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Por José Antonio Fernández F.
Para complementar esta entrevista, le recomendamos
también consultar
otras entrevistas publicadas anteriormente en la Revista Telemundo con:
Rebeca
Jones, actríz, Humberto
Zurita, actor, Ari
Telch, actor, Fernando
Luján, actor, Rafael
Inclán, actor,
Vanessa
Bauche, actríz de cine y Andrés
Bustamante.
Humberto Vélez es el creador de la voz de Homero Simpson en español.
Y subrayo que es el creador, porque Vélez no copió la voz norteamericana,
consiguió crear
una voz que hoy identifican muchos millones en América Latina. Esa voz
es hoy todo un símbolo. Por eso lo invitan a dar conferencias a distintos
países y es noticia cada vez que alguna de sus declaraciones aparece
en los periódicos. Se gana las primeras planas de los diarios.
Así como Guillermo Arriaga es el único mexicano escritor de cine
conocido por una enorme cantidad de espectadores de México y de muchas
naciones más, así Humberto Vélez es el único mexicano
doblador de voz que es conocido tanto en México como el extranjero por
el público. Su
creación de voz le dio a Homero Simpson una relación más
que amigable con los televidentes. Homero es amado.
En la parte final de la entrevista, Humberto Vélez cuenta cómo
diseñó con
precisión la voz de Homero para que
tuviera las cinco características que la hacen inconfundible, y que lo
proyectan con el público porque retratan justamente lo que Homero es:
padre de familia al que le gusta beber cerveza (voz madura y aguardientosa),
que tiene un muy leve retraso mental porque alguna vez se metió un crayón
por la nariz (su voz es un poco torpe). Además, como Homero no controla
sus movimientos del todo, su voz sube y baja (hace graves y agudos todo el tiempo).
Y la cereza del diseño sonoro de Humberto Vélez,
es que al mismo tiempo supo imprimir ternura a la voz de Homero. Su voz retrata
una característica clave del personaje animado más famoso de toda
la historia: sabe amar. Así, su voz es aguardientosa, madura, torpe y
de tonos disparatados, pero, al mismo tiempo, sabe ser dulce.
Humberto Vélez es un doblista de voz genial.
José Antonio Fernández: ¿En qué momento
surge tu idea de ser un actor de doblaje de voz?
Humberto Vélez: Cuando era muy chico, yo
vivía en Tehuacán,
Puebla. Mi tía Alicia me llevaba la revista Tele-Guía. Me gustaba
leer una columna de Chucho Gallegos, que se llamaba "Abismo, entre voces
e imágenes". Era una página. Del lado izquierdo de la plana,
publicaba el retrato de un actor gringo con su biografía. Aparecían
estrellas de series de televisión de entonces, como Los Munsters o Los
locos Adams. Y del lado derecho, publicaba la foto del actor mexicano que doblaba
la voz al español de esa estrella. Debajo escribía la biografía
del doblista. Ahí descubrí que
existía el doblaje. Yo tenía 11 años. A partir de entonces
me empecé a fijar en las voces y me gustó el manejo de la voz.
Yo me lo explico así: fue un llamado, sentí que eso era lo que
a mí me gustaba.
Cuando mi tía Alicia llevaba el Tele-Guía, yo sólo leía
esa sección de Chucho Gallegos. Ahí descubrí a muchos de
los actores con los que trabajé después. Por el Tele-Guía
me enteré que la voz de Pedro
Picapiedra la hacía Jorge Arvizu, el Tata. Es un doblaje extraordinario
hecho por un artista. Cuando supe que la voz de Pedro Picapiedra estaba doblada,
confirmé lo
que quería hacer en la vida.
El maestro Arvizu doblaba también al Súper Agente 86 y a Benito
Bodoque, entre muchos otros.
José Antonio Fernández: ¿Te inscribiste en alguna escuela
para estudiar actuación?
Humberto Vélez: Ese llamado de los once
años se me olvido por un
tiempo y no le hice mayor caso. La insistencia familiar me llevó a estudiar
Derecho. Cuando me tocó ir a consultar un expediente en el Tribunal, casi
vomito. Era un caso de un indio de la sierra de Oaxaca que había perdido
un expediente de cambio de nombre. Su asunto no sólo no se resolvió,
sino que terminó perdiendo sus tierras en el juicio porque su nombre había
sido mal registrado. No me sentí bien. No era mi vocación.
José Antonio Fernández: ¿Qué haces
entonces para convertirte en actor?
Humberto Vélez: Tiempo atrás yo había estudiado arte dramático
en Estados Unidos, en Dayton, Ohio. Hablé con mis papás, les dije
que mi vida no era ser abogado y que regresaría a la escuela de
actuación. Me inscribí a la Academia Andrés Soler y ahí me
sentí feliz. Sin embargo, debo decir que volví a olvidar el doblaje.
En ese momento todos los que estudiábamos en la Andrés Soler, incluyendo
a los maestros, aspirábamos
a ser actores de teatro, televisión y, sobre todo, de cine. El cine mexicano
en los setentas vivío
una muy buena época. Era artístico.
José Antonio Fernández: ¿Conseguiste
ser actor de cine?
Humberto Vélez: El problema es que el físico
con el que yo fui dotado, no daba para el cine. No tenía ese físico
impresionante de, por ejemplo, José Carlos Ruíz, que con su mirada
impacta la pantalla y define el ser mexicano. Mi cara es de mexicano, pero no
es cinematográfica. Mi figura no impacta en el cine. Saberlo me deprimió horriblemente.
Me llevó al alcoholismo muy pronto. Lo entendí después,
pero en ese momento me frustró de manera terrible.
José Antonio Fernández: ¿Cuánto
tiempo insististe en ser actor de cine?
Humberto Vélez: Muchos años. Hasta 1985.
Fui a cualquier cantidad de castings y no tuve suerte. Ellos buscan gente con
impacto inmediato.
Aclaro que no le echo la culpa a la gente del cine. Quizá yo no tenía
la suficiente educación actoral o no sabía hacer bien las cosas
en ese momento. A pesar de haber estudiado, era más mi entusiasmo por
el cine que mi preparación verdadera. Yo no le echo la culpa a nadie ni
tampoco soy de los que digo que el país no me hizo justicia. Si yo no
logré hacer cine, fue porque yo no podía y no porque los directores
fueran tontos y no lograran ver mi talento.
Hoy todo esto me queda claro, pero en ese tiempo sí pensaba que el país
estaba muy idiota. Hoy sé que
esa explicación era falsa.
José Antonio Fernández: ¿Qué camino buscaste para
seguir con tu sueño de ser actor?
Humberto Vélez: Me fui por el camino del
desarrollo de mi voz. Empecé a
trabajar en Radio Educación, que en esos tiempos era muy buena. Estaba
en auge la radio cultural. Ahí transmitíamos programas con Chava
Flores, Amparo Ochoa, Tehua y con actores de la talla de Héctor Bonilla.
También trabajé en el Imer (Instituto Mexicano de la Radio) y en
Televisión Educativa, que también entonces tuvo un boom de producción
con programas interesantes y bien hechos. A pesar de que yo me abría camino
en la radio y la televisión cultural,
de todas maneras yo seguía
presentándome todos los días en los Estudios Churubusco y en Televisa.
Me iba en bicicleta, como lo sigo acostumbrando hasta hoy (aunque tengo auto).
José Antonio Fernández: ¿Vivías
solo?
Humberto Vélez: No, yo me he casado tres veces.
José Antonio Fernández: ¿Qué pasó con
tu crisis personal y con el alcoholismo?
Humberto Vélez: Se fue ahondando, porque
sentí una frustación al no poder haber hecho ni cine ni televisión
comercial. Para mí era un fracaso estar en la radio y la televisión
cultural. Sentía que estaba ahí porque no la había hecho
en el medio comercial.
Mi alcoholismo era brutal. El peor momento fue cuando acabé bebiendo todos
los días, mañana, tarde y noche, durante más de seis meses.
Un día de mayo de 1995 me dio delirium tremens, y entonces fue cuando
dejé de beber.
José Antonio Fernández: ¿Qué viste
cuando te dio el delirium tremens?
Humberto Vélez: El delirium tremens es cuando
ves arañas y elefantes
encima de tu cama. Es cuando no controlas ni lo que ves, ni lo que dices y tampoco
lo que haces, pero estás perfectamente consciente de lo que te está sucediendo.
Es un sufrimiento espantoso porque te das cuenta que ya te mataste neuronas y
que el próximo paso es la locura. Por fortuna para mí, esa misma
conciencia del momento horroroso que estaba yo viviendo, fue la que me hizo echarme
para atrás ese mismo día y me prometí no volver a beber
nunca.
Con el debido respeto que tengo de los grupos de Alcohólicos Anónimos,
decidí hacer caso omiso de su método del Sólo por hoy, y
yo dije: nunca más. Llevo más de diez años cumpliendo el
nunca más.
A través de la madurez que da el tiempo he aprendido que mi compromiso
es demasiado grande, que los doble A (Alcohólicos
Anónimos) tienen
razón al pensar que no se puede hacer un compromiso a tan largo plazo.
Por eso, ahora mi compromiso lo hago cada día, al igual que ellos, y quizá hasta
más de corto plazo. Si hoy me ofrecen una cerveza, simplemente digo que
no, y esa no me la echo. Lo que me da otros tres días para vivir libre
de la tentación de la bebida.
Sé que el alcoholismo no abandona nunca y que es necesario resistir.
José Antonio Fernández: ¿Armaste
un estudio de audio en los ochentas?
Humberto Vélez: En 1985, cuando mi alcoholismo
llegó a todo lo
que daba, monté un estudio de grabación. A pesar de que yo era
el dueño del estudio y que estaba
felizmente casado, insistía en ser actor de cine. Compré esa idea,
y viví años pensando en que si no era actor de cine, no era nadie.
Creí que debía ser estrella, ganar mucho dinero y ser famoso. Como
las cosas no eran así, yo vivía frustrado. Por años le hice
caso a otros, no a mí. Hoy sé que una persona debe hacer lo que
quiere, aunque a los demás
les parezca que eso que a tí te gusta sea mediocre o tonto. Estoy convencido
que debemos enseñar a los niños a ser más introspectivos
y a tener más confianza en lo que ellos piensan y quieren.
José Antonio Fernández: ¿Cómo es el medio del doblaje
de voz en México?
Humberto Vélez: El doblaje es un microcosmos que
refleja fielmente cómo
es México. En esta industria del doblaje estuvimos mucho tiempo como el
PRI: durante años fuimos los únicos. En México se
doblaban al español casi todas las series producidas en Estados Unidos
y Europa. Después de ser los únicos pasamos a ser los mejores,
lo digo con ironía, y luego nos sacaron de Los Pinos (hago la analogía),
y ahora, en vez de ponernos a chambear, nos dedicamos a darnos patadas unos a
otros para tratar de explicar quién
tuvo la culpa de que ya no estemos en Los Pinos. Mientras tanto, las empresas
de doblaje nos ven desde lejos, hacen hoy lo que ellas quieren y se siguen hinchando
de dinero. Tal y como sucede entre México y los países más
avanzados.
Las empresas, como el gobierno en México, están sólo preocupados
por la macroeconomía, cuyo resultado es que hay 5 hombres muy ricos mientras
el resto va resolviendo sus cosas como puede. Cuando la fórmula tendría
que ser educar a todos de a deveras, para hacer un país fuerte. Te aseguro
que con educación, la macroeconomía sería mejor. Así lo
hacen los países de mayor desarrollo.
Pero si cuando te va bien te pones a hacer lo que te da la gana y no lo que tienes
que hacer, entonces te metes en problemas. Eso pasó con el doblaje. El
PAN y el PRD (los adversarios del PRI) del doblaje, son países como Venezuela
y Chile. Vieron el mercado, empezaron a doblar y se convirtieron en una opción.
En los años noventa se fortalecieron los sudamericanos y nuestro doblaje
se fue al demonio.
José Antonio Fernández: ¿Sigue habiendo crisis en la industria
del doblaje en México?
Humberto Vélez: Claro, y no tenemos unidad.
José Antonio Fernández: ¿Cuál
ha sido el peor momento de la industria del doblaje en México?
Humberto Vélez: Este. Hace dos años
se perdieron Los Simpson y siete series más. Fuimos los dueños
de la serie más exitosa
de todos los tiempos, nosotros mismos nos la quitamos y ahora nuevamente se hace
en México. Es increíble, pero la peleamos entre nosotros, la perdimos
y la ganamos. Te lo digo más claro: nosotros peleamos con nosotros mismos.
José Antonio Fernández: ¿Cómo
se da ese pleito entre ustedes mismos?
Humberto Vélez: Se da entre la empresa
y el trabajador. En vez de negociar para llegar a un acuerdo, ambas partes se
fijan en su posición, tal cual lo hacen nuestros
políticos, y nadie cede un
centímetro. El resultado es no llegar a nada.
José Antonio Fernández: En el caso específico del pleito
por el doblaje de Los Simpson, ¿qué quería la empresa de
doblaje?
Humberto Vélez: La compañía
quería
quitar del contrato laboral la cláusula de exclusividad, que tenía
40 años
de vigencia. Esa cláusula decía que sólo los trabajadores
de la ANDA (Asociación Nacional de Actores) podían trabajar en
esa empresa (Grabaciones Internacionales y Doblajes, S.A. de C.V.).
José Antonio Fernández: ¿Crees
que la empresa tenía
razón el querer quitar esa cláusula de exclusividad de la ANDA?
Humberto Vélez: Al menos creo que podría haber sido negociable.
Para empezar, preguntarles por qué querían quitar la clásusula.
Escuchar sus razones y, sí tenían razón, había posibilidad
de negociar algo a cambio, como un sueldo mejor.
Hoy debo decirte que yo creo que tenían razón. Desde 2003, dos
años antes del pleito, de hecho, de facto, en esa empresa la cláusula
de exclusividad no operaba en la realidad. Ellos contrataban dobladores de la
ANDA y también a otros que no pertenecían a la ANDA. Para 2005,
el 40 por ciento de los doblistas que trabajaban en esa compañía,
no eran asociados de la ANDA.
Lo que ellos querían era claro: formalizar la realidad y por eso su objetivo
era que no apareciera más la cláusula
de exclusividad en la renovación del contrato con la ANDA.
No era descabellado el pleito, pero las posiciones se radicalizaron. Era la época
del todo o nada.
Del "de aquí no me muevo y yo tengo la razón al cien por ciento".
Del "yo pienso y tú eres el pendejo".
En 2005 estuvo de moda esa necedad política. Y aclaro que con esto no
estoy diciendo que López Obrador no haya ganado.
No lo sé. La mitad piensa que sí y la otra mitad que no. Yo le
concedo a la mitad el beneficio de la duda. Yo mismo dudo. En nuestro caso, el
de Los Simpson, debimos sentarnos a platicar entre nosotros y con la empresa,
y no hacer huelga.
José Antonio Fernández: ¿Platicaron
con la empresa antes y durante el conflicto?
Humberto Vélez: Muy poco. Las posiciones
se radicalizaron muy rápido. La empresa se negó a dar algo a cambio
de que quitarámos la cláusula de la exclusividad, y la ANDA también
se negó a recibir algo a cambio. Cuando nos reuníamos, y te lo
digo porque yo era uno de los asistentes a las mesas, una parte preguntaba: "¿ya
lo pensaron?" Y la otra respondía:
"sí, y seguimos en lo mismo". Entonces la otra parte preguntaba: "¿y
ustedes?" Y la respuesta era: "sí,
ya lo pensamos y también seguimos en la misma posición". La
reunión se terminaba de manera inmediata. No había más conversación.
Nunca entendí la posición ni de uno ni de otro. Así de fácil.
Yo abandoné la lucha y me gané una mala reputación entre
mis compañeros. Muchos de ellos me dicen traidor.
José Antonio Fernández: ¿Te
consideras traidor?
Humberto Vélez: Abandonar la lucha de los
compañeros, fue una traición. Sin embargo, mi abandono tuvo razones.
No los entendía ni compartía sus razones
ni sus métodos y metas. Yo no puedo
ser inflexible.En ese pleito utilizaron mi mono (Homero) y mi trabajo como bandera.
Lo que fue estúpido. La bandera debió ser la ANDA.
José Antonio Fernández: ¿Por
qué te
pareció estúpido que tomaran como bandera tu trabajo con Los Simpson?
Humberto Vélez: Pensaron que yo era insustituible.
Yo jamás lo
pensé así, y se los dije en su momento. Además, yo no soy
Homero Simpson. Muchas veces les dije que me iban a quitar. Pero ellos insistían
una y otra vez que yo era insustituible y que la empresatendría que negociar
a huevo. También les dije una y otra vez que nadie es insustituible. Que
el pleito ya era una necedad.
José Antonio Fernández: Cuando sucede la crisis, en el 2005, tú vivías
una etapa distinta en tu vida y estabas en un gran momento como doblador.
Homero Simpson es el personaje mejor doblado de los últimos 20 años.
Y lo subrayo: es el mejor doblado de los últimos
20 años. Es una gran creación. Te puedo decir más de 10
personajes muy bien doblados de los setentas, empezando por Pedro Picapiedra,
Benito Bodoque, Kojak, Manix, El Fugitivo y el Doctor Kildare. La lista es larga.
Hoy son pocos los personajes que tienen un gran doblaje. Con Homero lo conseguiste,
hiciste una creación de voz extraordinaria
y yo te doy aquí ese reconocimiento.
Humberto Vélez: Era un muy buen momento
para mí, y no enloquecí.
Yo quería separar a mi personaje del pleito, porque una cosa era la clásusula
de exclusividad y otra muy distinta mi doblaje de Homero. Nada tenían
que ver. Un partido político, que no diré cual, me llamó a
la Cámara
de Diputados. Me recibió un diputado. Me dijo que me apoyaban para lanzarme
en contra de la empresa pero que yo me pusiera al servicio del partido. Según él,
me resolverían el problema a nivel internacional. Dijo que harían
una demanda a la Fox
y que nos ganaríamos una buena lana todos.
José Antonio Fernández: ¿Quién
te lo dijo?
Humberto Vélez: No te lo diré, porque
no tengo pruebas de que me lo haya dicho. No hay ninguna grabación de
ese día, por lo que no llevaría a nada que
te revelara el nombre. Sin embargo, sí te lo cuento para que veas a qué grado
de confusión llegó el pleito. Era una locura. Ya no tenía
sentido.
Por supuesto, le contesté que no quería ser rico por una demanda,
que mi objetivo era seguir trabajando como actor de doblaje y punto, que yo no
deseaba ningún escándalo.
En verdad, no me imagino llegando en un Cadillac a ningún lado.
José Antonio Fernández: ¿En
algún
momento alguien de la empresa se comunico contigo?
Más respuestas de Humberto Vélez
publicadas
en exclusiva por CANAL100.com.mx
•
• Uno de esos días del conflicto,
recibí en
mi celular una llamada del representante de Fox para latinoamérica, Gustavo
Montaudón,
quien vive en Miami. Pensé que me llamaba para intentar arreglar el
conflicto entre él y yo, pero no fue esa la razón por la que
me contactó. Montaudón me hablaba porque quería saber
mi versión
del conflicto. Cuando terminé de relatar la historia, me contestó que
era exactamente la misma versión que le habían dado la empresa de doblaje.
Le contesté que ninguna de las dos partes éramos mentirosos,
aunque en ese momento estuviéramos en conflicto. Me preguntó: ¿de
qué lado estás? Le respondí que yo estaba del lado del
trabajo. Le comenté que el conflicto no estaba en mis manos, que jamás
lo había estado. De hecho, el conflicto no se originó por Los
Simpson. Le pregunté qué haría él. Me ofreció que
yo siguiera haciendo la voz de Homero siempre y cuando me fuera a vivir a Chile.
Mi respuesta fue: por 600 pesos por programa, no le veo sentido. Me dijo que
eso a él
no le importaba.
En esa llamada, le pregunté a Montaudón si le cambiaría
las voces en español a Los Simpson. Me dijo que sí, que en Brasil
ya lo había hecho dos veces y que no había pasado nada. Que al
público no le importaban esos cambios, al fin de cuentas. Luego de esos
comentarios me quedó claro que la llamada no iría a ningún
lado. Es curioso, ahora iré a Chile, pero de visita.
Otras respuestas de Humberto Vélez
publicadas en exclusiva por Canal100.com.mx:
• La huelga duró alrededor de 2 años. El doblaje se detuvo
durante la crisis. Yo ya no apoyé el movimiento de huelga y aclaro que
no volví a
doblar a Homero después de la huelga. Tampoco doblé a Homero
en la película de Los Smpson.
• A lo largo de los años he conocido
a miles de personas que imitan la película de Los Simpson. Quien lo
dobla actualmente, no lo hace mal. Es bueno, ya lo escuché.
• Por el doblaje de cada capítulo
de Los Simpson (sólo por Homero),
yo cobraba 60 dólares. Quien dobla a Homero en la versión para
Estado Unidos de Los Simpson, recibe 350,000 dólares por capítulo.
Las cifras que menciono son correctas: 60 dólares contra 350,000 dólares
por capítulo.
• Doblé a Homero y dirigí también
el doblaje de Los Simpson al español durante 15 años.
• El pleito que llevó a la Huelga no fue porque los dobladores peleáramos
un aumento de sueldo. No. Nosotros nos enteramos un buen día que la
empresa no quería la cláusula de exclusividad, y ahí fue
donde inició el conflicto.
• La empresa terminó en pleito con
los que trabajábamos en sus
estudios. Los que estábamos ya no trabajamos para ellos, sin embargo el sindicato,
la ANDA, sí firmó un
nuevo contrato y mantienen buena relación con la compañía.
José Antonio Fernández: Es de llamar la atenci ón de que
hayan acabado todo peleados, luego de haber realizado el mejor trabajo de doblaje
hecho en México
de los últimos
20 años.
Humberto Vélez: A los dobladores nadie
nos da reconocimeintos, estamos acostumbrados a no recibirlos, como sí los
reciben los actores que aparecen en escena hasta en Bellas Artes, cuando a
lo mejor hicieron un papelito. O los actores de teatro, que hacen un fiestón
por 100 representaciones.
• A mí nunca
me hicieron ningún reconocimiento. Yo jamás
vi a los directivos, lo que me ayudó durante el tiempo que hice el doblaje
porque trabajé a
mis anchas durante 15 años con Los Simpson. Para ellos era una
serie como cualquier otra, de hecho muchos lo siguen pensando así.
• El único ejecutivo de Fox con
el que algune vez tuve trato antes de la huelga, fue con Gustavo Montaudón.
Un día me llamó para
decirme que estaba interesado en que yo dirijiera la serie Futurama. Me dijo:
me gusta lo que has hecho con el doblaje de Los Simpson, porque siempre los
llevas en el borde. Eso tiene siempre a la gente pendiente porque está en
espera que te pases de la raya, y no lo haces. Te pido que dobles Futurama
exactamente igual.
Me sentí muy halagado que me hablara, porque jamás un ejecutivo
de una empresa gringa le llama a un doblador para decirle algo. Me invitó a
desayunar a un lugar caro y lujoso.
Otras 36 respuestas de Humberto Vélez
publicadas en exclusiva por Canal100.com.mx:
1.- A mí me ayudó el desapego
de la compañía
Fox y de la empresa de doblaje de México, porque desarrollé el
doblaje conforme lo que yo pensaba. Los disfrutamos muchísimo por años.
2.- El traductor de Los Simpson fue, en la primera
etapa, Paco Rubiales, el hijo de Paco Malgesto.
3.- Yo sí le encontré un
tono distinto al doblaje de Los Simspon en español, a comparación al
que hacen en Estados Unidos. Son dos mundos distintos, el de los gringos y
el de los mexicanos, y como doblador eso tienes que considerarlo. Yo viví en
Estados Unidos y conozco esa cultura. Allá fui pueblo y aquí también
lo soy. Ando en la calle y conozco al pueblo. Cuando viví en Ohio me tocó el
regreso de los soldados de Vietnam. Fueron tiempos durísimos para ellos.
Igual me tocó el
famoso Watergate.
4.- En esencia, los seres humanos somos lo
mismo en todos lados, pero las formas en cada cultura llegan a tener diferencias
abismales. La esencia de Homero es la misma para cualquier país,
pero la manera en la que ese mensaje debe ser enviado es distinta en cada región
del mundo. Las palabras significan distinto en cada región,
no se pueden hacer traducciones literales en el doblaje. Siempre hay que adaptar
lo que dicen los personajes. Siempre.
5.- Homero ama profundamente y tiene valores,
aunque no los lleve a la práctica. Hay cosas que de plano no se atreve
a hacer.
6.- Para un doblador es clave, obvio, la
intención de la voz, pero también
son claves las palabras que dicen los personaje que estás doblando.
7.- Para realizar mi trabajo de doblaje con
Homero, fue muy importante, primero, entender al personaje y, después,
había que adapatarlo. Ese trabajo
de adaptación nadie me lo pagó, y te puedo decir que no me pesa
haberlo hecho.
8.- Doblábamos normalmente dos capítulos
de Los Simpson por día,
aunque llegué a hacer hasta cuatro.
9.- Por dirirgir cada capítulo de Los
Simpson me pagaban 150 dls. Lo normal es que me hubieran dado unos 90 dólares,
pero fui a pelear mi sueldo porque realizaba un muy buen trabajo y dedicaba
muchas horas a la serie.
Respuestas en las que Humberto Vélez
narra cómo fue elegido para hacer la voz de Homero, publicadas en exclusiva
por Canal100.com.mx:
10.- El primer día, el día del
casting de Los Simpson, no descubrí quién
era Homero. Ese primer día es para mí inolvidable. Estaba en
Audiomaster 3000, que era una compañía de doblaje con 11 salas
en las que nos exigían hacer hasta 500 horas de doblaje al mes. Cada
actor hacíamos un diablal de horas. Cada actor doblaba por
lo menos 7 películas al día. Vivíamos cansados. Nos dormíamos
en los atriles.
11.- Ese primer día a mí no
me llamaron al casting de Los Simpson, pero yo estaba en lo estudios de Audiomaster
3000. Jorge Sánchez, Gerente
de Producción de la compañía, me pidió que entretuviera
a un gringo que andaba buscando la voz de Homero en español. Me dijo
que el gringo le había dicho que traía la mejor serie del mundo,
y que quería una voz muy especial para el personaje principal. Jorge
me describió la serie y me advirtió que el gringo se equivocaba
al decir que era la mejor serie del planeta. Me dijo: son unos monos feos,
prógnatas
(en realidad son ágnatas) y albureros. Me presentó con el gringo
y me quedé platicando con él. Creo que no era Matt Groening.
Vi cómo le presentaron distintas voces, pero no le gustaban. Llevaban
siete días haciendo el casting. Yo me sentí, porque no me habían
invitado a hacer la prueba.
12.- Ese día de mayo de 1990, vi por
primera vez en mi vida la imagen de Homero en pantalla. Lo vi feo. El gringo
explicaba a un actor la psicología
del personaje, lo cual nunca antes había visto en un estudio de doblaje.
Mi amigo actor no entendía,
porque el gringo hablaba en inglés. Otro compañero hacía
la labor de traducción simultánea, pero sólo captaba una
cuarta parte de la idea al gringo, por lo que el actor en turno para hacer
el casting al fin de cuentas no entendía
bien de qué se trataba. Yo escuché al gringo y comprendí lo
que quería, porque como ya dije, yo había vivido en Estados Unidos
antes.
13.- La persona que buscaba
la voz de Homero, quería
a un gringo normal y describía
a Homero como un hombre con mucha frustración.
14.- Homero
es un personaje con mucha frustación, porque
quiere ser enorme pero no ha podido serlo y no lo logrará
jamás. Es un hombre presionado por la sociedad para ser enorme, que
sin embargo no está dotado para serlo. Homero es alcohólico
pero tiene valores.
15.- No me identifico con Homero porque tiene
una desventaja sobre mí: no
tiene una verdadera ambición, sólo tiene llamados externos que
lo llevan a hacer cualquer cantidad de estupideces. Yo tengo objetivos de vida
que me he ido planteando, Homero no.
16.- Homero tiene un toque de retraso metal,
porque un día se metió un
crayón en la nariz que le llegó al cerebro.
17.- En lo que sí puedo identificarme
con Homero es en su origen, que es del pueblo, y que no tuvo una educación
adecuada ni un interés
por la introspección. Igual me identifico en su mala alimentación,
razón
por la que sale la panza, y en lo libidinoso, que también
lo soy.
18.- Hubo un momento en el que el gringo quiso
hacer una pausa de cinco minutos. El Gerente no lo dejó y le llevó otra
voz más para que la
escuchara. Para ese momento yo ya estaba muy ofendido. Ofendidísmo,
porque a mí no me invitaron jamás al casting, como si yo no fuera
actor. Entonces le dije al gringo que tenía la voz que buscaba. Lo dije
de manera prepotente, de lo cual hoy me arrepiento. No hizo caso a mi prepotencia,
me tuvo paciencia y aceptó que yo hiciera la prueba. Me iba a dar la
excplicación del personaje y le dije que no la necesitaba. Entré al
estudio, ya había memorizado la escena. De camino al estudio fui preparando
la voz. Hice un desplante antes de empezar a doblar, justo como cuenta la leyenda
que los hacía Jorge Arvizu, la voz de Pedro Picapiedra. Arvizu tiraba
al piso el libreto y se arrancaba doblando a sus personajes con puras improvisaciones,
y obligaba a los demás actores a que también improvisaran. Yo
también
tiré al suelo el libreto y dije el parlamento de Homero viendo la pantalla.
Todos los que estaban ahí se sorprendieron con mi actitud. Estaban los
vicepresidentes de la compañía de doblaje y mucha gente más.
El gringo no quería verme, sólo escucharme. Se puso de espaldas
a mí. Cuando terminé la prueba de voz, el gringo absolutamente
emocionado gritó en inglés: es exactamente lo que quiero, yo
quiero a este señor.
No hubo ninguna deliberación ni tampoco repetición de la
prueba. Se puso a dar de brincos y dijo que había encontrado la voz
de Homero para latinoamérica. Todos los que estaban en el estudio y
en la cabina festejaban. Todos estaban felices. Olvidaron mi actitud prepotente.
Agradezco la actitud del gringo, porque a pesar de yo fui tan prepotente
me dio a Homero. Esa actitud del gringo me llevó a
entender que hay que saber separar los negocios de tus simpatías o antipatías.
19.- Construí la
voz tomando en cuenta las siguientes características que el gringo me
fue describiendo:
- ligeramente retrasado mental, que es una voz torpe;
- además le entra al alcohol y es vicioso, entonces le añadí una
voz aguardientosa;
- luego me dijo que era libidinoso, y le puse ese toque todo el tiempo;
- además Homero no gobierna sus movimientos totalmente, por lo que hice
que su voz subiera y bajara en graves y agudos sin control, y que a veces hablara
lento y otras rápido;
- y la otra característica es la gran ternura, que es un voz más
grave, más aterciopelada.
20.- Me quedé haciendo la voz de Homero
Simpson a lo largo de 15 años.
21.- Cuando empecé a doblarlo, en mi
interior quería que se acabara
pronto. En ese tiempo le compraba fácilmente las ideas a los que tenían
el poder y no hacía caso de mis propias ideas. Ellos me decían
que Los Simpson eran terribles porque Homero era un imbécil. Pero luego
de tres meses de estar doblanbdo la serie, la descubrí. Amo a Homero.
22.- Mi relación con Homero fue similar
a la de un matrimonio. Crecimos juntos, le di y me dio y un mal día
se fue con otro. Me duele la pérdida,
aunque sabía que iba a ocurrir.
23.- También me gusta el doblaje que
hago de Winnie Puh.
24.- El mejor doblaje de películas
que he hecho, es con La Lista de Schindler.
25.- A mí el doblaje me hace vivir.
26.- A la ANDA yo nunca la voy a dejar. Mi
sindicato me da lo que nadie en la vida: seguridad social. Yo lo pago y ellos
lo organizan. Tengo gastos médicos
mayores hasta para hacer microcirugía de cerebro. Si me vuelvo loco
en forma permanente o me da sida, estoy protegido por la ANDA. Tenemos muchos
enfermos de Sida a los que mantenemos. Además, contamos con una estancia
infantil que es una de las mejores escuelas de latinoamérica. Cuando
sea mayor tengo derecho al asilo de ancianos. Además la ANDA cobra por mí y
me depositan el cheque.
27.- A los actores de doblaje no nos dan regalías
(pago de derechos) por repetición. La ANDI, que es la organización
que cobra las repeticiones, ha hecho algunos pagos a gente del doblaje que
ha realizado un mayor número
de películas.
28.- No creo que sea imposible que los actores
de doblaje seamos más conocidos,
y yo soy una prueba de lo que digo. A mí la fama me ha traído
dinero. Lo que no me pagó Homero del 2005 para acá, me lo han
pagado otros que me invitan a doblajes sólo para conocerme. Hoy no sé si
me dan algunos trabajos porque me lo merezco o porque era la voz de Homero.
29.- Desde luego, cuando cobras fama puedes
cobrar más. Las empresas necesitan
lidiar con eso. En Estados Unidos es algo que se entiende muy bien, ellos le
pagan muy bien a los actores, pero no es igual la mentalidad en México.
Aquí el empresario piensa que cuando crea una estrella está creando
a un monstruo. Me queda claro que no quieren crear monstruos en doblaje, y
ellos saben que es posible crearlos. Te lo digo fácil: nunca ponen nuestros
créditos, salvo excepciones como Disney.
30.- Por muchas razones, la gente quisiera
saber quiénes son los actores de
doblaje.
31.- En ocasiones he elucubrado que todo ese
lío de Homero y la huelga, fue
justamente para eliminar a los que doblábamos en ese momento a Los Simpson.
No estoy seguro, pero el mal pensamiento me ataca de vez en cuando y me da
la impresión de que hicieron todo para frenar al monstruo, que podíamos
haber sido los artistas del doblaje. Es sólo elucubración. Pero
te digo algo: ¿qué corporativo da un paso sin huarache?
32.- He ido con todos los gastos pagados a
dar cursos, bien pagados, a Venezuela, Guatemala y Puerto Rico, y estoy por
volar a Chile. Además, preparo ya
la publicación de un libro.
33.- El sueldo de los actores que no están
en la Anda y que hoy doblan Los Simpson, les bajó un 9 por ciento, porque
la empresa está obligada
a pagarle a la ANDA un 9 por ciento de prestaciones sociales y los actores
damos un 10 por ciento. A los que no están en la ANDA, la empresa les
paga ese 9 por ciento menos.
34.- Los actores que no están en la
ANDA no tienen prestaciones sociales. Viven en el error y se las verán
negras cuando las necesiten (esas prestaciones, como el seguro de gastos médicos
o el asilo de ancianos).
35.- La chamba de doblaje me bajó después
de la huelga, pero espero que a través del tiempo se vaya aliviando
todo. La edad sí te impide
hacer doblajes como cuando eres joven, porque los músculos se van atrofiando
y porque no puedes levantar la vista y bajarla tan rápidamente como
quisieras. Y la voz se cascabelea.
36.- Hoy Hugo Sánchez
es entrenador, no jugador, y yo aprendo de él. Estoy dando clases de
doblaje en cualquier parte de México y del mundo.
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