Hoy existe una fila de quiones que esperan ser filmados
Publicada en la Revista
no. 91 el 23 de octubre 2006
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Por José Antonio Fernández F.
Alfredo Joskowicz es el Director del Insituto Mexicano de Cinematografía
(Imcine), la dependencia gubernamental encargada de apoyar la producción
y distribución de cine nacional. Al final del sexenio Foxista, Joskowicz
termina dando buenos resultados. En 2005 y 2006 se habrían filmado en
México más de 50 películas, cifra que no debe bajar nunca
más.
Recuerde el lector que a principios del sexenio de Zedillo la producción
de cine cayó por la puesta en vigencia del Tratado de Libre Comercio
y la desaparición de salas cinematográficas. Había más
de tres mil salas y llegaron a ser sólo mil. En este 2006 nuevamente
tenemos en México más de 3,000 salas en todo elpaís.
A principios del sexenio foxista el número de películas producidas
se mantenía con números bajos. La comunidad cinematográfica
ya se estaba acostumbrando a que se hicieran menos de 20 películas al
año en México. Algunos personajes importantes del cine llegaron
a decir públicamente que estaba bien que se filmaran 20, porque era el
número ideal para que quedaran de buena calidad. Decían: "hacemos
pocas pero buenas, la prueba es que filmamos menos de 20 cada año pero
seguimos ganando premios en festivales internacionales todo el tiempo".
Por supuesto, la actitud conformista de filmar menos de 20 películas
al año no era el camino a seguir. Joskowicz lo sabía. Esta entrevista
con Alfredo Joskowicz la realicé en la cabina José Vasconcelos
de Radio Educación, durante el programa Pantalla de Cristal que se transmite
todos los lunes de 6 a 7 de la tarde en el 1060 de AM. En esta conversación
participó también Luis Tovar, colaborador habitual de Pantalla
de Cristal Radio, crítico de cine y editor de La Jornada Semanal.
José Antonio Fernández: El 2005 fue un año muy bueno para
el cine mexicano. Se produjeron más de 52 películas.
Alfredo Joskowicz: Sí lo fue, afortunadamente.
Pero vale la pena hacer, más adelante, un flash back de lo que ha pasado
con la producción de cine mexicano durante los últimos años.
No es una casualidad el haber logrado un buen resultado
en el 2005.
Debo decir que el Ejecutivo ha tenido un discurso contradictorio en estos años
y eso ha causado cierta confusión. Por una parte, durante el sexenio
de Vicente Fox se han invertido 526 millones de pesos para producir cine mexicano,
mientras que en el sexenio de Zedillo sólo se invirtieron 135 millones
de pesos. Sin embargo, por otro lado, también en este sexenio de Vicente
Fox, en el 2003 para ser preciso, se intentó desaparecer o fusionar Imcine,
Churubusco y el CCC, lo que provocó indignación de la comunidad
cinematográfica.
El año pasado también intentaron reducir los recursos para mantener
las instituciones dedicadas a apoyar al cine: Imcine, el CCC y los apoyos al
cine nacional vía los fideicomisos Foprocine y Fidecine.
José Antonio Fernández: ¿Esos 526
millones se utilizaron para mantener a Imcine, Churubusco y el CCC, o sólo
se destinaron para producir cine vía los fideicomisos Fidecine y Foprocine?
(El Fidecine apoya la producción de películas de calidad que tienen
más tinte comercial, mientras que Foprocine apoya cine de autor, películas
más experimentales y muchas óperas primas).
Alfredo Joskowicz: Los 526 millones completos
se asignaron a los fideicomisos Foprocine y Fidecine sólo para producir
cine. No fueron a dar ni a Imcine, ni a Churubusco y tampoco
al CCC.
Desde que se inició este sexenio, el propósito fue aumentar el
número de películas producidas. Como decía Daniel Toscan,
quien fue Presidente de Unifrance: para hacer buenas películas es necesario
hacer las malas. Dicho de otra forma, para hacer buenas películas hay
que hacer de todo. Es indispensable ampliar la base de producción.
La cinematografía de Estados Unidos hace 15 películas importantes
al año, pero producen en total 500 o más.
José Antonio Fernández: Desde hace muchos años hemos hecho
encuestas en la Revista Telemundo en las que preguntamos a los profesionales
cómo ven al cine mexicano. Observamos en los resultados que existe desde
hace mucho tiempo un buen ánimo hacia el cine mexicano. Pregunto a Luis
Tovar: ¿Cómo ves esta percepción sobre el cine nacional?
Luis Tovar: El cine siempre tiene un pie en lo
comercial y otro en lo no comercial. En todos los países hay cine bueno
y malo. No existe un rechazo automático por el cine mexicano. En la última
década se ha prestigiado el cine nacional, aunque todavía el cine
de ficheras da sus coletazos.
Se han producido muchas películas mexicanas que se salen del montón,
que destacan y que incluso ganan premios en muchos festivales en distintos países
del mundo.
Yo le doy un crédito importante a la producción de cortometrajes
que se hace en nuestro país. A partir de 1994, cuando Carlos Carrera
gana en Cannes con el corto El Héroe, el cine mexicano gana también
un impulso. Desde entonces la producción de cortos se vuelve clave para
que se dé una mejor época en la producción de largometrajes.
Hoy se hacen muchos cortos que también compiten y ganan en festivales
de México y de muchos otros países.
José Antonio Fernández: El cine mexicano
de buena calidad logra buena taquilla, es importante destacarlo. Las películas
mexicanas más taquilleras son Sexo, pudor y lágrimas, Amores perros,
El crimen del Padre Amaro, Y tu mamá también, La Ley de Herodes,
Matando cabos... Este hecho habla bien del cine que se hace en México
y también del público.
Sería ideal que esto sucediera siempre en televisión, que los
programas de mayor rating también fueran los que a la mayoría
le parecieran los mejores.
Regresemos al tema: ¿cuántas películas se han hecho durante
el sexenio foxista?
Alfredo Joskowicz: En 1997 sólo se hicieron
9 películas. Fue el año del colapso. Entonces se inyectaron recursos
al cine mexicano para rescatarlo. La comunidad cinematográfica se movió
y el Presidente Zedillo decidió destinar 135 millones de pesos para producir
cine, vía Foprocine, que es el Fondo de Calidad que existe hasta la fecha.
Con Zedillo no se arrancó Fidecine, fue hasta este sexenio que Fidecine
se aterrizó y que recibió recursos para operar.
En el 2001 trabajamos todavía con el dinero del sexenio anterior y se
hicieron 21 películas. En el 2002 se cayó la producción
a 14. Para el 2003 se produjeron 29. En 2004 se filmaron 36 y en el 2005 53.
Hemos crecido al 20 por ciento cada año. Aclaro que de las 53 películas
producidas en el 2005, sólo 36 obtuvieron apoyo federal.
Si se hacen más de 50 largometrajes al año, entonces ya podemos
hablar de una industria, porque se podría estrenar una película
mexicana cada semana. Luis Tovar:En el 2005
sólo se estrenaron 25 películas mexicanas, lo que significa que
se quedaron 11 esperando la pantalla de las producidas en el 2004. Alfredo Joskowicz:La
exhibición es hoy nuestro cuello de botella y al no estrenar nos encontramos
con una de las grandes debilidades de nuestro sistema. Aclaro que algunas películas
saldrán en DVD porque son documentales y no necesariamente pasarán
a explotación comercial en salas.
Si no encontramos una buena respuesta de las exhibidoras y un acuerdo de industria
para mejorar el asunto de la exhibicion y la comercialización del cine
mexicano, habrá que ir a la Comisión Federal de Competencia a
pelear.
Sabemos que a las exhibidoras las obligan las grandes compañías
distribuidoras norteamericanas a proyectar un paquete de películas a
cambio de darles las grandes cintas que hacen la gran taquilla, y eso les reduce
el tiempo en pantalla para proyectar cine que no sea de los mayoristas de Estados
Unidos.
Pero no nos quedaremos cruzados de brazos. Luis Tovar: Y es importante
subrayar que no es un problema del número de salas que existan, sino
del sistema de exhibición. Se podrían tener más salas de
cine y no se resolvería el problema. Si la proyección sigue operando
bajo los mismos criterios, de todos modos el cine mexicano no tendrá
más espacio para exhibir sus películas.
José Antonio Fernández: ¿En qué momento se disparó
de nueva cuenta el negocio de la exhibición de películas en México?
Alfredo Joskowicz: 1993 fue un año crucial. Se privatizó COTSA,
que era la compañía estatal dueña de salas de cine, y desparecieron
los Estudios América. Luego se tomó una decisión también
muy importante: en 1994 se eliminó el tope del precio en taquilla. Recordemos
que el precio de la taquilla se controlaba al igual que el precio de la tortilla,
porque el Estado consideraba que el cine era parte de la canasta básica.
Se cobraban 4 pesos por boleto y decidieron liberar el precio. Entonces fue
cuando las compañías exhibidoras vieron que se abría una
gran oportunidad de negocio para ellos. Vieron que era el momento y además
consiguieron una reducción del 8 por ciento del pago de impuestos. Te
doy un dato: en 1994 había en el país unas 1,400 salas de cine.
Hoy existen más de 3,000, un número similar, por cierto, al que
había en los años ochenta.
Todos estos cambios dieron como resultado el boom de las compañías
exhibidoras que fueron apoyadas también por las grandes distribuidoras
de cine de Estados Unidos. Vieron que venía el gran negocio. Se dieron
cuenta.
Gracias al crecimiento en el número de pantallas de cine en nuestro país,
México pasó del lugar 13 al sitio número 4 del mundo en
importancia para el cine norteamericano. La recaudación que consiguen
en las taquillas de México ya es de primera importancia para ellos. Este
es un factor que hay que tomar siempre en cuenta en el análisis.
José Antonio Fernández: ¿Cómo
se distribuye el dinero que entra a la taquilla?
Alfredo Joskowicz: Del peso que ingresa a taquilla,
15 centavos son Impuesto al Valor Agregado. La compañía exhibidora,
es decir, la sala de cine, se queda con 51 centavos y a los 28 días le
da cuentas a la distribuidora.
De los 34 centavos restantes, el distribuidor se cobra
primero lo que invirtió en publicidad y en copias y después da
dinero al productor, quien fue el que generó todo el negocio. Por supuesto,
somos muchos los que consideramos que el sistema de distribución del
dinero recibido por las taquillas es totalmente inequitativo.
Al final de cuentas, del peso en taquilla sólo 13 centavos le quedan
al productor y 21 centavos al distribuidor. De esos 21 centavos salen los gastos
de publicidad y copias. El productor cobra 60 días después de
la fecha en la que se ingresó el dinero en taquilla.
Las compañías exhibidoras reciben al contado y al momento sus
ingresos, que son ese 51 por ciento de cada peso pagado por los espectadores.
José Antonio Fernández: ¿Se logra
recuperar lo invertido en películas mexicanas?
Alfredo Joskowicz: Si una película mexicana
cuesta 15 millones de pesos y se le invierten unos 3 millones en publicidad,
resulta que necesita dos millones de espectadores como mínimo para recuperar
la inversión. Y también hay que contar la venta de DVDs y el ingreso
por taquilla en el extranjero y por la transmisión de televisión.
Te pongo un ejemplo: Amores perros habrá costado poco más de 2
millones de dólares, calculo 28 millones de pesos. Y le metieron 10 millones
en publicidad. Como tuvieron más de 5 millones de espectadores, y en
su caso fueron productores y también distribuidores (Altavista), lograron
equilibrar el negocio.
José Antonio Fernández: ¿Cuánto
dinero existe hoy en los fondos, Fidecine y Foprocine, para hacer cine mexicano
en el 2006?
Alfredo Joskowicz: 140 millones de pesos.
José Antonio Fernández: ¿Es rentable
para el Estado invertir en el cine?
Alfredo Joskowicz:El dinero que invierte el
Estado en la producción de cine se recupera a mediano plazo vía
lo recaudado en Impuesto al Valor Agregado y en Impuesto sobre la Renta. También
es muy importante considerar que la industria cinematográfica es gran
generadora de empleos y de lo que llaman los economistas: valores agregados.
De hecho, en Estados Unidos el cine
es la segunda fuente de ingresos del país. Por eso lo cuidan tanto. Luis Tovar: La industria
del cine en Estados Unidos genera más de 21,000 millones dólares.
José Antonio Fernández: Pregunta nuestro
radioescucha Oscar López: ¿con cuánto dinero se le apoya
a las películas que produce Fidecine? Dice que según sus cuentas,
por lo que hemos dicho aquí, se le darían 1.9 millones a cada
cinta.
Alfredo Joskowicz: No todas las películas
producidas tienen apoyo del gobierno federal. De 53 producidas en el 2005, 36
fueron apoyadas por dinero del gobierno federal. Máximo se dan 7 millones
de pesos para producir una película. En promedio, Fidecine otorga 5.6
millones a cada largometraje. El dinero se le da a casas productoras, a empresas,
no a personas. Luis Tovar: Es importante
decir que el financiamiento de Fidecine no implica el cien por ciento del costo
de la película. Se les da hasta el 49 por ciento del costo total o hasta
7 millones de pesos.
No más. Alfredo Joskowicz:Esta
fórmula se utiliza de manera similar en Brasil y en
Argentina. Como no se les da el cien por ciento, el productor debe moverse para
buscar otros apoyos y eso también genera que otros se involucren y otros
aporten.
José Antonio Fernández: ¿Cómo
fiscalizan el uso de este dinero de apoyo que dan Fidecine y Foprocine?
Alfredo Joskowicz: Hay cuatro fiscalizaciones.
En los comités técnicos de Fidecine y Foprocine existe un representante
de la Secretaría de Hacienda y otro de la Función Pública,
más el órgano interno de control y las auditorías externas.
José Antonio Fernández: ¿Ha habido
fraudes en la producción de películas hechas con fondos federales?
Alfredo Joskowicz: Fraudes no, retrasos sí.
Es muy complicado hacer cine.
José Antonio Fernández: ¿Se toma
como aportación el sueldo de actores y personal de producción?
Alfredo Joskowicz:Sí, pero está
supervisado. Hay topes muy específicos. No se le pueden pagar millonadas
a actores, fotógrafos, guionistas o directores con fondos federales.
Es imposible que lo hagan.
José Antonio Fernández: ¿Cómo
se ha conseguido el mantener en buen nivel la calidad de la producción
de cine mexicano?
Alfredo Joskowicz:El aumento del volumen de
producción de cine mexicano no ha sido casual. En Imcine establecimos
un programa de estímulos a la escritura y reescritura de guiones y desarrollo
de películas. Lo estamos haciendo anualmente.
El guión es la materia prima del cine. Pagar y estimular al guionista
es
fundamental. Hemos apoyado distintos talleres. Hoy hay más guiones, mejor
trabajados y más filmables. Los ganadores del concurso de guiones reciben
60,000 pesos y la oportunidad de entrar a talleres para perfeccionarlo, en los
que ya no se les da más dinero pero tampoco se les cobra por ser asesorados.
Una vez que está listo el guión, apoyamos al productor para que
se meta de lleno a buscar financiamiento para su película. Les damos
150,000 pesos para que tengan un fondo que les permita moverse para contratar
actores, armar la preproducción, buscar locaciones y conseguir financiamiento
en México y en el extranjero.
En los últimos 4 años ha crecido notablemente la base de guiones
y de proyectos que están listos para ser filmados. Por eso se ha podido
aumentar la producción. Hoy existe una fila de guiones que esperan ser
producidos. Luis Tovar:Veo bien que
se haya aumentado la base de guiones. El gobierno debe producir cine porque
es uno de los actos culturales más importantes de un país, por
eso el Estado debe hacerse responsable. Los apoyos no deben quitarse, todavía
falta más conciencia para que se sumen más apoyos y se produzca
cine mexicano con buen ritmo y a largo plazo. No debe caer la producción
otra vez, hay que aumentarla.
En Estados Unidos el cine genera mucho dinero. Si somos tan dados a copiar lo
que ellos hacen, copiemos su entusiasmo por apoyar al cine para convertirlo
en una gran industria.
Más de lo que dijo Alfredo Joskowicz
en entrevista
(respuestas sobre el nivel de rentabilidad del cine y el artículo 226
del ISR)
- El Tratado de Libre Comercio no consideró
ninguna protección para el cine mexicano. Los canadienses sí protegieron
su cine. Lo ubicaron en el apartado de cultura.
- De los 526 millones de pesos invertidos por el gobierno federal en la producción
de cine mexicano, se ha recuperado vía taquilla alrededor del 10 por
ciento. Si sólo se piensa en el modelo de comercialización, habría
que cerrar. Claro está que se necesita un acuerdo de industria entre
distribuidores, exhibidores y productores para lograr una comercialización
más eficiente. Si no se da ese acuerdo, entonces el Instituto Mexicano
de Cinematografía acudirá a la Comisión Federal de Competencia
para denunciar un oligopolio, porque distribuidores y exhibidores no están
dejando el espacio suficiente para que se desarrolle el cine mexicano.
- El cine mexicano ha mejorado mucho en capacidad narrativa y capacidad técnica.
- Ahora es posible acreditar hasta el 10 por ciento del Impuesto sobre la Renta
en la producción de cine mexicano (Artículo 226). Esto significa,
en el mejor de los casos, que una empresa que pagaría 500 millones de
pesos en impuestos a Hacienda (en ISR), puede darle sólo 450 millones
y los otros 50 millones invertirlos en producir cine mexicano. La Ley permite
invertir sólo hasta 20 millones de pesos por película y esa película
debe estar autorizada por Fidecine y Foprocine. El dinero invertido es fiscalizado
por Hacienda para que sí se gaste en la producción y no en otra
cosa. Hay productores que están intentando hacer pools (grupos) de inversionistas
con base en el artículo 226 del Impuesto sobre la Renta. No está
fácil que lo logren pero es una posibilidad. Es muy importante precisar
que ese dinero entra a la película como inversión, lo que es muy
atractivo. Significa que un dinero que iba a ser un pago de impuestos se convierte
en una inversión que puede dejar utilidades.
Una muestra de que el cine mexicano necesita
lograr un acuerdo con exhibidoras y distribuidoras, es el siguiente caso narrado
por Gabriel Retes también en entrevista en el programa de radio Pantalla
de Cristal:
Cuando Gabriel Retes estrena la película Bienvendido
Welcome 2, lo hace únicamente con 9 copias (considere el lector que películas
como El Crimen del Padre Amaro o El Hombre Araña fueron lanzadas en su
semana de estreno en más de 300 salas en forma simultánea). En
el caso de Retes, 9 copias hubieran permitido que se estrenara en 9 salas con
al menos 4 funciones por sala. Esto le habría significado 36 funciones
diarias y la posibilidad de lograr diez mil espectadores en el mejor de los
casos en su primer fin de semana. Pero la cinta fue programa en 4 salas, en
su primer fin de semana de estreno, únicamente en la función de
las diez de la noche.
Por supuesto, la primera semana fue un fracaso para Bienvenido Welcome 2. Sólo
pagaron boleto en taquilla, según datos del mismo Retes, 540 personas.
En este caso resulta evidente que Bienvenido Welcome 2 sufrió una canallada
en la semana de su estreno. Fue llevada con alevosía al fracaso en taquilla.