M uchas son las películas mexicanas que han buscado retratar a México, sin duda el director Luis Estrada es quien ha conseguido crear el Mural Cinematográfico más completo para explicar al México contemporáneo, el del Siglo XX y el Siglo XXI. Primero sorprendió con la Ley de Herodes, obra maestra que explica con todo detalle el método de gobierno del PRI. Después siguió con Un mundo maravilloso, comedia de humor negro también, que no encontró al gran público, la sátira fue menos efectiva. Pero después estrenó El Infierno y La Dictadura Perfecta, ganadora a la Mejor Película del Festival Pantalla de Cristal, ambas cintas logran poner ante los ojos del público la inaceptable violencia extrema y el poder de los medios, en especial de la televisión, dos cintas que cuentan historias al parecer increíbles, en realidad son pesadillas más reales de lo que cualquiera pudiera imaginar.
Luis Estrada ha desnudado una y otra vez al sistema político mexicano ideado por el PRI, la expectativa es mayor ahora que viene el estreno de su nueva película ¡Que viva México!, una producción original de Netflix que se anuncia como una gran sátira en la que se podrán encontrar tod@s l@s mexican@s, no solo la clase política. Una historia de tres horas en pantalla que extiende su mural cinematográfico político, es el director mexicano que con mayor visión y sentido crítico ha logrado retratar cómo se mueven los hilos del poder en el país, quién los mueve y bajo qué método. Sus explicaciones en pantalla son sencillas y demasiado complejas a la vez, un galimatías, rompecabezas al que siempre le faltan piezas para comprender.
• P ero hay muchas más películas mexicanas que han buscado mirar a México con sentido crítico, de hecho lo común es que la gente del cine en México se enfoque en hablar de México con un cierto afán de encontrar esa respuesta del por qué somos así.
La lista puede ser tan larga como se quiera. Una de las películas que considero más representativa de ese género que podemos llamar El Cómo es México, es Tlayucan de Luis Alcoriza, sabe retratar esa coincidencias en las que intervienen la casualidad, “los gringos”, la necesidad económica, el amor, la honestidad mexicana, la Virgen de Guadalupe, el pensamiento mágico y la cruda realidad. Combinación que aparece también en Mecánica Nacional, no olvida al matriarcado. L uis Buñuel dio el golpe mayor al sistema político mexicano con su película Los Olvidados, una historia despiadada en la que se pone en pantalla cómo viven los miserables de México. Buñuel no tiene compasión con el espectador, cualquier mexicana o mexicano que vea de nuevo o por primera vez la cinta, sentirá vergüenza. ¿Cómo es que desde los años cincuenta, o desde mucho antes, no podamos encontrar la solución al problema de la desigualdad de oportunidades?
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Felipe Cazals también llevó a la pantalla ese México cruel en sus películas Canoa, Las Poquianchis y El Apando, trilogía que dejó al descubierto un sistema de manejo del poder abyecto, igualmente inaceptable.
Alejandro González Iñárritu y Guillermo Arriaga cuentan en la película Amores Perros la historia del México que cruza el Siglo XXI, en la que las situaciones absurdas y también inaceptables permanecen en el día a día.
Alfonso Cuarón tiene el genio de retratar a México con su película Roma, una sociedad marcada por las clases sociales y el amor entre clases. Un sistema de convivencia difícil de entender, en el que la madre natural es sustituida la mayor parte del tiempo por una madre que se encontró con unos hijos que no son sus hijos, que no es ni será reconocida como madre, pero que los cuida con tanto amor como si hubieran salido de su propio vientre.
• C uesta mucho que el cine mexicano lleve a la pantalla a personajes que han construido a México, su preferencia ha sido por un sistema que sistemáticamente (valga la expresión) lo deconstruye, para al día siguiente anunciar con bombo y platillo que se volverá a construir.
El cine mexicano que intenta descubrir el cómo es el mexicano y cómo funciona el sistema político mexicano, tiene un nuevo gran reto: narrar el momento de la Cuarta Transformación que está en proceso inicial, y hacerlo también de forma imaginativa y con nivel. El movimiento que encabeza AMLO debe llevarse a la pantalla con sentido cinematográfico. El mismo AMLO es personaje peliculesco.
• La sátira es un tono muy generoso para descifrar el cómo es el mexicano y el sistema político de México porque pone en pantalla a alguien que se parece a alguien, y eso burla a la censura y autocensura. El método ha resultado, despierta conciencias, alimenta la polémica para que se hable de política, aunque todavía sean muchos los que creen que hablar de política es solo tema para políticos y académicos especializados.
• Agrego algo más: me llama la atención que por el cine de Hollywood (por muchas películas) conozcamos prácticamente a detalle los lugares en donde vive y trabaja el Presidente de Estados Unidos, la Oficina Oval de la Casa Blanca con sus pasillos y hasta habitaciones, el búnker en el que se protege y aisla, también su famoso Avión Presidencial con todos sus artilugios tipo James Bond. Pero en México bien a bien nunca hemos visto en el cine la oficina del Presidente, tampoco sus habitaciones. ¿Tiene un búnker de protección? 
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