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La Teoría de la Objetividad |
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Editorial publicado en la Revista Telemundo el 28 de octubre 2024 |
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El profesor preguntó en el salón de clase si la Teoría de la Relatividad echaba por tierra la existencia de la objetividad. Su intención era que sus alumnos reflexionaran a fondo, les había encargado presentar una tarea especial: debían producir el programa piloto de un noticiero de televisión bajo un criterio muy definido, debían ser totalmente objetivos en casi todo momento. Casi, porque solo tenían la oportunidad de incluir tres momentos en el noticiero en los que podían no presentar información objetiva.
El grupo de alumnas y alumnos callaron luego de escuchar la pregunta: ¿La Teoría de la Relatividad echa abajo la posibilidad de que exista la objetividad en un noticiero?
Luego de unos minutos, una alumna decidió levantar la mano para que escucharan sus compañeros una primera "elucubración" sobre la pregunta del profesor. Les dijo: "a bote pronto, creo que su pregunta nos pone una trampa, aunque siendo sincera no sé aún en dónde está esa trampa. De lo que sí estoy segura, es que la pregunta nos puede llevar a contestar en cualquier sentido. Podemos defender la idea de que la objetividad existe o afirmar sin ningún titubeo, que como todo es relativo, pues entonces la objetividad no existe. Mi sexto sentido me dice que usted nos quiere llevar a decir que la objetividad no existe, eso siento.
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El profesor sonrió, de nuevo tomó la palabra y les contó una breve anécdota a sus estudiantes. Mi abuela siempre decía una frase: "si quieres mi opinión o un consejo, primero cuéntame desde el principio. Llegaste y qué pasó, ¿qué te dijeron? Dímelo tal cual, no lo adornes".
Otra alumna levantó la mano, tomó aire, lanzó una primera sonrisa y expuso su respuesta al grupo: "en este salón de clases somos 39, hoy faltó uno de los compañeros, por lo que aquí estamos 38. Nuestra clase es de Lógica. Al entrar al salón, el profesor nos dio la bienvenida. Cuando vio que estábamos en silencio, nos preguntó si la Teoría de la Relatividad echaba por tierra la existencia de la objetividad. Mi compañera dio una primera respuesta, yo estoy ahora exponiendo una segunda respuesta. Antes de mí, el profesor contó la anécdota de la frase de su abuelita: "si quieres mi opinión o un consejo, primero cuéntame desde el principio. Llegaste y qué pasó, ¿qué te dijeron? Dímelo tal cual, no lo adornes".
La segunda alumna se detuvo un momento, miro a todos y después decidió continuar: para mí, claro está que la objetividad existe. Debo agregar algo que no le dijo su abuelita: la objetividad es el mejor punto de partida, insuperable. Después, se vale opinar.
Un tercer alumno levantó la mano, el profesor le cedió la palabra. El alumno se puso de pie, emocionado compartió un recuerdo. Mi abuelito decía una frase: para criticar una película, primero hay que ver la película. (JAFF)
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