José Antonio Fernández
Desde 2001, Pantalla de cristal es parte de la programación de Canal 22, programa producido y conducido por José Antonio Fernández. Sus invitados son creadores de audiovisuales que han sido galardonados con un premio o nominados como finalistas por sus trabajos audiovisuales. José Antonio Fernández, nacido en México, estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana. Es también fundador de las revistas Pantalla, dedicada al cine mexicano y Telemundo, donde se tratan temas de video y televisión. En 1999 creó el Festival de Cine Pantalla de Cristal, certamen de nivel internacional que tiene lugar cada año en el mes de septiembre en la Ciudad de México, dónde se reconocen y premian videos, documentales, películas, series, y videoclips durante los siete días del evento.
La idea del semanario televisivo Pantalla de cristal surgió del interés que Fernández mantiene acerca del reconocimiento a la creación. “Me parece que en México se padece del mal del malinchismo y creo que en general nos cuesta mucho trabajo reconocer cuando otros hacen algo de valor”, tema que trata de inculcar a sus alumnos de la licenciatura de Comunicación de la Universidad Iberoamericana y en los seminarios que ha impartido en diversas Universidades del país. A dos años de vida del Festival se le ocurrió la idea de un programa
permanente que cumpliera la misma labor del Festival. “De inmediato les gustó. Lo vi en sus ojos, fue mágico. De inmediato me preguntaron como lo llamaríamos. Les propuse dos o tres nombres y eligieron Pantalla de Cristal por pegajoso, fácil de recordar, tiene algo.” dice Fernández con la emoción de un niño brincándole en los ojos al recordar cuando hizo la propuesta al Director de Canal.
Durante los treinta minutos que dura el programa los invitados conversan sobre la manera en que sus trabajos los han marcado y algunos de los pormenores que tuvieron que resolver para reconstruir acontecimientos
trascendentes, historias de vida y así mostrar diversas cosmovisiones. “El programa lo pensé para que contaran porque habían hecho su trabajo”. Fernández dice disfrutar su programa porque cumple exactamente con el cometido que pensó. “A toda la gente que he tenido la oportunidad de entrevistar y de abrirle un espacio ahí, pasado el tiempo me los encuentro y se muestran muy contentos porque, sin duda, eso les sirvió para que la gente de su entorno cercano los entienda y valorare más. Y eso ha ayudado a que muchos de sus colegas participen en el Festival, incluso como jurados.” Para Fernández, un ganador marca un antes y un después porque significa que al jurado algo de su trabajo le llamo la atención y se vuelve así en una aportación o un descubrimiento como puede ser el caso de una actriz o actor.
“Los reportajes cuando se transmiten por primera vez cambian la vida de comunidades y quienes los hacen quedan muy complacidos, imagínate si además se les reconoce.” Fernández ejemplifica este impacto con su propia experiencia con los documentales de Carlos Mendoza: Operación Galeana, La conexión americana y Halcones, “Al ver estos trabajos te das cuenta de que el poder máximo sí existe y que se equivoca.” O en Jornaleros de Eduardo Maldonado, documental sobre los migrantes mexicanos a Estados Unidos o a las grandes ciudades en los años 70 donde él comenta: “Tú ves la realidad en la calle y haces tus elucubraciones y luego alguien tiene el don de meterlo en un documental y cuando lo ves, reafirmas tus pensamientos. A diferencia de la ficción, los documentales te golpean con la realidad. La ficción también te puede golpear conla verdad, pero juega con tu imaginación. El documental no te da tregua, no te da espacio.”
Los trabajos nominados en Festivales siempre tienen algo importante, “es muy difícil encontrarte a un nominado que no tenga méritos”. El Oscar desde hace años se metió en esa discusión, temen premiar a quien no deben premiar. “Te voy a poner un ejemplo, yo digo que ellos ya debieron premiar a Tom Cruise como mejor actor. O que en su momento debieron premiar a Bruce Willis, pero se han resistido a hacerlo. Tom Cruise sabe manejar barcos, helicópteros, aviones, motos, se sube, se baja, se avienta, se regresa y, sin embargo, la academia ni siquiera lo nombra como finalista porque temen que al momento de premiarlo exista toda una comunidad de críticos y de gente a la que le gusta el cine que les chifle porque es Tom Cruise.” Cuando un trabajo llega a finalista ya pasó por demasiados juicios a eso se debe que sí tienen un valor. El conductor explica que pasa lo mismo con el Ariel, la decisión del premio se toma con mucho cuidado, “si ves que ahora premiaron a Gonzalez Iñarritu por dirigir Bardo, es que está bien. O a Arcelia Ramirez por La civil es que lo hizo bien. Es muy difícil que premien a un mal actor.” Lo que sí ocurre al otorgar los reconocimientos, es una tendencia hacia lo intelectualizado, no es que esto quite merito a las producciones, pero sí es una inclinación que ha ocurrido en el cine y en la televisión.” La critica califica como mejor a los temas del intelecto, en cambio, le cuesta trabajo premiar el humor o el terror, en definitiva, el realismo es lo que más aplausos recibe.
Los festivales de cine y televisión se renuevan solos ya que las producciones no paran, de ahí que Pantalla de cristal tampoco lo haga. “Un programa de televisión como el que yo hago puede durar siempre. En el sentido de que te estás renovando porque estás invitando a gente que acaba de ganar o que acaba de ser nombrada finalista.” Pantalla de cristal es como las tiendas que siempre tienen cosas nuevas o como los viajes que también traen cosas nuevas, todo el tiempo hay cosas nuevas en l mundo. “El futuro es buscar renovarte, buscar ver más allá.”
Hacer el programa le resulta sencillo pues siempre tiene de que hablar. “Lo más importante es buscar valorarnos a nosotros mismos eso nos cuesta mucho. Vemos más hacia afuera que hacía adentro cuando queremos valorar alguien y eso hace mucho daño.” El conductor asegura que en México las telenovelas están subvaloradas, sin embargo, han logrado exportarse a muchos otros países. Además, se producen en muchos todos lados y hay otros países que buscan imitar a las mexicanas. “En México nos reímos de las telenovelas, las vemos menos. Quizá tendría haber un esfuerzo tanto de los que las hacen, como de los que las vemos para ver el valor que tienen.”
Fernández piensa que los videojuegos no van a reemplazar al cine. Son interactivos y quien lo juega tiene la sensación de que controla lo que pasa, pero no es así, se trata de un mundo muy limitado. “Lo interactivo tampoco es tan bueno como se piensa, el cine es mejor porque no tienes que hacer nada, solo sentarte a ver lo que pasa.” La televisión “inteligente” le ha quitado publico al cine. “Lo que creo es que las pantallas que actualmente tenemos en casa son demasiado versátiles, les cabe todo.” Los celulares también permiten ver una infinidad de contenido, pero tampoco los ve como una competencia para el cine. “En los celulares y en la televisión actual tienes que ponerte a buscar qué ver, en cambio en la tele abierta o en el cine nada más vas y te sientas y uno no siempre tiene ganas de estar buscando.” El cine es un arte demasiado poderoso, aunque es cierto que los videojuegos han conquistado a la nueva generación. “No creo que el cine y los videojuegos estén en competencia”, completa satisfecho con una sonrisa leve en los labios.