Danny Trejo es el actor rudo de Hollywood que no siempre es rudo pero siempre es protagonista, su personalidad en pantalla es avasalladora. Cuando entra en escena tiembla la pantalla, se hace sentir, le piden autógrafos por igual niños que jóvenes o adultos, le pertenece a todas las generaciones. Ha participado en más de 300 producciones, la mayoría películas, siempre dice que sí cuando le llaman para un largometraje o un corto, colabora con estudiantes de escuelas de cine. Algún tiempo de su vida estuvo en prisión, me explica en el Tren de Entrevistas que se transmite por Revista Pantalla vía FB y YouTube, que fue por drogas. Ya liberado, su generosidad y tremenda conciencia, lo ha llevado a ayudar a hombres y mujeres que permanecen en prisión y también para que una vez que son libres tengan posibilidades de encontrar un trabajo que les permita reinsertarse de la mejor manera en la sociedad. Conversar con Danny Trejo es hablar con toda seriedad sobre cualquier tema, pero él tiene una chispa especial que de pronto llena de alegría sus respuestas. Estuvo en la obscuridad pero ha logrado construir una vida en verdad muy luminosa.
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José Antonio Fernández: ¿Cuál fue la primera lección que aprendiste en el set? Danny Trejo: Es algo complicado de entender, te sucede que todo el mundo puede verte y creer que eres una estrella y sin embargo tú no puedes creerlo. La realidad es que yo no soy estrella, yo soy actor, soy un trabajador del set. Esto es un trabajo, así como trabajan los que pintan casas y componen autos. Ser actor es un trabajo, no es ser estrella. Eso es todo.
José Antonio Fernández: ¿Qué quieres compartir con el libro de tus Memorias? Danny Trejo: Quiero compartir todo, que sepan que yo no soy malo, fui un hombre muy malo. Pero cuando hallé a Diosito, deje drogas y alcohol, entonces mi vida cambió. Comencé a ayudar a la gente, a ayudarlos a ir a la escuela, a conseguir trabajos. Todo lo que me ha pasado bueno en la vida es cuando he ayudado a alguien de forma directa. No escribí mi libro para que se convierta en una película o serie, mi intención es que sepan quién soy. Yo no quiero que me recuerden como hombre rudo sino como buen papá.
José Antonio Fernández: Hablas muy bien español, ¿es importante para ti defender el hablar español? Danny Trejo: Es difícil aquí en Estados Unidos el hablar español, hasta los mexicanos que vienen quieren hablar inglés. A mí me enseñó mi abuelita a hablar español, pero mi papá y mi mamá hablaban inglés. En la penitenciaría también hablábamos español para que los demás no nos entendieran.
José Antonio Fernández: ¿Cuántas puertas tiene Hollywood para entrar a hacer películas? Danny Trejo: Yo tumbé muchas puertas, pero el problema para que se te abran las puertas de Hollywood cuando tienes tipo mexicano o latino, es que prácticamente no existen productores ejecutivos mexicanos o latinos, entonces ahí las cosas se complican porque ellos son los que deciden los elencos. En Hollywood no hay compañías productoras mexicanas, aunque sí hay bastantes actores y actrices de México. A mí un compañero me invitó a Hollywood, todo fue porque sabía que yo boxeaba. Fui a la prueba y me contrataron de inmediato, cuando vi lo que pagaban celebré al instante.
José Antonio Fernández: Has participado en tu carrera como actor en más de 300 producciones... Danny Trejo: Pero sí tengo casa... ¡jajajajaja!
José Antonio Fernández: ¿Te gustaría que un director de cine de México te llamara para hacer una película, aunque no sea de gran presupuesto? Danny Trejo: Claro, me encanta México, la última vez que viaje a la CDMX estuve a punto de casarme tres veces.
José Antonio Fernández: ¿Con qué actriz te gustaría coincidir en una isla desierta y cuál ha sido tu mejor beso en el set? Danny Trejo: Con Salma Hayek. Mi mejor beso fue con Jessica Alba en Machete, yo quería que Robert Rodríguez repitiera la toma al menos 8 veces más