Por José Antonio Fernández
F.
Carlos Loret de Mola es el conductor de noticieros más importante de
la nueva generación. Años había esperado la televisión
una nueva figura para dar noticas, y ahora Televisa lo encontró.
Loret de Mola sabe que su carrera apenas empieza y que el problema para él
ya no es llegar, lo es el mantenerse a la cabeza de un informativo y ser cada
día más influyente.
Cuando está al aire no oculta su gusto por las frases cortas. Mientras
más directas y lapidarias, mejor. Y aquí apuntamos algunas nuestras
que se refieren al mismo Loret de Mola: Asegura que no está dispuesto
a aceptar la más mínima censura. Es periodista de tiempo completo.
Muy jóven está ya en una cumbre. Capacidad tiene para escalar
cimas más altas. Habrá qué ver con el tiempo si tiene el
temple, la madurez y el peso humano suficiente para no dejarse manipular y no
perder el piso.
JOSE ANTONIO FERNANDEZ: Eres un hombre muy joven que
ya ocupa un lugar destacado en los medios informativos de México. ¿Qué
edad tienes?
CARLOS LORET DE MOLA: Tengo 26 años.
J.A.F: ¿Eres parte de la familia de periodistas
Loret de Mola?
C.L.M.: Así es. Mi abuelo, Carlos Loret de Mola, fue político
y siempre periodista. Y mi padre también es periodista. Se dedica a la
publicación de libros.
J.A.F: Son libros tremendos (como Alcobas de Palacio,
Conciencias peligrosas y
otros más).
C.L.M.: Son libros devastadores, en todos los sentidos.
Yo empecé en este asunto joven, a los 16 años, en un periódico
de Mérida. Después tuve experiencia en la televisión local.
Luego me vine para México. Hice un tiempo radio con Ricardo Rocha y decidí
independizarme, por decirlo así, pero seguí en la radio.
Y ahora incursiono en la televisión, de manera afortunada para mí.
J.A.F.: ¿Estudiaste en Mérida?
C.L.M.: No, estudié aquí en México, en el ITAM,
la carrera de Economía. ¿Por qué? Porque cuando llegó
la hora de decidirme por una carrera, todas las personas a las que les pregunté
me dijeron: "Considera que esto del periodismo es mucho de práctica
y tú ya lo has venido practicando. Mejor concéntrate en otra disciplina
que te pueda servir de complemento".
Y saber economía me ha servido de mucho. De hecho empecé en radio
en México cubriendo la fuente de finanzas.
J.A.F.: ¿Estudiaste Economía sabiendo que
no ibas a ser economista?
C.L.M.: Yo lo tenía muy claro: estudié Economía
sabiendo que me dedicaría al periodismo. De hecho, yo ya era reportero
cuando estaba estudiando Economía. Fui consciente de que lo que aprendía
en la universidad era para aplicarlo en mi disciplina periodística.
J.A.F.: La comunicación tiene hoy todo un gran
bagaje de conocimientos. ¿Cómo te has hecho de conocimientos teóricos
de comunicación?
C.L.M.: He tenido que hacerlo, porque ya más tarde me percaté
que haber estudiado Economía, si bien no era una decisión del
todo desafortundada, tampoco había sido una decisión del todo
afortunada porque me di cuenta que sí me hacía falta ese bagaje
teórico de las carreras de Comunicación o Periodismo.
¿Qué he hecho para remediarlo? Enterarme de cuáles son
los libros de comunicación y periodismo que se llevan en la carreras
y los he ido leyendo. También el ejercicio práctico me hace reflexionar
sobre mi actividad. Y, además, te puedo decir que soy prácticamente
un observador périto que le doy seguimiento a los periodistas que para
mí merecen la pena de tomarlos como ejemplo.
No me apena decirlo: soy un observador que está tratando de construir
un estilo propio, y absorbo de ellos constantemente y aprendo de cómo
hacen sus entrevistas, cómo presentan su información y estructuran
sus programas, y cómo arman las cabezas de sus espacios. Voy asimilando
todo en aras de construir un estilo propio.
J.A.F: ¿Crees que naciste para ser periodista?
C.L.M.: Creo que sí, que en mi caso está probado. Mi primera
crónica la publiqué a los 7 años de edad. Y me fascinaba
ir al periódico, al diario de Irapuato. Mi familia tenía periódicos
y los dirigía. Iba a los talleres y me encantaba el olor de las rotativas
y de todas las máquinas con las que se hacían los ejemplares.
J.A.F: ¿Pescaste el periodismo por tu papá?
C.L.M.: Curiosamente, y contrario a lo que mucha gente puede pensar,
la carrera de mi padre se desarrolló muy independiente a la de mi abuelo,
y la mía se ha desarrollado también de forma muy independiente
a la de mi padre.
J.A.F: ¿Cómo es eso?
C.L.M.: Cada quien jala por su lado. Incluso hay celo profesional y diferencias
abismales de opinión en algunas cuestiones. Y no sólo de opinión
sino de manera de ver las cosas, de qué nos parece cierto y qué
creemos falso, en este duelo de percepciones que se ha vuelto la vida real.
Te puedo decir que casi no tengo contacto con mi padre. En lo que a trabajo
se refiere, nada. Eventualmente lo veo, pero vive fuera y eso dificulta el contacto.
Yo no le estoy hablando para preguntarle cómo ve el día a día
de las noticias. Cada quien hace su chamba por su lado.
Debo decirte que no puedo negar la influencia familiar en mi ejercicio periodístico,
pero también he tenido otras influencias importantes, y entre ellas destaco
la de Ricardo Rocha, que ha sido para mí un verdadero maestro. Lo considero
mi maestro. Y en esta segunda etapa, de más detalle y profesionalización,
he aprendido mucho sobre todo de Joaquín López Dóriga,
de Javier Solórzano y de Carmen Aristegui.
J.A.F.: ¿Platicas con ellos a diario?
C.L.M.: Tenemos todos los días en Televisa una junta a las diez
y media de la mañana, a la que asiste el Vicepresidente de Noticias,
el Director Adjunto a la Presidencia, Joaquín López Dóriga
y todos los conductores de noticias. Ahí no hay línea, sino que
discutimos los temas y comentamos lo que sucederá en el día. Se
da un intercambio muy padre, muy aleccionador de ideas, y al salir cada quien
se va a formar su noticiero. Ahí se presentan todas las corrientes de
pensamiento. Y con Carmen y Javier estamos en contacto todo el día. Cuando
lo veo oportuno incluso entro a sus noticieros a dar información.
J.A.F: ¿Qué le aprendiste a Ricardo Rocha?
C.L.M.: Le aprendí la importancia de darle al periodismo un sello
social. Es algo que a mí nunca se me va a quitar. Yo quiero ponerme del
lado de la sociedad, como se ha colocado Ricardo en diferentes momentos. Olvídate
de los partidos, de las ideologías personales y de los intereses. Otra
es que yo jamás recibí de Ricardo Rocha un asomo de sugerencia,
menos aún de censura. Y eso me parece que es muy valioso. Y me mal acostumbró,
porque después me pasé a Radio 13 y no permití nada. Luego
entro a una Televisa reformada, donde ya las sugerencias no se dan. Y ahora
estoy en W Radio en donde tampoco hay línea. A mí la actitud de
estas empresas me parece muy bien porque yo ya no doy un paso atrás.
Creo que la mía es una formación privilegiada, porque todavía
hay muchos lugares en los que el asunto de las sugerencias y la línea
están a discusión, son medios en donde hay "márgenes
de maniobra".
Y los periodistas que aprenden a ejercer su profesión en esos lugares
reflejan ese "margen de maniobra" al momento de dar esa información
al aire.
Yo ya no cedo con la libertad de ejercer el periodismo, soy un radical, pase
lo que pase. Y te puedo decir que desde el poder hay presiones. Tambien desde
la empresa privada y de otros grupos (no desde dentro de Televisa ni de W).
Y me refiero a empresarios y a la Iglesia que también presiona de manera
descomunal. Y la sociedad igualmente presiona, porque quieren escuchar lo que
les gusta y no necesariamente lo que es. Pero de alguna manera yo ya vengo blindado
para resistir esas presiones.
J.A.F: ¿Cómo se dan esas presiones?
C.L.M.: Yo creo que es legítimo y válido el que traten
de cabildear sus asuntos. Me llaman y me dicen, siempre en tono muy político,
que me escucharon en la mañana y me hacen saber su punto de vista. Las
presiones más preocupantes llegan por el lado del dinero. Ya no es el
chayo al periodista. Aprietan por el lado de la publicidad para que sea el concesionario
o el dueño del medio el que trate de presionar al periodista.
Yo afortunadamente estoy trabajando con concesionarios que están absolutamente
comprometidos con los medios de comunicación, y antes de que me contraten
sí les digo: "Mira, si tú vas por esa línea, yo te
respeto, pero si me vas a contratar a mí, yo no le entro a esas chingaderas.
De plano.
Si tú me haces una llamada de presión, yo te renuncio al día
siguiente".
Como periodista soy radical. Después de toda la sangre que ha corrido
de tantos periodistas que han estado antes de nosotros, las nuevas generaciones
ya no podemos dar un paso atrás, sería absolutamente deshonesto.
Sería pecar de desmemoriados y escupir sobre la tumba de mucho periodistas
que murieron para dejarnos una bandeja tan bien pulida como la que hemos recibido.
Nos falta nada más un cachito en el recorrido.
J.A.F.: ¿Qué cachito?
C.L.M.: Es el cachito de la indepencia total. Los medios electrónicos
deben dar todavía ese paso. En los medios electrónicos hay todavía
muchas tentaciones. Desde el poder hay muchas tentaciones por el control, y
hay quienes se están dejando. Pero ya falta poquito.
Las cosas que hoy decimos en la tele eran impensables hace 6 años, y
no te digo en la prensa y en el radio. A este proceso no se le puede dar marcha
atrás.
Vicente Fox está perdido en el poder, no se haya ni se encuentra, y está
teniendo esas tentaciones autoritarias. Y también las está teniendo
Martha Sahagún.
J.A.F.: ¿Cómo te defiendes de las presiones?
C.L.M.: Aguantando. Pero debo decirte que es muy difícil defenderse
si no tienes el respaldo de tu medio. A mí se me hace fácil porque
sí lo tengo, tanto el de Televisa como el de W.
Cuando tú tienes el respaldo de tu medio es otra cosa. Te sientas a conversar
con ellos (con los que presionan), y a lo mejor en una de esas te ofrecen suficientes
argumentos para convencerte. Pueden tener la razón y ser víctimas
de una crítica infundada. Pero en ocasiones sólo se acercan para
grillar. Hoy la peor de las presiones es cuando simplemente quitan la publicidad.
Aprietan por el lado de la cartera y ahí es donde el medio debe hacerse
fuerte y no ceder en la libertad de expresión.
J.A.F.: ¿Te ha sucedido?
C.L.M.: No ha sido explícito, pero no lo podría descartar.
Son de esas ocasiones en que dices: es demasiada coincidencia para que no sea
lo que pienso. Pero no me atrevería a decirlo abiertamente.
J.A.F.: ¿Pero sí existe?
C.L.M.: De eso no hay duda, ¡claro que existe!
Tan existe que los medios "cuates" reciben más publicidad que
los medios que no son "cuates". Quienes tenemos esa vocación
de no ser "cuates" ni de hacernos de "cuates" en el gobierno,
digamos que provocamos que a nuestros vendedores les cueste más trabajo
el vender espacios para colocar publicidad.
J.A.F.: Gozas de altos ratings.
C.L.M.: Afortunadamente sí. A mí la palabra rating me incomoda,
prefiero llamarle audiencia.
El rating es simplemente un espejo de los contenidos. ¿Qué pasa?
Por la vía fácil se puede obtener mucho rating, que es poner en
pantalla sexo, violencia y sangre. Pero ese es un camino que a mí no
me interesa explorar. Me interesa la vía difícil, la que conjugue
la información de fondo, sin dar marcha atrás en la libertad de
expresión, con información que también pueda resultar atractiva
para la gente y que no necesariamente sea de sangre, sexo o violencia.
La audiencia llega también por la forma en la que
se presentan las noticias. Me gusta hacer el noticiero de tal manera que la
gente no tenga chance de aburrirse. Le hemos dado peso específico a la
información internacional, que casi siempre es desdeñada.
En el canal 4 tenemos un gran margen de libertad. Nuestra audiencia anda por
encima de los 10 puntos, que es el rating más alto del canal. Si consideramos
el Valle de México solamente, es el segundo noticiero de más rating
de Televisa. Primero está el de Joaquín y después nosotros
(digamos que ahí vamos con Lolita Ayala). Siento que es todo un triunfo,
pero yo quiero doce puntos. En radio hemos llegado a casi un punto de rating.
Te puedo decir que Gutiérrez Vivó logra dos y un poco más.
Me enorgullece llegar a esos puntos de audiencia sin recurrir a las fórmulas
tradicionales. Eso me hace sonreír y me obliga a estar todos los días
metido en la formación del noticiero.
Frente a nosotros está todos los días el noticiero Hechos del
7, que es el único que le ha hecho mella a los noticieros de Televisa.
Y te puedo decir que cuando empezamos nos ganaban 5 a 0. Y ahora estamos 3 a
2 favor de nosotros.
J.A.F.: Con algunas excepciones, la mayoría de
los conductores de noticias que hoy liderean en la televisión mexicana
son de cuarenta para arriba. Tú tienes 26. Vas a la velocidad del rayo.
C.L.M.: Yo no canto victoria, Sin duda llegué rápido, pero
eso no me alienta para nada porque una cosa es llegar y otra quedarse. El chiste
es quedarse. Si a mí mañana me sacan del aire, en tres meses no
habrá quien se acuerde. Perdón por la frase trillada, pero lo
importante es mantenerse, sin importar a qué hora llegues. Yo también
coincido con el análisis de que hay un vacío. De que algo pasó.
Lo difícil no es llegar a la carretera y pagar la caseta, sino cruzar
del otro lado. Porque en el camino hay chocados, desvielados, otros seguramente
se desilusionan y a algunos más se les ponchan las llantas. En fin, creo
que hacer por años el mismo espacio con entusiasmo no es algo que se
dé tan fácilmente.
J.A.F.: ¿Cuál es tu compromiso como periodista?
C.L.M.: Para empezar ya no quiero moverme de empresa. En los últimos
tres años he cambiado demasiado. Estuve en Acir, en Imer con Rocha, luego
en Radio 13, después en W Radio y ahora también en Televisa. Mi
propósito de año nuevo es no moverme (aunque esto no depende al
fin de cuentas del todo de mí). Hoy tengo un horario privilegiado en
radio y en televisión. Creo que si subo un peldaño más,
me voy a caer, porque ya estuvo bueno. Debo esperar ya un momento y madurar.
Yo tengo que echarle el doble de ganas porque no cuento con toda la experiencia
de mis otros compañeros.
Mi tarea es hoy consolidar esos espacios. Que dentro de tres años no
digan: "Loret no supo aprovechar su momento".
J.A.F.: ¿Has sentido que se te mueve el piso?
C.L.M.: Sí, claro que sí. Somos humanos y de pronto se
te sube. Ahí tienes que anclar.
J.A.F.: ¿Cómo le haces para anclar?
C.L.M.: Tengo una esposa que es muy buena para eso. Somos muy amigos.
Otra cosa que me ha servido es que yo hago el noticiero de principio a fin.
Nunca llego a leer. La parte más padre, más entusiasta del noticiero,
la que requiere mayor capacidad y destreza, es justo esa fase de armado cuando
moldeas la información de acuerdo al sentido editorial que le quieres
dar. Escribo todo lo que leo en el noticiero. Eso le da un sentido especial
y a mí me mantiene en el trabajo de redacción y en la friega diaria.
No ando sólo posando. No soy un lector. Yo soy reportero y tengo esa
formación. Cuando se dio la guerra de Afganistán fui. Voy a los
huracanes, a lo del aeropuerto y a donde esté la notica. Eso es lo que
más me gusta. Creo que el hacer labor de reportero me obliga a tener
contacto siempre con la realidad y de alguna manera es un blindaje.
Me gusta mucho hacer entrevistas y, por formación, realizó un
reportaje a la semana. Y cuando se da alguna cosa fuerte, pido de rodillas que
por favor me manden a mí.
J.A.F.: ¿Qué has aprendido de Joaquín
López Dóriga?
C.L.M.: Es una enciclopedia de la información. A mí me
sorprende siempre. Sabe sacar la nota, tiene muchísimos contactos, es
un reportero en el sentido más estricto de la palabra. Lo admiro porque
es reportero estando tan arriba. Joaquín está detrás de
la nota todo el día.
J.A.F.: ¿Qué se hace para estar detrás
de la nota?
C.L.M.: Cuando uno comienza como reportero, estar detrás de la
nota es esperar en la banqueta a que termine la reunión del funcionario
para perseguirlo hasta su camioneta, preguntarle qué sucedió y
enterarte en dónde va a ser la siguiente reunión para estar ahí
también. Ya de este lado son telefonazos, son comidas, es hablarle a
la gente correcta en el momento justo, es obtener información antes que
nadie más, es tener contactos y fuentes y lograr acceso a documentos
que permitan ir reventando las noticias. A mí no me interesa ser un líder
de opinión, porque no me importa opinar de los asuntos y que la gente
piense igual o diferente a mí. Lo que me interesa es ser un líder
de información, es ser el primero que va a decir las cosas. El que las
investigó primero, el que primero se enteró y las soltó,
el que detonó la noticia. Eso es lo que quiero como meta. Sé que
estoy muy lejos todavía, pero es mi meta, es lo que quiero.
J.A.F.: En este afán de conseguir la nota, ¿qué
pasa si te acercas demasiado al poder?
C.L.M.: No hace falta en lo absoluto. Debes saber cómo manejarlos
a ellos (los del poder, los que generan la noticia), porque son una raza muy
singular. Yo no estoy cerca del poder y no quiero estar cerca del poder.
Mientras más cerca del poder estás, es más difícil
ejercer la libertad de expresión. Tienes que estar lo suficientemente
cerca para que no se te vaya la nota, y lo suficientemente lejos para que al
tenerla la puedas decir.
Más respuestas de Carlos Loret de Mola publicadas en exclusiva por Canal100.com.mx
1.- Un periodista puede
tener amigos políticos, eso es muy del gusto de cada quien. Lo que pienso,
a mi corta experiencia, es que no se trata de procurar de manera premeditada
ser amigo de un político, porque a la hora de que hay que criticar a
la mejor debes callarte porque ese fue el compromiso.
2.- Hay tres coberturas periodísticas
que me ha fascinado realizar:
Primera: la guerra
de Afganistán, en donde descubrimos un campo de entrenamiento de Bin
Laden y una fábrica de armas químicas. Ahí conviví
con la muerte todos los días las 24 horas. Me ubiqué a diez kilómetros
de donde acribillaron al periodista Julio Fuentes. Sin duda esa cobertura de
Afganistán me marcó.
Segunda: estuve
viviendo una temporada en las sierras de Sinaloa, Chihuahua y Durango con narcotraficantes
de menor escala. Yo estaba investigando el efecto económico del narcotráfico
en el país. Escribí un libro sobre ese trabajo periodístico
que se llama El Negocio.
Tercera: el trabajo
periodístico que hice sobre el conflicto de los pobladores de Atenco
con el proyecto de construir un nuevo aeropuerto de la ciudad de México
en esa zona del Estado de México. Cuando el conflicto se puso al rojo
vivo pedí (aquí en Televisa) que lleváramos una unidad
móvil para transmitir en vivo. Era muy peligroso porque el pueblo estaba
enardecido y habían secuestrado a funcionarios del gobierno. En Televisa
confiaron en mí y los líderes del pueblo también. Pusieron
una condición, que transmitiéramos todo en vivo y sin cortes.
Y así lo hicimos. Entramos al pueblo y hasta donde tenían a los
secuestrados. La gente de San Salvador Atenco no quería que yo hablara
a favor de ellos ni que el gobernador Montiel no apareciera en pantalla, los
de Atenco sólo pedían tener voz en la televisión. Querían
ser escuchados y que la gente conociera su punto de vista. Yo les ofrecí
que todo sería en vivo, que verían en televisión las entrevistas
que yo haría en el mismo momento. Aceptaron y los hicimos.
3.- Aún
cuando en Televisa estamos viviendo una apertura informativa total, hay gente
que todavía desconfía de Televisa. Hay que pagar por los pecados
que se cometieron (en Televisa) en el pasado. Los que más desconfían
son los grupos que se vieron más afectados en el pasado por las políticas
editoriales de Televisa. Hay que pagar ese precio.
4.- Cuando los
habitantes de San Salvador Atenco se dieron cuenta de que estuvieron más
de diez minutos en vivo en televisión diciendo lo que se les daba la
gana, terminaron por regalarme un machete. Hice la cobertura periodística
normal, la que se debe de hacer. Al día siguiente transmitimos en vivo
un debate entre el Procurador del Estado de México y el líder
de Atenco.
5.- La gente que
está más informada y enterada, se da cuenta que la actitud de
Televisa no es la misma de antes.
6.- La responsabilidad
periodística es saber separar los intereses personales y de empresa de
los intereses nacionales. Nuestro objetivo tiene que ser presentar la información,
realizar las denuncias y olvidarnos de cuánto nos puede beneficiar como
comunicadores en lo personal, y a nuestros jefes como empresa.
7.- Lo mejor hoy es apostar por la pluralidad.
Es casi un seguro, porque todo mundo te respeta y adquieres credibilidad. Hay
que presentar todos los ángulos posibles de la noticia. La sociedad,
que está evolucionado muy rápidamente, se da cuenta quien tiene
la verdad o la razón.
8.- La única
riqueza a la que podemos aspirar los comunicadores es la credibilidad. Es la
que nos da de comer
y por la que nos contratan. El problema de la credibilidad es que la puedes
perder en una nota, aún cuando te haya costado construirla años.
9.- En el 2000
fueron muchos los empresarios, algunos destacadísmos de radio, que se
entregaron a Labastida
y no les salió la jugada.
10.- Si a mí
me dicen entrevista a ese cabrón, en ese momento es entrevistar a esa
persona y como sea lo hago. Yo me siento vulnerado en mi orgullo si no consigo
lo que me pidieron.
11.- Yo trabajaba
con Ricardo Rocha como reportero y un día me llamó Luis Vázquez,
quien es el Productor General de Noticieros de Televisa, y me dijo que si quería
hacer un casting porque estaban por iniciar un nuevo proyecto de noticieros
para Canal 4 y buscaban un conductor. Fui a la media hora. Hice el casting y
antes de que llegara a mi casa ya me habían hablado para decirme que
me habían seleccionado.
Cuando me contrataron, Leopoldo Gómez, Vicepresidente de Noticieros,
me dijo que yo tenía total libertad para elegir los contenidos del noticiero.
Esa política para mí es inmejorable.
12.- Yo pido consejos,
porque sé que no siempre tengo todos los pelos de la burra en la mano.
Hay notas a las que no les encuentras la cuadratura o no sabes lo que puede
haber detrás.
13.- En materia de contenidos, el que decide
en el noticiero es el conductor, no el productor. Al menos así es en
mi caso. Yo jerarquizo las noticias. La noticia más importante del día
es la que durante más tiempo va a ser recordada. Y te pongo un ejemplo:
me da mucho orgullo decir que cuando salió la noticia de la clonación,
en nuestro noticiero la colocamos como la más importante, y no nos equivocamos.
Muchos periódicos la pusieron como nota regular o menor. Nosotros le
dedicamos como 20 minutos. Hicimos entrevistas, buscamos opiniones y dimos cuanta
información encontramos sobre el asunto. A los dos días todo el
mundo estaba en el tema de la clonación de lleno.
14.- En la época
de la represión, periódicos como Excélsior se distinguían
a nivel internacional por sus entrevistas con personalidades de todo el mundo.
Era la época en la que los medios hablaban poco de lo que pasaba en México
y por eso buscaban notas del extranjero. Ahora que se habla casi todo el tiempo
sólo de México, yo pienso que no debemos olvidar lo que sucede
en el extranjero.
15.- Hemos perdido
la costumbre de contrastar con la realidad los dichos del poder. Hoy los políticos
no necesitan comprobar las cosas, sólo basta con que las digan. En los
noticieros tenemos que contrastar las declaraciones con la realidad, porque
hoy en día caemos fácilmente en difundir sólo guerras de
declaraciones.
16.- Yo no sé
si TV Azteca tenga o no la razón en el conflicto con CNI, lo que me queda
muy claro es que nadie puede hacerse justicia por propia mano. Eso es inaudito.
Lo que es francamente atroz es que los mexicanos nos hayamos dado cuenta de
que el Estado se va de vacaciones. Finalmente nos dimos cuenta de que no era
el Estado sino los hombres del poder los que andaban de vacaciones, pero que
en el país seguían sucediendo cosa de primera importancia. En
la temporda vacacional de diciembre del 2002 sucedieron notas de esta magnitud:
llegó Gloria Trevia, se aprobó el presupuesto, se detonó
el asunto de la clonación, sucedió lo del Canal 40 y estuvo a
punto de estallar una de las crisis más graves en el campo mexicano.
Yo estuve trabajando todas las vacaciones. Nunca me faltaron noticias.
17.- Lamento que
se esté poniendo en riesgo un proyecto periodístico de la talla
del de Ciro Gómez Leyva.
18.- A mí
no me preocupa que el Presidente Fox conteste a las críticas, lo que
sí me preocupa es que utilice elementos del Estado para defenderse de
las críticas, porque entonces ahí la pelea es desigual. Ejemplo:
si yo critico al Presidente y me llama el vocero para pedir espacio para su
réplica, yo le contesto que está en todo su derecho. El problema
es que la tentación del poder sea presionar por el lado del apretón
de tuercas, ya sea por el lado de la publicidad o de las llamaditas. Es una
frontera muy peligrosa la que se está recorriendo. Una prueba: los últimos
meses algunos periodistas tuvieron que declarar en la Procuraduría porque
querían que revelaran sus fuentes. Y un periodista no debe revelar sus
fuentes, primero me meten al bote que revele mis fuentes.
19.- Yo no pido
una licencia de juventud, sé que si quiero jugar en las grandes ligas
me va a lanzar el pitcher que ha estado en cuatro series mundiales y debo enfrentarlo.
20.- El noticiero
que yo conduzco lo ven a diario entre 7 y 9 millones de personas.
21.-Yo prefiero
pecar de pesimista que de optimista, porque no quiero a la fuerza presentar
una realidad que no es. El optimismo lo saborean desde el poder, y no estamos
ahorita para hacerle el juego a nadie. Prefiero presentar una realidad pesimista,
porque dicen que el optimista es un pesimista mal informado. La lección
de periodismo número uno es la siguiente: a diario entran cuatro mil
barcos al muelle, la nota es el que se hundió. Hay que obligar al poder
a hacerse cargo de los problemas.
22.- Yo creo que
el periodista por antonomasia debe de ser incómodo. No se trata de ser
mamón, pero sí de ser escéptico. Debe señalar e
incomodar. Si no incomodas quiere decir que seguramente faltó parte de
la investigación. Por ejemplo: está muy bien el cambio de la democracia,
pero si va a haber este cambio prometido pues vamos a entrarle a los Amigos
de Fox. A lo mejor es una piedrita en el zapato, pero no debe evadirse.
23.- No hay mejor
impulsor de la audiencia, del rating, que un buen reportaje. El contenido es
la estrella del noticiero.
24.- Yo pienso,
al igual que Joaquín López Dóriga, que el periodista debe
informar, no formar. Debemos de ser respetuosos con los contenidos en cuanto
a violencia, sexo y horarios, pero nuestra labor es informar. No podemos educar
desde los noticieros, yo no estudié para maestro.
25.- El compromiso
como periodista es tomarle una fotografía a la realidad y presentarla
al público. El asunto es dónde se coloca el fotógrafo.
Hay quien toma la foto para que se vea el bosque bonito y hay quien dispara
desde la coladera.
26.- En radio
y televisión, hoy por hoy, tengo la misma libertad.
27.- No tomo ni
fumo, trato de llevar una vida sana y soy feliz así. Voto pero no tengo
partido político. Voto por las personas y no por los partidos.
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