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Puertas |
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Editorial publicado en la Revista Telemundo el 13 de marzo 2019 |
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Por José Antonio Fernández Fernández
Ella salió del casting con cierta decepción, sintió que no sería seleccionada para el papel. Era la primera ocasión que probaba suerte en un casting, había nerviosismo, cierta decepción. No encontró palabras para decirse frente al espejo lo que sus emociones le querían advertir. Aún así, muda, tomó sus cosas y se fue a su casa. No habló con nadie. No tenía palabras, la experiencia había sido demasiado fuerte. Cuando llegó al lugar del casting pensó que sería la elegida, pero al salir dudó, percibió que no sería así.
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Conversó en el casting con un actor de fama mayor, le platicó que él se había ganado todos sus papeles en castings, que nunca le había llamado un director para invitarlo directamente a interpretar un papel. Le dijo: "siempre hay puertas que se abren". Su historia le dio consuelo. Otro actor le confesó: yo soy actor de doblaje porque nunca me elegían en los castings, pero me di cuenta que mi voz tiene posibilidades de interpretar por igual a humanos que a animales, "le doy voz hasta a las piedras". Con mi voz les doy personalidad propia a los personajes, sé hacerlo, hasta los hago más poderosos de lo que son en el idioma original.
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Ella vio durante toda la mañana del día siguiente su celular, su móvil, esperaba esa llamada que le diera la buena noticia. Pero no llegó, tampoco por la tarde. Ya entrada la noche recibió un mensaje: "¿Podrías presentarte mañana en el foro? El director te quiere hacer una propuesta".
Llegó al foro muy temprano, antes de las 9. Esperó al director, la cita era a las once. Puntual, el director apareció en el foro y le comentó la idea: había sido elegida para otro papel, ya no el protagónico. Se trataba de un personaje nuevo que nació al verla en el casting. Ella quedó sorprendida, primero recibió un cubetazo de agua fría cuando le dijeron que no era la seleccionada, pero después sintió un nerviosismo mayor al enterarse que era fuente de inspiración para crear a un nuevo personaje.
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Luego de hacerle la propuesta, el director se disculpó, debía salir un momento del foro a recibir una llamada. Entonces se le acercó una actriz a ella, le dijo que le parecería ridículo el que aceptara interpretar el nuevo papel, que sería una ofensa, una pésima decisión. Que le doraban la píldora. Ella guardó silencio.
El director tardaba en regresar, otra actriz se le acercó a ella, le dijo casi al oído: ya quisiera yo que me hubieran hecho la propuesta que recibiste. Por supuesto que debes aceptar, eso no sucede todos los días. Dile que sí.
El director no aparecía, ella estaba a la espera dentro del foro. Se le acercó una tercera actriz, le dijo: ¿quieres el papel protagónico?, entonces pelea por él. Aprovecha que ya te abrió la puerta y dile que te haga otra prueba. Te mereces ese personaje, yo te habría elegido a tí.
Ella recibió un cuarto comentario, se lo hizo ella a ella misma en voz baja: quiero ser actriz y aquí estoy. Esto es el juego de las puertas, el de todos. ¿Por cuál quiero entrar? ¿La que se abre, será la buena?
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