EDITAR DESDE EL GUIÓN Más respuestas de Luis Felipe Ybarra: • Las telenovelas se pueden alargar, sin duda. En mi caso, cuando me sucedió, lo que hice fue armar una trama de alargamiento sin que alterara el final de la historia. Hice telenovelas de 70 a 120 capítulos, no más. • Me da mucho gusto que menciones al señor Carlos Velo, trabajé muchos años con él. Diseccionaba la historia y te la podía juzgar extendiendo en una mesa papelitos de colores, así marcaba el guión. El amarillo era el protagonista, el rojo la protagonista, el azul era exterior y el verde interior… Me decía: si ves que el amarillo o el rojo dominan, es que algo está mal. Lo que también importa en una historia es el balance. • Carlos Velo me enseñó a editar desde el guión, sé dónde hay que cortar, en qué momento exacto. Nos decía: “muchachitos cabrones, son muy buenos para poner, pero muy malos para quitar”. • Otra de las frases de Carlos Velo: el buen trabajo está terminado, no cuando nada le falta, sino cuando nada le sobra. • García Márquez decía: hay que saber escribir con las dos puntas del lápiz, también con la goma. • En una historia de 60 a 100 capítulos, yo procuro manejarme con 10 ó 12 personajes, puedo incluir hasta 20. De esos 10 ó 12, hay 4 ó 5 en los que descansa toda la trama. • Ahora que las historias son de muchos menos capítulos, hay que reducir los personajes, deben tener 6. • Mi labor no es convencer al productor, a quien debo convencer primero que nadie de que mi historia vale la pena, es a mí mismo