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Por José Antonio Fernández
F.
Para complementar esta entrevista, le recomendamos
también consultar las entrevistas publicadas anteriormente en
la Revista Telemundo:
Entrevista con Ciro Gómez Leyva, en la que cuenta de sus
inicios como periodista y el por qué aceptó entrar al proyecto
del Canal 40.
Y una más donde Ciro
Gómez Leyva, habla de su postura
en el conflicto TV Azteca - Canal 40.
Consulte otras entrevistas publicadas anteriormente
en la Revista Telemundo, realizadas por José Antonio Fernández,
con otros periodistas:
Joaquín
López-Dóriga
Carmen
Aristegui
José Gutiérrez
Vivó
Javier
Alatorre
Denisse
Maerker
Jorge
Ramos
Sergio
Sarmiento
Adela
Micha
Javier
Solórzano
Adriana
Pérez Cañedo
David Páramo
Oscar
Mario Beteta
Eduardo
Ruíz-Healy
Carlos
Loret de Mola
Ciro Gómez Leyva es uno de los cinco periodistas de radio y televisión
especializados en información política más importantes
de México.
A lo largo del sexenio de Ernesto Zedillo y en parte del de Vicente Fox, encabezó el
informativo del 40 (de Javier Moreno Valle), en el que mostró su estilo:
confrontarse con el poder todo el tiempo.
Ciro se quedó sin la pantalla del 40, pero llegó para quedarse
a Radio Fórmula y Telefórmula, donde cumple ya 7 años al
aire. Además de ser una de las cabezas del periódico Milenio con
quienes está a punto de lanzar
un ambicioso proyecto de noticias por televisión, también ha logrado
consolidar junto con otros colegas (destacan en primera línea Joaquín
López Dóriga, Carlos Marín y Denise Maerker) el espacio
de discusión único Tercer Grado, serie política de Televisa
conducida por Leopoldo Gómez que es, desde
las elecciones del 2006 y hasta la fecha, el programa político de mayor
relevancia en México.
Busqué esta conversación con Ciro Gómez Leyva porque a lo
largo de los últimos años ha fijado posiciones duras en relación
a personajes de gran relevancia para la vida de nuestro país, como: Andrés
Manuel López Obrador,
Carmen Aristegui, José Gutiérrez Vivó, Felipe Calderón
y también con el semanario Proceso y Julio Scherer García.
José Antonio Fernández: A la distancia, luego de varios años
del conflicto entre Canal 40 y TV Azteca, ¿consideras que la posición
que tomaste al defender, apoyar y ser leal a Javier Moreno Valle, entonces cabeza
del 40, fue la debida? ¿Volverías hoy a tomar la misma posición
de lealtad?
Ciro Gómez Leyva: Yo pienso hoy que fue
correcta mi posición. Quien
corrió los riesgos en Canal 40 fue Javier Moreno Valle. Fue él
quien abrió la pantalla y quien sabía que pagaría las consecuencias.
A veces me dicen que fui demasiado leal a Moreno Valle, y no. Tuve una correspondencia
mínima con un tipo que corrió una serie de riesgos que no se corrían
en esos años y que me daba la posibilidad a mí de ejecutarlos.
Más que lealtad te diría que tuve una correspondencia profesional
elemental.
José Antonio Fernández: Tú fijaste tu posición: Moreno
Valle no era un extraño para el equipo periodístico del 40 sino
era protagonista de ese equipo, además
de ser el dueño del Canal.
Ciro Gómez Leyva: Moreno Valle era quien
finalmente preparaba las condiciones para que nosotros pudiéramos producir.
En ese sentido él era el empresario. Y en ese sentido era un empresario
dispuesto a correr todos los riesgos, y lo hizo hasta el último día
que pudo.
José Antonio Fernández: ¿Crees que Moreno Valle estará de
regreso en el 40 en algún momento? Y te lo digo porque he escrito muchas
veces que TV Azteca y Moreno Valle tendrán que terminar este larguísimo
conflicto negociando, tarde o temprano, porque no les queda de otra.
Ciro Gómez Leyva: No veo de regreso al 40 a Javier
Moreno Valle, definitivamente no.
Lo que puede suceder con el caso, es que el abogado de Moreno Valle, Javier Quijano,
tenga éxito con sus litigios y en consecuencia que la autoridad deba tomar
una decisión sobre el caso. La otra opción es que se llegue a algún
acuerdo para que TV Azteca se quede con un Canal que hoy opera de manera irregular.
Lo que sí me queda claro, es que no veo el regreso de Moreno Valle como
concesionario de CNI Canal 40.
José Antonio Fernández: ¿Consideras que hoy el conflicto
del 40 con TV Azteca es cien por ciento un asunto jurídico, ya no hay
política?
Ciro Gómez Leyva: Sin duda. De un lado
está TV Azteca manejando
la señal y del otro Moreno Valle con su despacho de abogados, el de Javier
Quijano, y ocasionalmente yo tocando el tema en los medios.
No hay política ya en el caso.
José Antonio Fernández: Cuando sales del 40 te contratas con Televisa
para hacer Tercer Grado. Imagino que fue una decisión muy reflexionada
y pensada el contratarte con Televisa. ¿Fue así?
Ciro Gómez Leyva: Yo salí del 40
porque hubo una huelga. En términos
profesionales y políticos salí con una enorme tranquilidad para
poder estudiar alguna oferta que llegara del medio. La huelga fue en mayo del
2005. En julio,
Leopoldo Gómez y Bernardo Gómez me invitaron, junto con Denise
Maerker, a hacer un programa semanal en Televisa los domingos. Platiqué con
ellos y estuve cerca de aceptar. Pero les dije que yo todavía no me sentía
ni con la libertad, respecto de lo que eran mis compromisos con el Canal 40,
ni con la alegría
como para iniciar un nuevo proyecto. Denise Maerker sí aceptó y
hasta la fecha sigue al aire con el proyecto.
Seis meses después de esa primera invitación, en febrero de 2006,
unos días luego de que TV Azteca pusiera al aire la señal de Canal
40, nuevamente Leopoldo Gómez y Bernardo Gómez me invitan a hacer
una serie distinta. Me dijeron: es un programa de opinión y análisis
con los conductores de noticias. En esa segunda ocasión les respondí en
automático:
claro que sí, cuenten conmigo.
No pregunte qué iba a hacer exactamente en el programa, cuánto
me pagarían y no revisé ningún contrato. Fue un proyecto
que me llamó mucho la atención en un momento muy, pero muy difícil.
TV Azteca iniciaba una campaña en mi contra y ellos, en Televisa, fueron
muy, muy amables.
Cuando acepté, en ningún momento pensé en qué dirían
el senador Javier Corral u otro personajes.
José Antonio Fernández: ¿Cómo
te has sentido dentro de Televisa?
Ciro Gómez Leyva: Muy bien, contento. Yoparticipo
como colaborador. Hago el programa, platico con ellos, desayunamos o tomamos
café
por la tarde, dependiendo del horario de grabación, hacemos el programa
y Carlos Marín y yo al terminar nos vamos.
Me siento muy bien porque sin duda, y lo subrayo, sin duda, Tercer Grado es
el programa esencial de debate político en el 2006 y en el arranque
del 2007. Ahí están
los números de las audiencias y, sobre todo, ahí están
las respuestas de todos los personajes que estuvieron en el debate.
Haber estado ahí, en Tercer Grado, en esa etapa histórica, es
un privilegio profesional único. También lo es hoy, pero esos
tiempos fueron extraordinarios. Me permitió hacer algo que no había
hecho antes, el sólo participar con mi opinión, lo que me ha
resultado interesante y divertido. Además ha sido un lujo trabajar con
Leopoldo Gómez, Joaquín López Dóriga, Carlos Loret
de Mola y Adela Micha, y también un lujo reencontrame con Denise Maerker
y Víctor Trujillo, queridos compañeros del 40, y seguir disfrutando
a Carlos Marin más allá de la tinta y el papel.
Por donde lo veas, para mí Tercer Grado ha sido un lujo. No desconozco
que se han dado críticas hacia a mí de algunas personas y algunos
grupos.
José Antonio Fernández: ¿Qué respondes a esas críticas
que te cuestionan por trabajar en Televisa?
Ciro Gómez Leyva: Esas personas nunca le hicieron
esas críticas
a Denise Dresser cuando salía una vez por semana en algún programa
de Televisa, a Julio Hernández López, a mi querida Marcela Gómez
Alce o a Raymundo Rivapalacio.
José Antonio Fernández: Son grandes periodistas, pero con el
respeto que me merecen esos personajes, te puedo decir que ninguno de los que
mencionas tiene identificación de mayor dimensión con el público.
Tú eres más importante para la audiencia de la
televisión y por años fuiste el del 40, el de la posición
contestaria no gobiernista. Se te exige más.
Ciro Gómez Leyva: No creo que ese sea
el problema.
Te lo expongo así: hasta el programa de Tercer Grado que hicimos después
de las elecciones del 2006, yo podía asistir a los mítines, la
gente me
saludaba y podía conversar sin mayor dificultad con muchos de los asistentes.
López Obrador iba a todos nuestros espacios en los distintos medios,
hablo de los periodistas que participamos en Tercer Grado, y nos felicitaba
por la serie de Televisa.
El problema no es Tercer Grado, el problema arranca el 30 de julio del 2006
cuando Andrés Manuel López Obrador
toma una decisión que desde mi punto de vista, y el de muchos otros,
fue absolutamente reprobable. Le metió una cuña a la Ciudad de
México, la
lastimó con su plantón. Decirlo así de claro es lo que
nunca nos toleró a quienes lo criticamos.
Empezó a declarar que nos habían comprado y que nos habíamos
vendido.
¿Cuándo nos vendimos y cuándo nos compraron? Absolutamente
falso.
Empecé a criticar a AMLO por el plantón de Reforma, como ya lo
había criticado en Canal 40 cuando se opuso a la marcha
contra la inseguridad y cuando los videoescándalos de Bejarano. En ese
momento un grupo de profesionales que se dedican a hacer una crítica
ramplona y fácil, sobre todo en la prensa escrita en particular en un
diario y en un semanario, hicieron la conexión sencilla: claro, critica
a López
Obrador porque ya está en Televisa.
José Antonio Fernández: ¿Y así fue?
Ciro Gómez Leyva: ¿Cómo que si así fue?
José Antonio Fernández: ¿Criticaste a López Obrador
porque te habías contratado con Televisa?
Ciro Gómez Leyva: No, claro que no. Para
empezar yo no me dedico a criticar sólo a López Obrador. Para
mí López Obrador es un
personaje más sujeto a la crítica, y la crítica incluye
el reconocimiento y el señalamiento de cosas que uno considera que han
sido fallidas o equivocadas. Para mí López Obrador sólo
es un personaje más, del
cual probablemente en unos diez o doce años ya ni quien se acuerde.
José Antonio Fernández: Pero personajes de la talla de López
Obrador son importantes porque pueden cambiar la vida de las personas con sus
decisiones.
Ciro Gómez Leyva: Sí lo es, pero al igual que otros tiene su momento.
Algunos tienen trayectorias más largas, pero no dejan de ser efímeros.
López Obrador ha sido sin duda el personaje periodísticamente más
importante de los últimos 7 años. En ese sentido me ha tocado
recibir
reconocimientos públicos de AMLO, que no me gustan, como cuando el caso
del desafuero, y también me ha tocado recibir
linchamientos en la plaza azuzados por López Obrador. Que tampoco me
gustan, pero los prefiero a formar parte de la lista de periodistas entre comillas
honorables y democráticos
hecha por el mismo AMLO.
José Antonio Fernández: Voy con
otras posiciones que has fijado a lo largo del tiempo. Sigo con el caso Carlos
Ahumada.
¿Por qué tomaste la decisión de abrirle espacios a Carlos
Ahumada para que se defendiera?
Ciro Gómez Leyva: Yo conocí a Carlos Ahumada en un club al que
voy por las mañanas. En ningún momento he hablado de sus negocios,
no sé si hacía negocios ilícitos o no.
Por la relación con Ahumada, él me puso entre las personas que
lo podían visitar en el Reclusorio. Hice fila, entré y tuve una
conversación de dos horas con él. Esa plática, pese a
las presiones de la gente de la cárcel, la publiqué en tres partes
en Milenio. La visita me sirvió para ver cómo lo estaban maltratando
y hostigando. Cómo Martí Batres tenía guardias privadas
afuera de la celda. La visita me llevó a estudiar los expedientes de
Carlos Ahumada. Era un caso siniestro. Lo que hizo el gobierno de López
Obrador contra Ahumada procesalmente, es siniestro.
Es persecusión política, es fincarle delitos sin ningún
sustento para mantenerlo en prisión.
Por todo esto que te platico, fue que dije que Carlos Ahumada era un preso
político.
Nunca dije que fuera el mejor empresario ni el más transparente. Mi trabajo
periodístico de Ahumada inicia cuando entra a la cárcel y termina
con la única conversación que concede a la radio el día
que sale de prisión. Hasta ahí llega mi ciclo periodístico
con Ahumada. Lo que haga hoy es algo que ya no me corresponde cubrir a mí,
que lo toquen otros colegas.
Por supuesto, mi posición en el caso Ahumada irritaba a la gente de AMLO
y de nueva cuenta la crítica para mí era: como Ciro ya se vendió ahora
defiende hasta a Ahumada.
José Antonio Fernández: Otra pregunta en relación a Ahumada.
Cuando se da el atentado de San Ángel, que buena parte de la prensa
lo explicó como autoatentado, ¿es el momento que te deslindas
del caso Ahumada?
Ciro Gómez Leyva: Eso fue en junio del
2006, el día previo al debate
de los candidatos. Yo no me deslindé después de eso. Es más,
en septiembre de 2006 tenía una cita en el Reclusorio para ver a Carlos
Ahumada. Me hicieron ir y las autoridades del Gobierno de la Ciudad me la cancelaron
ya estando ahí. Vi a Ahumada detrás de las rejillas, destrozado,
llorando. No dejaron que lo entrevistara.
En mayo del 2007 Ahumada sale de prisión. El tema no lo dejé hasta
que fue liberado.
José Antonio Fernández: Otro tema: has establecido una polémica
frontal con López Obrador. Eres el periodista que más polemiza
con AMLO. Te contesta en sus mítines lo que dices en tu columna del
Milenio y en Tercer Grado. Ha sido muy interesante esta polémica.
Mi percepción es que con tus opiniones muestras a AMLO como un demagogo. ¿Crees
que López Obrador se haya convertido en demagogo?
Ciro Gómez Leyva: Todos los políticos tienen una vena demagógica.
Mi principal acusación a López Obrador es su facilidad con la que
miente. Como lo he hecho con otros personajes, con AMLO he confrontado muchos
de sus mitos. En diez años de cubrirlo, me han tocado al menos 20 mitos.
Te doy un ejemplo: la encuestadora GEA/ISA ponía a López Obrador
adelante en las encuestas presidenciales. Lo dimos a conocer en el Canal 40.
Así estaba su popularidad. Para 2006, el viernes anterior a Semana Santa,
presenté a Guillermo Valdés, hoy Director del CISEN, y a Ricardo
de la Peña, entonces
ambos como GEA/ISA, en Radio Fórmula. De manera generosa y solidaria,
de cuates, fueron al programa para dar a conocer su más reciente encuesta
en forma exclusiva: me dicen que Felipe Calderón se había emparejado
ya a López Obrador. De inmediato AMLO empezó a decir que yo me
había vendido y que él llevaba diez puntos de ventaja. Pedí ver
su encuesta, la de AMLO, y nunca me la mandaron. Una semana después
El Universal publicó su encuesta. Aparecían tablas Calderón
con López Obrador. Lo mismo sucedió con el Reforma días
después. Mitofsky ponía a AMLO sólo un punto arriba.
Me pregunto: ¿se puede mentir y agredir con esa facilidad, la de López
Obrador?
Seis meses después de esa Semana Santa del 2006, Cristina Covarrubias,
encuestadora de AMLO, me dice en el programa de Radio Fórmula que nunca
estuvieron arriba diez puntos y que en esas fechas sus estudios marcaban sólo
un punto más a AMLO.
El gran problema de López Obrador es que nunca se equivoca, jamás.
Siempre tiene la razón.
José Antonio Fernández: ¿Por qué crees que debas
polemizar como periodista con López Obrador?
Ciro Gómez Leyva: No polemizo con él,
sino con sus temas.
Quiero agregar mi sorpresa por toda esa prensa, no la que apoya a AMLO de manera
incondicional, sino la de los pensadores que dicen ser democráticos, que
no dijeron una sóla palabra durante las 45 tardes consecutivas que duró el
plantón en las que AMLO se encargó de agredirnos en público
en el Zócalo, a quienes lo criticamos, muchas veces dando nuestros nombres
y diciendo que éramos la prensa vendida. Lo hizo en un momento en el que
los ánimos estaban muy crispados. Esas críticas de López
Obrador para mí son gajes del oficio. Lo que me llama la atención
es que no escuché a ningún demócrata reponsable, esos que
señalan a los medios de comunicación, hacer el más mínimo
cuestionamiento o cuando menos
levantar una ceja por haber escuchado a AMLO linchar a un grupo de periodistas.
A lo mejor su postura fue muy democrática.
José Antonio Fernández: ¿Crees que López Obrador
se convirtió en un demagogo?
Ciro Gómez Leyva: Es un personaje al
que no le preocupa mentir. En su estrategia política la mentira juega
un papel importante.
José Antonio Fernández: Has establecido
otra polémica
con Carmen Aristegui y con José Guitiérrez Vivó. Me da
la impresión de que quisieras verlos
como dos casos que no son tan importantes. Yo creo que sí son muy relevantes,
como lo fue el tuyo cuando saliste del Canal 40, asunto del que también
me ocupé en su momento.
Ciro Gómez Leyva: Para mí sí son dos casos muy importantes.
A cada uno de los dos les he hecho una sóla crítica.
José Gutiérrez Vivó se tomó cuatro horas al aire
para explicarnos cómo lo persiguieron, maltrataron, amenazaron y humillaron
y lo dejaron fuera del aire. Se dice víctima. No tengo por qué dudar
de que su dicho sea cierto. Cuatro meses después regresó al aire,
y ante la pregunta de todo su público para que respondiera qué pasó,
su respuesta fue: no es un tema de importancia. Es mi única crítica
a Gutiérrez Vivó. En términos de claridad informativa
y periodísticos, si tomas
cuatro horas para decir cómo te martirizaron, danos cuatro minutos para
que nos digas qué hiciste para
regresar al aire, qué aceptaste, con quién negociaste y qué.
Con relación a Carmen Aristegui, sale del aire en el momento de mayor éxito
de su carrera, ganado a pulso por ella. Entonces se toma varios minutos para
decir: me censuraron. Yo le hago una sóla pregunta: ¿cómo
es que la censuraron? ¿Por qué su discurso es tan ambiguo y por
qué sus señalamientos son tan vagos?
Más respuestas de Ciro Gómez
Leyva
publicadas en exclusiva en CANAL100.com.mx
José Antonio Fernández: Otra pregunta
sobre Carmen Aristegui y Gutiérrez Vivó: ¿sí crees
que el poder del Presidente, o de su entorno cercano, es el que está detrás
de sus problemáticas?
Ciro Gómez
Leyva: Yo no lo creo y no he visto un sólo
dato ni un sólo
elemento que me haga pensar lo contrario. No son el asesinato de Kennedy
ni cómo lanzaron la bomba
nuclear. Es decir, no necesitan pasar 40 años para que tengamos los
elementos que expliquen el hecho.
No creo que la mano del Presidente esté atrás ni he visto algo
que me haga cambiar de opinión.
Y déjame agregar algo más: ya
entrando a la parte de las percepciones, por lo que ha sido mi biografía
profesional y sobre todo por la forma en la que vivimos los cuatro años
finales del Canal 40, yo me siento mucho más cercano a la línea
de pensamiento de Carlos Marín,
la que no ve ni entiende al periodista como víctima. Ve al periodista
como un profesional que trabaja todos los días en un terreno de riesgo
y en ocasiones de alto riesgo. No puedes meterte a ese terreno de riesgo
y servirte de él, ganar muy bueno dinero en ese terreno y hacerte
muy famoso y muy popular y luego decir que pisaste una mina y saliste volando.
Joaquín López-Dóriga, Carmen Aristegui, Pepe Cárdenas,
Jacobo Zabludovsky, Raymundo Rivapalacio, Federico Arreola, Carlos Marín
y René Delgado, todos ellos son periodistas muy exitosos y muy privilegiados.
Tienen el privilegio de estar al frente de los principales medios de comunicación.
Ser un conductor de radio y televisión es un gran privilegio. Puede
ser la voz y el rostro de un medio de comunicación, lo que implica
que cualquier día se puede ir. Son dos escuelas de pensamiento distinto.
Yo sé que
hago el programa de hoy, no sé si haré el de mañana,
lo que no me preocupa mucho. Hay otra escuela que le encanta la victimización,
el me persiguen, maltratan, acosan, me ven feo y me quieren censurar. Yo
no lo digo, aunque por supuesto me persiguen, me acosan, me ven feo y me
quieren censurar. Por supuesto que lo hacen porque me paso todos los días
criticando a personas y a grupos, a decisiones y a movimientos. Por supuesto
que ellos no me van a aplaudir.
Hoy Héctor Aguilar Camín escribió en Milenio que el periodismo
crítico se volvió un gran negocio en México. Los periodistas
que lo practican son famosos, poderosos y ganan mucho dinero. ¿Se
vale entonces decir como periodista: me persiguieron, soy víctima?
Y agregó algo más: en Milenio, en Radio Fórmula y en el
Canal 40, todo lo que he hecho ha sido de la mano de mi empresa. No entiendo
cómo puedas trabajar en contra de tu empresa. No comprendo cómo
en un momento difícil, donde sin duda Carmen Aristegui rompió el
cerco informativo en el tema de todo lo relacionado a la Ley de Radio y Televisión,
cuando su empresa estuvo firma con ella, luego abre fuego con esa misma empresa.
Es algo que no juzgo pero no entiendo. A lo mejor así debe ser, pero
no lo entiendo.
José Antonio Fernández: ¿Crees que exageran Carmen Aristegui
y Gutiérrez Vivó?
Ciro Gómez Leyva: Como periodistas
sólo te puedo decir que a cada
uno de ellos les hice una sóla pregunta. Pasan los meses y esa
pregunta no se responde. En los dos casos me parecen preguntas de primer
semestre de periodismo.
José Antonio Fernández: Paso a otra polémica
que has abierto. Hace una semana fuiste a una mesa para hablar del caso Marcial
Maciel.
Ciro Gómez Leyva: A esa mesa iría Carmen Aristegui pero no asistió.
Canceló, creo, dos horas antes.
José Antonio Fernández: Según la crónica de esa mesa,
te recibió el público con abucheos y al final te despidió con
aplausos. En esa mesa dijiste que un semanario se quedó callado cuando
en el 40 destapaste ante la opinión pública el caso del Padre
Maciel.
Ciro Gómez Leyva: Periodísticamente me llama la atención.
En 1997, Javier Moreno Valle habló con Julio Scherer los días previos
o posteriores de que salió nuestro programa del Padre Maciel, para pedir
solidaridad periodística. El Canal 40 era pequeñísimo y
fragilísimo. Estábamos muertos de miedo por este asunto de los
Legionarios de Cristo. La respuesta de Scherer fue: Javier, Javier, hagan periodismo,
nosotros no nos ocupamos de cosas que ocurrieron hace 40 años. Eso no
son asuntos periodísticos.
Me llama la atención que diez años después la portada
de Proceso, cuando muere Marcial Maciel haya sido: no habrá ni perdón
ni olvido. Igual es una paradoja. También cabe la posibilidad de
que ellos hayan modificado su enfoque periodístico sobre el tema.
Es importante que te diga que después de ese 1997, fecha en la que
dimos a conocer el caso ante la opinión pública en Canal 40,
nadie, incluidos nosotros, volvió a tocar
el tema sino hasta principios de 2002. Fueron cinco años de silencio
que también
merecen incluso una autocrítica,
porque tampoco nosotros tocamos el tema a lo largo de 5 años. Fue
un grave momento de censura. En esa mesa pedí disculpas por ese
largo silencio. Le pedí disculpas a José Barba, uno de los
denunciantes de Maciel, que estaba junto a mí. Y al auditorio le
dije: periodista que esté libre
de culpa, que tire la primera piedra.
José Antonio Fernández: Has tomado
la decisión de establecer
polémicas con personajes de primerísimo nivel, como AMLO, Aristegui,
Gutiérrez Vivó y hasta con Proceso. Fijas claramente tu posición
y la haces contundente y, por lo tanto, dura. ¿Por qué lo haces?
Sé que te confrontas de forma consciente.
Ciro
Gómez Leyva: Quizá porque con
el grupo de periodistas con el que me formé, con el que hice mis primeros
años de carrera, e incluso
con el que he trabajado en los últimos años, tenemos muchas
diferencias pero una coincidencia. Te puedo hablar de Raymundo Rivapalacio,
René Delgado,
Roberto Zamarripa y de Carlos Marín. La coincidencia es la siguiente:
el periodismo sin adrenalina, son relaciones públicas. En un país
como México darle la vuelta a los asuntos incandescentes que tenemos,
cuál sería el caso. Tendría que dedicarme a hacer
otro tipo de periodismo, no el político.
El periodismo es un ejercicio de confrontación permanente con los poderes,
y digo los poderes. Esa es la gran diferencia con la gente de La Jornada, que
para ellos es una confrontación contra el PAN y la derecha. Para mí es
una confrontación contra todos los poderes. Es más, cuando
escribo un texto suave sobre un tema medio light, me siento mal cuando
pongo el punto final y luego el send (enviar). Es como no haber chambeado.
En términos personales es también casi una vocación
de estar confrontando los mitos. Por ejemplo, cuando leo en el Reforma que
el Sindicato de la Compañía de Luz y Fuerza les quiere cortar
la luz, veo una gran historia. Busco al líder del Sindicato. Me dicen
que jamás
amenazaron con cortar la luz porque no lo pueden hacer, porque quien puede
cortar la luz es la empresa. Al día siguiente llamo a la Compañía
de Luz y pregunto si van a cortarle la luz a Reforma. Me dicen que no.
Lo que se dijo en Radio Fórmula lo publiqué en Milenio y lo
reprodujo también Reforma, muy bien por cierto. Para mí el
tema estaba agotado. Antes de mis dos publicaciones, ya habían salido
Monsiváis, Granados
Chapa, Roger Bartra, Florescano, Garcíadiego y otros a dar opiniónes
en contra del Sindicato de Luz porque le quería cortar la energía
a Reforma. Ve el tamaño de los mitos.
José Antonio Fernández: ¿Construimos muchos mitos en México?
Ciro Gómez Leyva: Quisiera pensar que se construyen
en muchas ocasiones por errores.
Sé que hoy en México hay dos corrientes de periodismo, fundamentalmente,
frente a los mitos: una es la que frente a un hecho todavía no verificable
piden sumisión absoluta, como en el caso de Ernestina Ascencio,
la anciana de Zongolica. Los que dudamos fuimos traidores, al igual que
fuimos traidores los que dudamos de la existencia del fraude electoral
del 2006. Se nos acusa de inmediato de servir a los intereses de la derecha.
La otra corriente es la de los periodistas que podemos dudar e investigamos
sobre el caso en duda, así de
sencillo.
José Antonio Fernández: ¿Cambiaste al entrar a
Televisa?
Ciro Gómez Leyva: Yo participo con
Televisa una vez por semana. Publico 250 artículos al año y hago otros 250 programas en Radio Fórmula
por año. Si hubiera tenido un cambio drástico, sería evidente.
Las críticas para Televisa y contra los que colaboramos en Tercer Grado
no existirían si no hubiera sido tan polarizante y tan traumático
el conflicto poselectoral.
José Antonio Fernández: Hablando más de mitos: ¿crees
que el poder de Marta Sahagún en el el sexenio pasado era tan grande
como se dice?
Ciro Gómez Leyva: Todo parece indicar
que al menos hasta el verano del 2004, era inmenso. En ese 2004 ella tira
la toalla y tiene que recular cuando anuncia que no buscará la candidatura
presidencial. Entonces se empieza a desinflar Marta, cobra mucho peso el
tema del desafuero y Marta se desvanece como personaje público. Cuentan
que entonces opta por un camino más
rentable, y ojalá algún día alguien pueda documentar
esta versión: la de que se dedica tranquilita a hacer muy buenos
negocios.
José Antonio Fernández: ¿Ha mejorado
nuestra clase política?
De
1991 a la fecha tengo cubriendo a los políticos. De entonces al día
de hoy, nuestra clase política no ha mejorado.
Tendría serias dudas al decir que la clase política
de 2008 es más etica que la de 1994.
Quizá habías más controles y es más complejo hoy
o no pueden hacer ahora las cosas que hacían en el pasado, pero quizá también
hoy se estén haciendo un montón de cosas que la prensa o no sospecha
o no tiene capacidad para cubrir.
Otras respuestas de Ciro Gómez
Leyva publicadas en exclusiva por
Canal100.com.mx:
1. Te dejo algunas preguntas: ¿Reyes Taméz
fue un mejor secretario de Educación que Ernesto Zedillo, o es mejor
que ambos Josefina Vázquez
Mota?
2. Otra: ¿Juan Camilo Mouriño es un secretario
de Gobernación
más ético y más limpio que Diódoro Carrasco o que
Francisco Labastida?
3. Te pregunto otra: ¿Andrés Manuel López
Obrador fue un gobernante más honesto que Cuauhtémoc Cárdenas
o que Manuel Camacho?
4. En un país de dudas los
mitos son colosales.
5. Milenio se adapta a lo que viene
en los próximos
años.
Entra de lleno a la multimedia, de ahí el lanzamiento de un canal
de noticias en televisión de paga y en internet.
6. Critico a los de izquierda y
a los de derecha. Hoy los de izquierda están más activos. Dan más
temas.
7. Periodismo es estar revisando a los poderes. Cuando confronto
a un poder siento todos los temores y todas las angustias. Ese poder siempre
impone, se puede llamar Vicente Fox, Andrés Manuel López Obrador,
EPR, Legionarios de Cristo, TV Azteca o dime el nombre que quieras, cuando
los confrontas te ubicas en la realidad, porque cada vez que confrontas a un
poder te das cuenta de tu fragilidad.
8. Pienso que Felipe Calderón había tenido
dos grandes éxitos
en su primer tramo como Presidente: primero, con todos los excesos y errores,
yo sí creo que tenía que dar la batalla contra el hampa y la
ha dado. Y, segundo, consiguió bajarle la temperatura a la tensión
política,
algo que yo creí que no podría hacer. Ahora el tema Mouriño,
que en el momento en el que se hace esta entrevista esta todavía en
curso, me parece totalmente decepcionante.
9. La manera, rayando en el cinismo,
con la que están
tratando el caso Mouriño, me parece un error de párbulos de
un Presidente que había
mostrado oficio político, en un momento en el que el gran cuestionamiento
para la gran Reforma de Pemex es la ecuación: inversión privada
más Pemex más políticos es igual a corrupción.
10. Aunque Mouriño sea inocente, hoy simboliza, como
nadie, esa ecuación: capital privado más políticos más
Pemex es igual a corrupción.
11. El costo de sacrificar a Mouriño hoy debe ser
más
alto que el de mantenerlo, de otra forma no entiendo su permanencia.
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