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Por José Antonio Fernández F.
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Alejandro
Camacho,
Humberto Zurita,
Rebecca Jones,
Pedro Armendáriz,
Andrés Bustamante,
Ari Telch,
Fernando Luján,
Vanessa Bauche,
Humberto Vélez y
Rafael Inclán.
Susana Zabaleta es la actriz y cantante
más enigmática
del mundo artístico mexicano de principios del Siglo XXI.
Posee cualidades histriónicas de sobra: es una actriz que sí canta
y es una cantante que sí actúa. Está dedicada de tiempo
completo a jugar a la vida. Ella misma ha creado el personaje de Susana Zabaleta.
Le dedica tiempo completo. Es mexicano, muy mexicano. Sabe que algo trae en
su espíritu. Lo está dando a conocer poco a poco. Lo comparte
como si fuera un pastel. Ni ella misma conoce hasta dónde pueden
llegar sus atrevimientos. Actúa con el alma y con todo el cuerpo. Su papá la
subió en un autobús a los 16 años para que se fuera a estudiar
a Monterrey. Sabía de su fortaleza.
Notorio es el deseo de la Zabaleta por devorar al público y que el público
la devore hasta el delirio. Trabaja en forma incansable para convertirse en una
nueva gran diva del espectáculo, el cine y la televisión. Escala
la montaña
sin malabarismos ni titubeos. Ve la cumbre y se ve en ella. Apuesta todo por
sí misma,
por su carácter, por su erotismo color rojo encendido, por sus destellos
de simpatía
en el escenario que poco ha explotado, por su trabajar muy en serio sus propuestas,
porque se aprecie su educada voz, porque en cada escena en la que aparezca se
recuerde su entrega, intensidad y pasión. Y la inteligencia también
podría hacerla presente siempre. Está obligada
a hacerlo, tiene las agallas para pelear porque aparezca todas las veces en el
alma de sus personajes. La cumbre anhelada es celosa y está rodeada por
veredas llenas de trampas.
Cantar sólo lo muy suyo, lo que siempre llegue al corazón, actuar
papeles no obvios, inteligentes y jamás vulgares, la llevarán a
que su nombre se escriba con letras de oro en la historia del espectáculo,
el cine y la televisión de México. El secreto de su futuro está en
la selecciones de canciones y personajes.
José Antonio Fernández: ¿Crees que se te han cumplido tus
sueños?
Susana Zabaleta: De flojera que se te cumplan
todos tus sueños.
José Antonio Fernández: ¿Por qué de flojera, cuáles
son tus sueños que te dan flojera?
Susana Zabaleta: Cuando vivía en Monclova, yo siempre decía
la frase: me tengo que esperar.
A mi mamá no le gustaba salir de fiesta. Me
decía:
va a haber una fiesta en el Casino y van a ir todas tus amigas. Yo le respondía:
no quiero ir. ¿Por qué no quieres?, me preguntaba. Y yo le decía:
porque voy a tener muchas fiestas en mi vida. Me tengo que esperar. Mi idea era
que debía guardarme para cuando llegara el hombre de mi vida y los amigos
de mi vida. Y me guardé, lo cumplí.
No iba a fiestas y no tenía muchas amigas. Era una tipa muy rara.
José Antonio Fernández: ¿Si pensabas
que debías guardarte,
me da la impresión de que algo imaginabas, algo soñabas? Y no me
refiero a los sueños que tienes
cuando duermes, sino a los sueños poéticos, a lo que sueñas
ser en el futuro.
Susana Zabaleta: Nunca soñé con ser famosa, nunca. Soñaba
con que la gente me escuchara.
Siempre soñé con eso. Que cuando yo hablara, la gente me pusiera
atención.
Yo vengo de la generación del: usted cállese y váyase a
su cuarto; los grandes están abajo y los chicos están arriba.
Cuando había fiestas o reuniones en mi casa, me decían: Susana,
baja a cantar. No me pedían cantar, me ordenaban hacerlo.
José Antonio Fernández: ¿Qué cantabas?
Susana Zabaleta: Cosas que le gustaban a mi papá. Por ejemplo,
Júrame
que aunque pase mucho tiempo y cosas por el estilo. Ponchito mi hermano tocaba
la guitarra. Nos hacían cantar de Mocedades, lo que yo alucinaba.
José Antonio Fernández: Ese fue tu primer contacto con un público. ¿Qué hacían
los invitados y tu familia cuando cantabas en la sala de la casa?
Susana Zabaleta: A mí me valía madres lo que hicieran. Yo
estaba chiquita, tenía 8 ó 9 años. No me gustaba
que me vieran los amigos de mi papá. Me sentía el títere
que llegaba a cantar.
José Antonio Fernández: ¿Sentías que los impactabas
al cantar, a los 9 años?
Susana Zabaleta: Sí, pero no sabía por qué los
impactaba. Yo no supe del poder de mi voz sino hasta hace muy poco.
Soy muy perfeccionista. Siempre he pensado que mi voz no está lo suficientemente
bien. Cuando estoy en el escenario no escucho los aplausos. Veo que mueven las
manos pero no oigo que me aplauden.
José Antonio Fernández: ¿Crees en la energía?
Susana Zabaleta: Claro que creo en la energía. El poder de la energía
mala es mayor que el de la buena. La energía sexual es una de las energías
más fuertes.
José Antonio Fernández: Te presentas como una
mujer muy sexual. ¿Lo eres en la realidad?
Susana Zabaleta: Es un juego que se llama provocar.
Es igual para mí que
provocar con la palabra, que la gente se pregunte por qué dije tal o cual
cosa. Me gusta provocar. Me gusta hablar de política y dar una una opinión
que provoque algo.
La vida es de los provocadores. A mí sí me gusta provocar. Lo admito.
Provocar genera cosas padres, despierta al mundo. Hay que darle cuerda al mundo.
Si te quedas sin cuerda, no vales. ¡Qué hueva ser una persona sumisa!
Lo más bonito es ir conociendo a la gente y provocarlos justo en el momento
para que salgan del tedio.
José Antonio Fernández: ¿Por qué te
gusta tanto hacer sentir el poder sexual?
Susana Zabaleta: Nos gusta a todos. No conozco a alguien que no le guste.
A todos les gusta admirar, hablar de sus experiencias. Les fascina hablar de
sus experiencias terribles o maravillosas, o las que no han tenido.
Como creen que yo sé todo, me pongo para que me cuenten y me cuentan.
Eso me gusta. Los animo. Creen que yo soy Matahari, aunque no es así.
José Antonio Fernández: ¿Haces una
vida muy desinhibida y abierta?
Susana Zabaleta: No.
José Antonio Fernández: ¿Se atreve
a todo tu personaje Susana Zabaleta?
Susana Zabaleta: Claro, así es mi personaje. Al aparecer en un
escenario provoca al público y en ese momento seguro hay
quien imagina cualquier cosa, goza el teatro y se va con ese sentimiento a su
casa y goza en su casa. Siente rico que fue así.
José Antonio Fernández: ¿Esa parte te gusta?
Susana Zabaleta: En la novela La Madrastra de Vargas Llosa, se cuenta
la historia de una mujer a la que preparan para estar con el hombre. La prepara
otra mujer que hace todo un ritual de belleza en el que le quita y le pone. La
deja excitada a tal grado
que cuando llega el señor la hace suya en un momento. La Madrasta decía
que de todo el ritual, el proceso era lo que más le gustaba. A mí también
lo que me gusta es el proceso.
Me encantan también las cosas grotescas.
Acabo de leer Chiquita, que es la historia de una mujer que mide un metro con
treinta centímetros.
La parte que cuenta el momento sexual es totalmente perversa y maravillosa a
la vez. La descripción que existe en esa novela biográfica de la
primera vez que tuvo una relación sexual, es como un sueño.
A mí me fascina hacer que la gente sueñe y se deje llevar.
José Antonio Fernández: Eres de las pocas artistas que perteneces
al mismo tiempo al mundo cultural y al mundo comercial. Con Sexo, pudor y lágrimas
saltas a la fama, que es una película que hizo gran taquilla aunque pertenece
al mundo intelectual. Te invitan a programas como Zona abierta y al mismo tiempo
haces telenovelas y hablas de sexo.
¿Perteneces a los dos mundos, te sientes así?
Susana Zabaleta: Los seudointelectuales que son
periodistas y según ellos
manejan este país,
aaaaahhhh, qué doloroso es verlos, sabes. Con la falta de información
que existe en México, el que lee Romeo y Julieta cree que ya es intelectual.
Respondo a tu pregunta: sí me adentré al mundo de Jesusa Rodríguez.
Me fascinó hacer cabaret con ella y hablar de la política. Jesusa
me enseñó a leer y a entender. Yo entendí a Sor Juana Inés
de la Cruz por Jesusa. Cuando empecé a leer renglón por renglón
entendí a Shakespeare y a muchos autores. Benjamín Cann también
me ayudó a entender. Sí pertenezco al mundo cultural, al del teatro,
al de la ópera.
José Antonio Fernández: Tengo la impresión
de que ya olvidaste a ese mundo cultural.
Susana Zabaleta: No, claro que no. ¡Cómo
olvidarlo!
Yo todos los días estoy en ese mundo.
José Antonio Fernández: Dime algo: ¿olvidaste o no a ese
mundo cultural que te cobijó y te enseñó muchas cosas que
tú misma me has contado?
Susana Zabaleta: Yo sigo cantando ópera con el maestro Patrón y
con el maestro Barrios. En todos mis conciertos canto ópera y todos se
chingan, y es lo que más me aplauden, curiosamente. Les cuento la
historia de lo que canto y de quién la compuso.
José Antonio Fernández: Te hago la pregunta de otra forma: ¿te
dijiste un día: no quiero pertenecer sólo al mundo cultural?
Susana Zabaleta: Sí me lo dije. No quiero
ser purista ni radical y decir no a todo lo que no suene a ese mundo cultural.
José Antonio Fernández: ¿Cuándo te dijiste ese no?
Susana Zabaleta: Fue en la escuela de la Ollin
Yoliztli. Un día
que no lleve la tarea me dijo el maestro Luis Estrada, enfrente de todos: no
sé que está haciendo
usted aquí. ¿Qué está haciendo? ¿Por qué no
se va a Televisa? Con esa cara y ese cuerpo váyase a Televisa a hacer
lo que usted en verdad quiere. ¿Qué hace aquí estudiando
en la Ollin Yoliztli. Dele su beca a alguien que sí le interese.
Ese día me esperé al final para hablar con el maestro Estrada.
Me dijo: ¿qué prefieres, llegar a Bellas Artes en un Volkswagen
o en una limosina a Televisa? Le respondí largo:
en Volkswagen y en limosina y no veo por qué ser radical. A las personas
no se les debe clasificar ni descalificar. Yo soy diferente. Dame la oportunidad. ¿Qué quieres,
que me corte el pelo como estas guarras, que no me bañe para poder decir
que soy intelectual? No, le dije, la intelectualidad y ser izquierdoso no es
tener pelos en el sobaco. Yo lo que quiero es aprender y por eso no me puedes
culpar de nada. De México no me quiero
salir y aquí no hay ópera, lo que se hace aquí en la ópera
es con escenografías de Cachirulo.
Poco a poco me fue respetando. Me entendió.
José Antonio Fernández: Decidiste no pertenecer sólo al
mundo cultural que era un mundo que tenías dominado. ¿Por qué lo
hiciste? ¿Qué te faltaba?
Susana Zabaleta: De qué me servía, yo quiero conocer muchas
otras cosas. Ese mundo tiene su diversión pero también
aburre. A mí me faltaba divertirme.
Yo creo que para ser tolerante, que todavía no lo soy -me cuesta mucho
trabajo-, hay que conocer de todo.
Tú no puedes llegar a Televisa y decir: todos son unos pendejos. En Televisa
hay gente encantadora y muy interesante. Como tampoco puedes llegar a un lugar
como lo era antes El Hábito en Coyoacan y decir que todos son intelectuales,
eso no es cierto, también ahí hay ¡cada pendejo!
No puedes escuchar Tercer Grado y pensar que todos saben de lo que están
hablando. ¡Qué bárbaros, ayer los vi!
José Antonio Fernández: Casi nadie del mundo cultural rompe la
puerta para entrar al mundo comercial. Tú sí lo hiciste.
Susana Zabaleta: A la hora que rompí la
puerta muchos me cerraron la puerta.
José Antonio Fernández: ¿Hubo gente del mundo cultural que
te cerró la puerta cuando decides contratarte con Televisa?
Susana Zabaleta: Sí. Para ellos me convertí en
la vendida, en la prostituta.
José Antonio Fernández: ¿Mantienen esa posición
hasta la fecha?
Susana Zabaleta: No todos, con algunos las cosas han cambiado.
Esperé a que pasara el trago amargo de ellos. Mientras, yo me divertía.
Para mí fue tremendamente doloroso todo el proceso. Imagínate que
en un concierto Eugenia León se sintió ofendida
porque yo empecé a hacer bromas, a cabaretear con la orquesta. Ella se
ofendió y dijo que no me quería volver a ver en su vida. Le mandé una
carta y no me la contestó. Hasta la fecha cuando me ve en público
no me saluda. Yo la admiro como no tienes idea. Ella me tiene vetada, y critican
a Televisa de que veta.
José Antonio Fernández: ¿Quién más
del mundo cultural te tiene vetada?
Susana Zabaleta: Jesusa Rodríguez en algún momento, pero
ya no. Nos encontramos, la abracé, nos abrazamos mucho.
Con eso fue suficiente. No tuvimos que decirnos nada.
José Antonio Fernández: ¿Qué piensas de un cantante
como Óscar Chávez que ha mantenido una línea cultural
y no se ha salido de ella nunca en su vida? A él lo ha vetado todo mundo,
en momentos.
Susana Zabaleta: Se me hace muy respetable y más
porque sigue llenando los lugares.
José Antonio Fernández: ¿Cuál es tu línea?
Susana Zabaleta: Yo no tengo línea. Es la libertad. Yo creo que me gusta
no aburrirme y no aburrir a la gente. Me aburro fácilmente. No hay nada
peor en esta vida que algo o alguien te aburra.
José Antonio Fernández: ¿Qué es divertirte para tí?
Susana Zabaleta: Un cuento de Ray Bradbury cuenta
la historia de un marciano que llega a la tierra. Tenía el poder de convertirse en lo que la gente
quisiera. Vivía a las afueras del pueblo por miedo. Un día llega
al pueblo y de repente una mamá dice: vi a mi hija, la perseguí y
no la pude alcanzar. Otro dijo: vi a mi esposo. Y así los demás.
Lo que sucedía era que el marciano tenía ese poder de convertirse
en lo que la gente quería. A mí me gusta jugar a hacerle al marciano
de Bradbury.
El cuento tiene muy mal final, porque todos terminan queriendo al marciano sólo
para ellos y entonces el marciano se convierte en nada.
José Antonio Fernández: O te conviertes en ser lo que los demás
quieran.
Susana Zabaleta: Por eso hay que cambiar. Hacer las maletas e irte. Si
me habla hoy un productor de telenovelas para proponerme hacer otra porque estoy
funcionando muy bien con Fuego en la sangre, entonces le digo que no, que ya
no voy.
Es más, ya no vuelvo a hacer novelas hasta dentro de cuatro años.
Antes de Fuego en la sangre tenía 6 años
sin hacer telenovelas.
José Antonio Fernández: ¿Por qué aceptaste
este personaje tan tremendo en Fuego en la sangre?
Susana Zabaleta: Tenía que ser así, debía sacar todo lo
que tenía adentro. ¿Para qué pago un psiquiatra? Mejor hago
una novela y me pagan por actuar en ella.
José Antonio Fernández: ¿Qué traías
adentro?
Susana Zabaleta: Cosas de la vida, las muertes, las separaciones, las enfermedades
y las cosas horribles que pasan en tu vida personal. Las ganas de mandar todo
a la fregada y de repente querer decir ya basta. Ya cuando alguien te recomienda
a una linda terapeuta, ya valiste madres.
Cuando una amiga me hizo una cita con una doctora, entonces me dije: sí tengo
problemas. Hablé a Televisa y pedí un personaje. Le llame a Salvador
Mejía, el productor. Le dije que me gustaba mucho su novela y le platiqué la
idea de un personaje, que es el que interpreto. La Ruth. Cuando se lo propuse
me dijo que lo pensaría. No le latía mucho al principio, pero me
llamó.
José Antonio Fernández: ¿Qué tipo
de personaje le propusiste a Salvador Mejía?
Susana Zabaleta: Un personaje deshinibido, valiente
y a la vez que tenga muchas confusiones en su vida. Ruth no sabe quiénes son su papá y su mamá.
Infancia es destino, así es que desde ahí vienen muchos de sus
problemas, vale madre. Es un personaje que no tiene un futuro porque no existe
su pasado. Su personalidad es protectora y se la inventó ella misma. Tiene
un caparazón de
tortuga que si le escupes se desmorona. A Ruth la agobian sus manías,
piensa que todos son asquerosos y que tienen cosas en la piel. Piensa que si
la tocan le van a dejar mil quinientas cosas pegadas.
José Antonio Fernández: Pero al mismo tiempo Ruth es tremendamente
provocadora.
Susana Zabaleta: Se atreve. Es muy atrevida.
José Antonio Fernández: ¿El personaje de Ruth es autobiográfico?
Susana Zabaleta: A mí sí me gustaría ser Ruth un día
y llegar con alguien y encuerarlo. Me encantaría pero no puedo hacerlo.
Nací en Monclova, 550,000 habitantes. Por más que juegue, no puedo.
Yo sí he estado en un lugar y le he dicho a alguien: sabes qué,
no, perdón pero no puedo, era mentira.Ruht, en cambio, cuando le dicen
que la amarran, se deja amarrar. Le gusta el peligro, le encanta. Le gusta su
papá. Le fascina.
Yo propuse el personaje y la escritora lo escribió.
José Antonio Fernández: Un personaje tan fuerte es muy peligroso
para una actriz porque ahí te puedes quedar. ¿Calculaste el riesgo?
Susana Zabaleta: Sí estoy consciente de
esos riesgos que me pueden llevar al estereotipo, empezando por la crítica.
La crítica que más me importa es la de mis hijos. Cuando le conté a
mi hija que iba a hacer la novela, me preguntó por qué la haría
si las criticaba tanto.
Luego me preguntó qué papel interpretaría. Le dije que sería
la hija de Julisa. Me respondió: no te ofendas, pero más bien pareces
la mamá de alguien.
Tiene toda la razón.
José Antonio Fernández: Tu personaje llega a ser vulgar. ¿Así lo
imaginaste?
Susana Zabaleta: Llega a ser vulgar y hasta grotesco,
pero así es el personaje.
Lea más de lo que dijo Susana Zabaleta
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José Antonio Fernández: Un buen amigo, Juan
Canedo, decía: un buen artista debe tener dos cualidades. Primero,
debe interpretar un personaje de tal manera que se vea que es el personaje.
Y también debe interpretar ese personaje hasta la últimas
consecuencias. Los mejores ejemplos de lo que digo son los personajes clásicos
del cine o de las telenovelas. La gente recuerda todo de ellos.
Susana Zabaleta: Atreverse a, es la combinación
que hace todo. Cuando te pones a pensar qué dijeron de Susana Zabaleta,
no acabas. Ruth, la de Fuego en la Sangre no es Susana Zabaleta.
José Antonio Fernández: Yo sí creo que a los ojos del público
hay una fusión entre el artista y el personaje que interpreta.
Susana Zabaleta: Sí, pero esa fusión acaba
cuando dicen ¡corte!
José Antonio Fernández: Un artista es siempre parte de sus personajes.
Susana Zabaleta: A lo mejor en mi mente sí, pero yo llego a mi casa y
soy la mandilona y la que limpia popo y pipí.
José Antonio Fernández: ¿Hasta dónde quisiste llevar
a tu personaje Ruth, de la telenovela Fuego en la Sangre? Te lo pregunto porque
a la vez que es atrevido es un personaje que sufre mucho. En realidad sufre,
no goza.
Susana Zabaleta: Es que las malas sufren, es una cosa
rarísima. Ruth es sentimental
porque un día le dicen que su mamá no es su mamá y que ella
es hija de una sirvienta, toda esa historia no le fácil de asimilar porque (Ruth)
es clasista. Ve lo que le sucede como un castigo de Dios. Sufre porque todo lo
que le pasa, y aunque es fuerte se vuelve frágil.
Es padrísimo ver a una mala frágil.
José Antonio Fernández: ¿Tienes un culto por tí?
Susana Zabaleta: Sí.
José Antonio Fernández: ¿Qué tanto?
Susana Zabaleta: Tanto como lo deberíamos tener
todos. Yo solita me hice mi altar. Yo sí me quiero y me costó mucho
quererme. Crecí entre
dos hermanos, ¡imagínate!
Un día hubo una junta en mi casa para hablar de qué estudiaríamos
cada quien. Le preguntaron a mis dos hermanos qué iban a estudiar. Ellos
respondieron y ahí terminó la junta de familia. A mí nadie
me preguntó nada ese día.
José Antonio Fernández: Sin embargo tu papá te subió a
un autobús cuando tenías 14 años para que te fueras a estudiar
fuera de Monclova. Sabía que eras fuerte.
Susana Zabaleta: Fue como decirme: búscale porque
yo no entiendo esto de las mujeres.
José Antonio Fernández: Si te subió al autobús a
los 14 años, yo creo que te entendía más de lo que piensas.
Susana Zabaleta: Intuía. Una vez me dijo: yo no sé por qué tú no
fuiste hombre.
José Antonio Fernández: ¿También tienes un culto
por tu cuerpo?
Susana Zabaleta: Es más fácil todo cuando está bien. Es
más fácil agacharte por algo que se te cayó cuando estás
en forma, que cuando no lo estás. Es más fácil hacer el
amor cuando estás en forma.
José Antonio Fernández: Me queda claro que te gusta poner ejemplos
relacionados con el sexo. La gran ventaja es que todo mundo los entendemos rápido.
Me dices que te has hecho tu altar. Te pregunto: ¿qué tienes en
ese altar, cómo lo imaginas? ¿Es minimalista?
Susana Zabaleta: No, no es minimalista. Es barroco.
En ese altar primero veo a mis hijos, que me costó mucho hacerlos y conseguirlos.
Ahí están, yo los hice. Siempre digo: son mis hijos, aunque el
otro diga que también participó. En ese altar veo muchas cosas:
partituras, músicos, mis amigos, mis personajes, mota, tequila, comida
japonesa, burbujas, libros, muchas fotos.
José Antonio Fernández: ¿Qué tanto tequila y qué tanta
mota?
Susana Zabaleta: Un buen de tequila. Poca mota, porque
hay que estar atentos. Yo creo que hay que desaburrise, pero cuidado con desaburrirte
tanto, ¡eh!
Hay
que estar atentos. A mí no me gusta perder el sentido. Nunca tomo tanto
como para no saber dónde estoy. Yo tengo con uno o dos tequilas para
alucinarme la vida, no necesito más.
José Antonio Fernández: Al decir que hay que tener tequila, mota
y sexo, es fácil que la gente te imagine en el reventón. ¿Es
así?
Susana Zabaleta: Hay que tener poquito de todo, pero
sólo poquito. Es
mejor así. Es como la comida, Si te comes un plato de chiles en nogada
en el San Ángel Inn, con un chile tienes suficiente, no necesitas comerte
los dos que te ponen en el plato. Si te atascas dos te vas a sentir mal.
José Antonio Fernández: ¿Eres más
perro que ladra...?
Susana Zabaleta: No, no es eso. Pienso que no hay que
perder el sentido. Cuando uno pierde la razón, pierde todo.
José Antonio Fernández: ¿De la Susana Zabaleta
de Sexo, pudor y lágrimas a la de hoy, qué encuentras tú de
novedoso?
Susana Zabaleta: El conocimiento. La gente me ha dado
mucho, mucho, he conocido a gente maravillosa.
Ser mamá me cambió la vida. Tengo un sentido de responsabilidad
porque sé que tengo que estar bien para.
Entiendo hoy que aún cuando yo esté con alguien, soy individuo.
Un ser solito. Yo puedo querer mucho a mi pareja, y eso no quiere decir que
estemos de acuerdo en todo.
Creo que la edad es maravillosa.
José Antonio Fernández: En la vida real, ¿eres
tan liberal como te pintas?
Susana Zabaleta: No lo soy, a lo mejor pinto a esa
que yo quiero ser. A lo mejor así voy a ser algún día.
José Antonio Fernández: ¿Qué quieres de la vida?
Susana Zabaleta: Eso ya es de mi vida privada, no te
lo puedo contestar.
Tengo muchas cosas y muchas cosas he logrado, pero quiero más. Me faltan
miles de cosas por hacer.
José Antonio Fernández: Tengo la impresión de
que te sientes sola en este medio artístico. ¿Sí te sientes
sola?
Susana Zabaleta: ¡Claro que me siento sola! Yo tengo amigos en el cine,
en el teatro y en la tele. Nunca he podido juntarlos. Eso es triste. Las mamás
de los amigos de mis hijos, son otro grupo.
Me gustaría juntar a todos mis amores. ¿Quién no se
siente solo en la vida?
José Antonio Fernández: Me da la impresión de que andas
buscando hacer el gran proyecto. ¿Me equivoco?
Susana Zabaleta: No te lo voy a decir.
José Antonio Fernández: ¿Sor Juana?
Susana Zabaleta: No.
José Antonio Fernández: Ya lo descubrí: es Sor Juana,
es hacer la película de Sor Juana.
Más respuestas de Susana Zabaleta:
• Me encanta el glamour.
• A los programas de Televisa les hace falta glamour,
son como un circo de tres pistas. Creen que entre más malabarismo
exista, el público
estará mejor. El que tiene tres viejas encueradas al mismo tiempo,
igual no quiere a ninguna. Para empezar, ¿por qué se le encueraron
así nomás?
• Soy agresiva cuando me sacan de quicio. Me han visto agresiva en ocasiones
al aire, porque me han sacado de quicio. No estuve a gusto como juez en el
programa de concurso de Televisa.
• Me gusta provocar también que la gente llore, ría
y sea sentimental.
• Los norteños dicen una frase medio vulgar
que tiene mucho sentido: ahí como la sientas, te vas recargando. Yo
siempre he pensado que es por ahí, que todo se va acomodando y que
no tienes por qué ir
en contra de las cosas que te va diciendo la vida. Siempre pienso que nos
preocupamos de más.
• Sí he hecho un proyecto artístico complejo. Igual hago
una telenovela, que soy reina de los gays, que canto en una borrachera en la
casa de Silvia Pinal, que canto ópera o hago discos, conciertos, películas
o soy juez.
• Son grandes amigos los que me ayudan a construir
mis proyectos artísticos,
sólo así los he podido hacer.
• En el momento en el que tú dejas de hacer
algo por el: "qué van
a pensar de mí", ¡vales madres!
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