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Ciro Gómez Leyva
Me la jugué con mi empresa, mis compañeros y mi causa
Publicada en la Revista no. 69 el 10 de febrero 2003
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Por José Antonio Fernández F.

Para complementar esta entrevista, le recomendamos también consultar las entrevistas publicadasen la Revista Telemundo:
- Entrevista con Ciro Gómez Leyva, en la que cuenta de sus inicios como periodista y el por qué aceptó entrar al proyecto del Canal 40.
Y otra más donde Cuestiona a Gutiérrez Vivó, Aristegui, AMLO, Calderón, Proceso y Scherer


Consulte otras entrevistas publicadas anteriormente en la Revista Telemundo, realizadas por José Antonio Fernández, con otros periodistas:
Joaquín López-Dóriga
Carmen Aristegui
José Gutiérrez Vivó
Javier Alatorre
Denisse Maerker
Jorge Ramos
Sergio Sarmiento
Adela Micha
Javier Solórzano
Adriana Pérez Cañedo
David Páramo
Oscar Mario Beteta
Eduardo Ruíz-Healy
Carlos Loret de Mola

Ciro Gómez Leyva es uno de los tres conductores de noticias por televisión más importantes de México. Su papel protagónico en el conflicto TV Azteca contra CNI Canal 40 fue definitivo. Si no hubiera salido él a la defensa del Canal 40 y de Javier Moreno Valle, sin duda otra hubiera sido la historia.
En esta entrevista la conversación se centra en el conflicto entre las televisoras. Usted puede consultar en la sección entrevistas de Canal100.com.mx, otra conversación con Ciro Gómez Leyva en la que habla de sus inicios como periodista y el por qué, en su momento, aceptó entrar al proyecto periodístico del Canal 40.


José Antonio Fernández: ¿En qué momento consideras que el proyecto informativo de CNI Canal 40 toma vuelo?
Ciro Gómez Leyva:
Lo tenemos muy claro. El Canal 40 da un giro completo a partir de 1999, con el programa dominical Séptimo Día. Sin duda Séptimo Día es el antes y después, es la emisión que marca un cambio de etapa en la historia del 40 y el proyecto que allana el camino para que CNI Noticias sea posible. Séptimo Día nos quitó el miedo a producir en vivo, nos colocó en otro nivel. A partir de ese programa se dan los dos proyectos más importantes del 40: CNI Noticias con el informativo de las diez de la noche y, poco más adelante, la producción de El Mañanero, con Brozo.

J.A.F.: ¿Qué signos te hacen pensar que con estos proyectos al aire el 40 toma vuelo?
C.G.L.:
Son muchas cosas. Creo que es el momento en el que el Canal 40 pierde la timidez, se atreve a hacer más ideas y crece nuestro rating de manera notable. Es cuando nuestra convocatoria también crece muchísimo y el 40 empieza a ser referencia de otro tipo.

J.A.F.: ¿Por qué te la jugaste con el Canal 40 en sus inicios, cuando era una estación que tenía todo incierto?
C.G.L.:
Fue una apuesta por un proyecto al que no se le veían muchas patas de gallo. Para empezar, fue una decisión personal. Todo el tiempo ha sido por un gusto. Este trabajo finalmente es muy divertido, aún en los momentos horribles por los que hemos pasado, que han sido muchos.
A mí, desde 1999, el 40 me ha sido muy rentable en lo periodístico, no en lo económico. La gente habla mucho de heroísmos y de actitudes quijotescas que probablemente las hubo.


J.A.F.: ¿En qué sentido rentable?
C.G.L.:
En términos de exposición, de difusión y de imagen. Canal 40, sin duda alguna, me da presencia y me ayuda a que se me abra la posibilidad para colaborar en Radio Fórmula, la cadena de radio más importante de México. Te puedo decir que, salvo en lo económico, Canal 40 ha sido un buen negocio profesional para mí. En lo económico me parece que pudo haber sido mucho mejor, pero en términos de resultados profesionales ha sido rentable.

J.A.F.: ¿Qué pensaste cuando en 1998 se da la asociación entre Canal 40 y TV Azteca?
C.G.L.:
En ese momento el 40 estaba en una pésima situación. Yo siempre vi muy convencido a Javier Moreno Valle. Sabíamos lo que significaba una alianza con TV Azteca. Yo ahí cerré los ojos y creí ciegamente en lo que estaba haciendo Javier Moreno Valle. Ni siquiera tuve tiempo para cuestionarlo.

J.A.F.: ¿En el tiempo en el que sí existió la relación entre Canal 40 y TV Azteca, ustedes cambiaron los contenidos de sus noticiarios?
C.G.L.: No, para nada. Incluso uno de los contratos entre Canal 40 y TV Azteca, de los que tanto se habla ahora, dejaba muy claro que de las 21 a las 24 horas la pantalla era nuestra. Y así fue, ese horario fue nuestro todo el tiempo.
TV Azteca hizo una serie de cosas terribles durante el tiempo que duró esa relación, pero, nobleza obliga, jámas se metieron o mostraron alguna preocupación por la línea editorial. Y mira que durante la relación con TV Azteca nos tocó pasar por todo el conflicto universitario que fue muy apasionante y que dividió enormemente a la opinión pública. Y también durante ese lapso de relación fue la cobertura de toda la campaña electoral del 2000. Jamás se metieron. Sería una canallada de mi parte decir que intentaron meterse en los contenidos del noticiero en ese tiempo en el que sí hubo relación.


J.A.F.: ¿A qué cosas terribles te refieres?
C.G.L.:
Por ejemplo, dejarnos de pagar, cerrarnos la llave y nunca vender la pantalla del 40. Ellos vendían la del 7 y del 13 y daban como bonificación la del 40. La cosa más terrible que hicieron, fue tender un cerco sobre el 40 para que el Canal 40 se muriera y ellos pudieran quedarse con el Canal a un precio de liquidación. Hacia allá íbamos.

J.A.F.: ¿Cuando se da el rompimiento con TV Azteca, a la mitad de año 2000, asumes una actitud similar a la que tomaste cuando firmaron los contratos en 1998?
C.G.L.:
Cuando se dio el rompimiento con TV Azteca ya estábamos en una nueva etapa en Canal 40. Ya teníamos un noticiario y ya habíamos sufrido en serio el mantener la relación con TV Azteca. El 16 de julio del 2000 fue un día muy liberador para todos los que trabajábamos aquí. La alianza con TV Azteca había sido un fracaso absoluto. A nosotros nos tocaba pagar la mayor parte del fracaso. Fue uno de los momentos de mayor retraso de sueldo en la historia del Canal 40.
Sabíamos que la ruptura era una especie de salto al vacío, pero fue un motivo de una enorme satisfacción y una decisión que cohesionó muchísimo al Canal 40.


J.A.F.: ¿A todo el personal se le avisó?
C.G.L.:
Se avisó al aire en Séptimo Día.

J.A.F.: ¿Pensaron en ese momento que el conflicto iba a llegar a un momento tan complicado como el que viven ahora?
C.G.L.:
Lo que nos sorprende es que la guerra abierta declarada y violenta la hallan lanzado en diciembre del 2002, y no en septiembre del 2000. TV Azteca decidió en el 2000 irse a los tribunales, no se lanzó a destruirnos. Se les hicieron invitaciones para devolverles sus famosos 25 millones de dólares, y ellos, muy en su derecho, acudieron a los tribunales y ahí se mantuvieron. Antes del 27 de diciembre del 2002 no fueron especialmente agresivos con nosotros en su pantalla. Sí hicieron todo lo posible para alejarnos anunciantes, pero dígamos que hasta el 27 de diciembre nosotros no teníamos elementos para acusar a TV Azteca de haber hecho cosas siniestras. Sí nos querían causar daño particularmente con anunciantes, pero habían sido respetuosos. Pero como no ganaban en los tribunales, decidieron patear el tablero y declarar la guerra pistola en mano.

J.A.F.: ¿En ese lapso del 2000 al 2002, tuviste algún momento en el que pensaste salir del Canal 40 porque el proyecto no lograba viabilidad financiera o de otro tipo?
C.G.L.:
Fue la primavera del Canal 40. El momento más notable del 40 se da entre el 2000 y el 2001. Es cuando la gente reconoce al 40, y cuando el Canal se gana fidelidades, lealtades y televidentes y, con muchos problemas, anunciantes.
En el 2002 hubo una serie de factores que nos llevaron a una crisis terrible de dinero: viejos y graves errores administrativos, incapacidad para vender anuncios, persistencia por mantener al aire programas que no nos daban ni rating ni prestigo ni dinero, y un problema muy grave de cobranzas que vivieron todos los medios de comunicación el año pasado. Logramos remontar esa crisis a principios de diciembre del 2002. La empresa se puso al corriente en pagos con el 98% de los empleados, y venía una buena perspectiva de ventas para el 2003 por el interés que mostraban partidos y organizaciones políticas de anunciarse con nosotros. A mediados del 2002 pensábamos que el 2003 sería un buen año, no espectacular pero sí bueno. Pero en eso vino la puñalada por la espalda del 27 de diciembre.


J.A.F.: ¿Eres socio del Canal 40?
C.G.L.:
No, no soy socio. Por mi doble posición dentro del Canal 40, porque soy Vicepresidente y Conductor, soy el que tiene el sueldo más alto. Y dentro de las miserias del 40, está la de que somos muy democráticos para administrarlas, por lo que siempre se paga de abajo para arriba y hasta donde alcanza. A veces llega hasta los que ganan 10,000 ó hasta los que reciben 15,000. De los empleados que quedan con rezagos de pago, el que está en primerísimo lugar soy yo, el del sueldo más alto. Yo soy el penúltimo al que le pagan, el último es Moreno Valle.
No sólo no soy socio, sino que el Canal 40 tiene un buen adeudo económico conmigo.


J.A.F.: ¿Qué pasó por tu mente el 27 de diciembre cuando te enteras de la llamada toma del Chiquihuite?
C.G.L.:
Ese día no pasó por mi mente nada. Fue uno de esos momentos en los que lo único que haces es estarte informando.

J.A.F.: ¿Cómo y a qué hora te enteraste?
C.G.L.:
Me enteré en mi casa. Estaba dormido cuando sonó el teléfono. Eran poco antes de las seis de la mañana. Me dediqué a tomar decisiones durante todo el día. Entré a bañarme hasta las 9 de la mañana porque recibí llamada tras llamada. Moreno Valle estaba fuera de México. Le avisamos. A Carlos Loret de Mola le tocó escuchar por primera vez el término: comando armado. A las 10 de la mañana entré a mi oficina. Fue hasta el 31 de diciembre cuando en verdad tuvimos tiempo de sentarnos a reflexionar sobre lo que estaba ocurriendo.

J.A.F.: ¿Y cuando reflexionas qué piensas?
C.G.L.:
Que hicimos lo que debíamos hacer. Nosotros (Canal 40) fuimos víctimas de una agresión y frente a eso teníamos dos posibilidades: ponernos a llorar y decirle a todo el mundo que habíamos sido víctimas de una agresión brutal o defendernos. Optamos por la segunda: nos defendimos como pudimos. Como sea, creo que ganamos la batalla del Chiquihuite (que empezamos con una tremenda desventaja). No sé en qué termine esta guerra, que ha sido brutal y desgastante.

J.A.F.: En este pleito entre TV Azteca y CNI Canal 40 hay muchas versiones sobre el fondo del asunto. ¿Crees que el problema es sólo económico entres dos empresas, o juega también la versión de que el 40 es muy crítico y por eso hay quienes desean que ya no esté al aire?
C.G.L.:
Es muy tentador para un periodista decir que ha sido alcanzado por el látigo de la censura. Eso significa, antes que nada, que su trabajo es importante. Por eso nosotros en ningún momento hemos hablado de censura o de que nos quiere acallar el gobierno.
Yo creo que aquí se dieron dos cosas: una decisión enloquecida de TV Azteca para destruir al Canal 40, y no sólo destruirlo sino humillarlo,
y, por otra parte, la lamentabilísima participación del gobierno federal, desde el 27 de diciembre del 2002 hasta el 26 de enero del 2003. Creo que se combinaron esas dos cosas: una campaña de verdadero exterminio de TV Azteca, y una actuación lenta, titubeante y contradictoria del gobierno federal. Esa es mi lectura desde el primer día hasta hoy.


J.A.F.: Muchos artículos comentan que el gobierno federal estaría jugando a favor de que el 40 desapareciera porque es una pantalla crítica.
¿Crees en esa versión?

C.G.L.: No. Para validar esa versión tendríamos que pensar que el gobierno tendría que estar haciendo lo mismo con una enorme cantidad de ventanas críticas que hay en la radio y en la prensa escrita.
Si tú me dices que a algunos funcionarios del gobierno les hubiera gustado que la batalla del Chiquihuite terminara con la muerte del 40, sin duda. Pero también creo que hay gente en el gobierno federal en puestos muy importantes que movió, lo poco que podía mover, para que esta injusticia, este atropello de TV Azteca, no se consumara.
Y te lo reitero: siempre he dicho que este no es un asunto de censura.


J.A.F.: ¿No es una decisión gubernamental?
C.G.L.:
Sí creo que el gobierno puso muy poca voluntad en resolver algo que era clarísimo: Canal 40 había sido víctima de un despojo. Creo que nosotros debimos haber sido restituidos a las 48 ó 96 horas. El gobierno hizo bien poco por corregir el atropello, y su intervención a mí me pareció lamentable.

J.A.F.: ¿Crees que rectificó al final?
C.G.L.:
No. Nosotros regresamos al aire por dos mandatos judiciales. El primero todavía nos lo escamoteó el gobierno, el del viernes, el fallo de la juez Séptimo Administrativo. Cuando el gobierno le pasó el caso a un juez penal, en realidad le pasó la papa caliente que la juez administrativa le había entregado. Entonces el juez penal respondió al gobierno diciéndole: ya gobierno, no te hagas tonto, restituye la señal al Canal 40. Entonces fue cuando el gobierno hizo lo que tenía que hacer: restituir la señal. Sólo que 31 días después.

J.A.F.: ¿Estarías pensando que fue Vicente Fox quien titubeó, en tanto al fin de cuentas es el Poder Ejecutivo el único que puede renovar, cancelar, refrendar y otorgar la concesiones?
C.G.L.:
No sé si fue él, porque no sé cómo toman las decisiones en el gobierno. Lo que sí te puedo decir como periodista, es que en muchas ocasiones los he visto titubear, contradecirse y actuar en sentido contrario de lo que parecía su decisión inicial. Y creo que la del 40 fue una más. No creo que en el caso del 40 hayan actuado en forma distinta a como lo hicieron con el asunto del nuevo Aeropuerto de la ciudad de México, la aprobación de la reforma fiscal o de la reforma eléctrica. Hay un problema muy grave de operación política y de tiempo político en este gobierno. Y me parece que en el conflicto de Canal 40 con TV Azteca quedó más que manifiesto.

J.A.F.: ¿El que no creas que el gobierno haya impulsado, animado y apoyado la toma del Chiquihuite, sino que pienses que TV Azteca lo hizo porque creyó que así debía hacerlo, significa que piensas que fue una decisión impulsiva de TV Azteca?
C.G.L.:
Hay dos lecturas: TV Azteca hizo lo que hizo, sabiendo que iba a retar al gobierno (ya nos metimos, a ver si se atreven a sacarnos). Y la otra es que TV Azteca hizo lo que hizo porque, de alguna manera, el gobierno federal le guiñó el ojo. Yo me quedo con la primera, por todo lo que ha pasado.
Yo vi a una TV Azteca desesperada, que tomó quizá la decisión más absurda de su historia y se lanzó a retar al gobierno, muy confiados en la fuerza que ellos tienen. Una gran fuerza económica y de comunicación, y por lo que pudimos ver en el Chiquihuite, una gran fuerza bruta. Pienso que el gobierno sí se amedrentó durante un buen lapso del conflicto.


J.A.F.: ¿Tuviste en esos 31 días contacto con gente de TV Azteca?
C.G.L.:
Personalmente sólo hablé con Jorge Mendoza, dos días después de la toma del Chiquihuite, para reiterarle una promesa que le había hecho, de que nunca volvería a referirme a él con un adjetivo, pese a la campaña de linchamiento que estaban haciendo. Tuve comunicación con Pablo Latapí. Me dijo que estos ataques no eran nada personal. Ya ves que ahora te pueden descuartizar y hablar lo que sea, y al final decirte que "no es nada personal, no es contigo". Y 20 días después hablé con Pablo Latapí porque escribió en su columna que yo había insultado a su padre en mi programa de radio, lo cual es una absoluta mentira. Le dije que yo no me metía con la familia de nadie. Fue un radioescucha que sacó el nombre de su tío, no de su padre, y mi posición fue decirle al público que por ahí ya no se vale meterse. Y con el tercero que tuve comunicación fue con Sergio Sarmiento, que me invitó a su programa de entrevistas, como si nada hubiera pasado. Yo le contesté por correo electrónico que aceptaba a cambio de dos condiciones: que esperáramos a que se restituyera nuestra pantalla en el Valle de México y que diéramos tiempo para que los ánimos estuvieran más calmados. Sergio Sarmiento no dijo esto en su programa, afirmó simplemente que había rechazado la invitación, y le volví a mandar un correo para decirle que otra vez mentía.

J.A.F.: Es un hecho inusitado el que un conductor de noticias de televisión tome partido en un enfrentamiento empresarial de esta naturaleza y lo haga de mutuo propio, no sólo como representante de la empresa. ¿Por qué lo hiciste?
C.G.L.:
No fue de mutuo propio. Yo llevo 8 años trabajando en esta empresa. Hoy soy el Vicepresidente. Esta compañía fue agredida. Una agresión que, yo creo, va mucho más allá que la agresión misma al Canal 40. Yo dije desde el primer momento, que parte de esta lucha era contra el encumbramiento del gangsterismo en México.
Hay gente que me dice: ¿por qué te comprometiste tanto? Y respondo: porque no tenía de otra. El 27 de diciembre los dos abogados (Javier Quijano y Fernando Gómez Mont) y yo éramos las personas con mayor rango del 40 que estábamos en México. ¿Qué iba a hacer? Decir que como soy periodista debo de ser neutral y distante. "Ahí se las arreglan, señores, buena suerte".
Yo pregunto: ¿cómo no tomar una posición cuando veía a mis 7 compañeros que habían sido agredidos, y cuando medio mundo me estaba buscando para hacer entrevista de radio? Y en los días siguientes, ¿qué debí decir?: "Disculpen, señores, pero estoy perdiendo objetividad como periodista y dañando mi imagen. Mejor me voy".
Esto fue una invasión y yo estaba en el lugar que había sido invadido. Me la jugué con mi empresa, mis compañeros y mi causa. No me arrepiento. Y que quede claro: no fuimos periodísticamente objetivos, porque no podíamos serlo. Estábamos dando la versión de un lado, el nuestro. Pero también te afirmo tajantemente que nunca, en ningún momento, y te hablo de los momentos más cabrones (y ojalá pongas la palabra cabrones), nunca dijimos una mentira. Que dábamos una información muy apasionada, eso sin duda. Que no cotejábamos con la información con la otra parte (con TV Azteca), de eso tampoco hay duda. Pero jamás dijimos una mentira.

Más respuestas de Ciro Gómeza Leyva
publicadas en exclusiva en Canal100.com.mx

1.- Sí hubo voces que me dijeron: "no te metas, una cosa son ustedes y otra Moreno Valle". Yo les respondí: eso es una canallada. Lo que logramos hacer en el Canal 40 fue porque Moreno Valle corrió ciertos riesgos y porque estuvo con nosotros. Pero muchísima gente me dijo: "la gente los quiere a ustedes y los respeta, pero tiene todas las dudas de Moreno Valle".

2.- Se criticó mucho mi protagonismo los días del conflicto. Te puedo decir que el 27 de diciembre dí 24 entrevistas en un día. Además hice mi programa de radio, dedicado exclusivamente al tema, y estuve una hora y media en la televisión, también dedicado exlcusivamente al tema. Debes saber que mi agenda previa del 27 de diciembre decía: levantarse lo más tarde posible y desayunar lo mejor que se pueda. Tenía cita con mis cuates para ir a jugar raqueta. Y después comería con mi familia e iría al cine. Esa era mi agenda del 27 de diciembre. La invasión me obligó a salir a defender a esta empresa y a esta causa. Y por eso di 24 entrevistas ese día y 18 al día siguiente. Y yo insisto: frente a eso, haber asumido la actitud egoísta de: "se está manchando mi prestigio de periodista", simplemente hubiera sido una canallada y una cobardía.

3.- Esa posición de algunas voces que me decían que no defendiera a Moreno Valle y al 40, cambió claramente a partir del 6 de enero. Es el día que vamos al Chiquihuite pacíficamente. Es cuando aparece Sergio Sarmiento en el noticiero, del "¿y yo por qué?" del presidente Fox, y el día que el gobierno anuncia que nos va a requisar. Es la fecha en la que mucha gente llega a la ciudad de México (habían concluido las vacaciones).

4.- El 8 de enero, día del aseguramiento, desaparecen completamente las voces de "no defiendas al 40 ni a Moreno Valle". Muchos de los principales periodistas de México tenían ya posiciones mucho más radicales que la mía. Es la primera vez en mi vida que me toca vivir un asunto de medios desde una de las partes. Me tocó Chiapas, Colosio, el salinismo, el Padre Maciel y muchas cosas más, pero siempre desde la posición del periodista. Por eso, uno de los grandes aprendizajes que tuve en este conflicto fue el valorar el papel de la prensa. Me di cuenta del peso real que tienen ciertos personajes de la radio, que yo no suponía. Tuve oportunidad de revalorar el papel de muchos articulistas y periódicos. Fue un aprendizaje sorprendente.

5.- Una de estas empresa de punta que se dedican a las relaciones públicas, mostró gran solidaridad con nosotros en este conflicto. A primera hora me hacían llegar una carpeta completita con toda la información sobre el conflicto. Todo lo que había salido en prensa, en radio y televisión. Fue asombroso. Revaloro a una gran cantidad de periodistas de prensa, radio y televisión. Sin ellos no hubiéramos reaparecido el 27 de enero.

6.-
Aventuro esta hipótesis, a la que es necesario quitarle la parte emotiva. Creo que dos grandes ganadores en la batalla del Chiquihuite son la radio y la prensa escrita. Le enseñaron a las dos antenas más importantes de la televisión mexicana, que la televisión no es invencible. Gran parte del rechazo a lo que hizo TV Azteca, surgió por la manera en la que se manejó la información en la prensa escrita y en la radio.

7.-
La fuerza que siguen teniendo la prensa escrita y la radio es verdadera. Les estoy muy agradecido.

8.- Televisa se manejó muy bien. Asumió el papel de lo que es: Televisa es el líder. Si hubieran tenido una participación más directa, habrían provocado un desbalance hacia alguna de las dos partes. La jugaron bien. Cubrieron con regularidad el conflicto. Jugaron como juega una potencia. Fueron, para nuestro gusto, demasiado prudentes al retirar nuestra señal de Cablevisión. Y nos lo dijeron, que había sido una decisión de prudencia. Pero nos volvieron a poner al aire el 27 de enero.

9.-
No creo que, como dices, haya utilizado cualquier cantidad de adjetivos calificativos en mis declaraciones en relación al conflicto con TV Azteca. Dije comando armado, acción gangsteril, la acción cobarde, el ataque a la hora de los cobardes, la facilidad extrema con la que mienten y, en fin, no creo que fueran excesivos. Habría qué ver cómo estaban las cosas del otro lado. Mis adjetivos y mis posiciones fueron rebasados por muchos periodistas, que también son muy pulcros y cuidadosos. Yo ya no era el más radical.

10.- Al regresar al aire el Canal 40 se levantó la expectativa, y el 40 deberá estar a la altura. Y deberá hacerlo muy pronto y en las peores condiciones, porque no se ha acabado la guerra con TV Azteca.

11.- Yo creo que en algún momento se deberá llegar a un acuerdo. La guerra ya demostró lo terriblemente desgastante que es para ambos. No creo que esta guerra se gane con un laudo final de un juez. Se ganará cuando las partes se siente a negociar. Deberá llegarse a un arreglo.

12.- Veo a un gobierno atorado, a la defensiva, atrincherado y titubeante. Y ese no fue el sentido del voto del 2 de julio. Quisiera ver a un gobierno firme, inteligente, echado pa' adelante, propositivo y respetuoso. Y te lo digo como ciudadano, no como periodista.

13.-
Me decepciona mucho la actuación del gobierno federal en el 2002. En especial el caso del aeropuerto, su pésimo manejo político en su relación con el congreso, las contradicciones brutales en las que incurre todo el tiempo. Aunque también, debo reconocer, tenemos buenas señales. De diez, manejaron la eventualidad de una huelga en Pemex. Cuando este gobierno se pone a trabajar en serio, cuando usa la cabeza y no las encuestas, puede funcionar. El problema es que no lo hace con recurrencia, no es su constante.

14.- El Congreso jugó un papel notable. Aprendí a valorarlo. La atención que pusieron algunos legisladores como Javier Corral y muchos más, desde el primer día, fue importantísima para el sentido que tomaron finalmente las cosas. Sus votaciones por unanimidad para que se restituyera el Canal 40, fueron claves.

15.- Yo hice un programa en Radio Fórmula durísimo, de trinchera, el viernes 27 de diciembre. Salí preocupado porque pensé que me había excedido. Por la magnitud que había tomado el caso, Radio Fórmula me tendría que decir algo. El lunes a primera hora me estaba comunicando el director de Operaciones de Radio Fórmula, don Gabriel Núñez, que tenía todo el apoyo y el respaldo de don Rogerio Azcárraga para que transmitiera todo lo que considerara oportuno en mis espacios de Radio Fórmula. Me comentó que después don Rogerio me lo comunicaría directamente. Me llamó su vicepresidente, su hijo, Jaime Azcárraga, y me lo ratificó. Para Radio Fórmula no sólo mi lealtad y gratitud, sino mi admiración y todo el cariño. Una de las cosas más hermosas que me ocurrieron en el conflicto fue saber que traía el apoyo de don Rogerio Azcárraga, Jaime Azcárraga y Gabriel Núñez.

16.-
Yo no tuve contacto con Pedro Cerisola. El 27 de diciembre nos organizamos perfectamente bien. El contacto con la autoridad lo establecerían sólo Javier Moreno Valle, Fernando Gómez Mont y Javier Quijano.
A mí me tocaba operar la casa, evitar que el canal se convirtiera en una catástrofe, y manejar todo lo que fue difusión. Desde luego participe en todas las reuniones de grupo. Yo no hablé con los funcionarios y no los invitamos al estudio de Canal 40.

17.- Crucial e invaluable la posición que asumió desde el primer momento PCTV. Pudieron decir: esto está muy duro y mejor le apagamos hasta que se pongan de acuerdo. Y no dudaron ni un sólo minuto. Nuestras transmisiones en PCTV no se interrumpieron ni un sólo segundo. En la primera fila de los agradecimientos especiales debe estar PCTV.

18.- No creo que esta historia sea de buenos y malos. El Canal 40 está metido en este conflicto porque cometió una serie de errores, algunos de ellos muy graves. El 40 es responsable de haber firmado un acuerdo con TV Azteca. Sí creo que se marcaron dos líneas en este conflicto: quienes recurrieron a las acciones gangsteriles fueron ellos y no nosotros. A lo mejor nosotros actuamos con la misma vehemencia que ellos, pero nosotros en los tribunales. La segunda gran diferencia es que ellos hicieron de la mentira una arma táctica fundamental. Nosotros no. Nosotros sobredramatizamos las cosas, pero nunca mentimos. A lo mejor en algún momento nos precipitamos e hicimos una lectura apresurada, pero nunca nos planteamos la posibilidad de mentir para favorecernos. No está en nuestra naturaleza, como sí está en la de ellos. Eso me interesa que quede claro.

19.-
Milenio también está en la primera línea de los agradecimientos. Milenio me pudo haber dicho desde el primer día: "para". Pero Milenio me rebasó. La crítica en contra de TV Azteca y de la actuación del gobierno fue brutal. El dueño de Multimedios, Pancho González, el director de todo esto Federico Arreola y el director del periódico, Carlos Marín, desde el primer momento me dijeron: "estamos contigo". También en Milenio se publicaron las versiones de TV Azteca. El papel de Milenio en términos afectivos fue muy importante, como también lo fue en términos informativos, al igual que El Universal, La Jornada, Proceso, el Reforma, que al principio le entró con ciertas dudas pero que al final fue crucial, y el de todos los medios.

20.-
El agradecimiento que tenemos es para con los medios (con la prensa escrita y con los programas informativos de radio), por haberle puesto atención periodística al caso, además de por sus contenidos.

21.-
La batalla del Chiquihuite se resolvió por la vía judicial, no porque el gobierno foxista haya intervenido.

22.- Espero que en un diseño estratégico, en el futuro yo ya no tenga que hacer todas estas funciones. Pero si se repite la agresión, ahí estaré. Porque frente a la agresión no te queda de otra. Tú puedes ser el tipo más civilizado del mundo, pero si estás en un restaurante y agreden a tu familia y a tí, no puedes decir soy pacífico y no me meto. Ojalá ya no haya guerra con TV Azteca.

23.-
El reinicio de transmisiones del 40 en el Valle de México el 27 de enero fue muy emotiva por varias razones: nos percatamos de que le podíamos hacer frente a una acción gangsteril, por todo lo que había pasado y porque nos dimos cuenta que estábamos vivos. No recuerdo en mi carrera una noche como esa.
También fue emotiva la del 27 de diciembre, del 6 de enero y el 9 de enero. Pero la noche del 27 de enero fue espectacular y bellísima.

24.- La posición del 40 es hacer cuentas justas. Si hay arreglo, retiramos todos los pleitos por lo civil y no empujamos más los penales. Si esto implica una fotografía de Moreno Valle con Ricardo Salinas, se toma la foto. Si implica que nos traguemos para siempre la cantidad de agravios de que fuimos objeto, también nos los tragamos. Necesitamos estar en paz y concentrarnos en los nuestro. Queremos un acuerdo. Si deciden continuar la guerra, ya saben que sabemos defendernos.

25.-
Hoy me queda claro que es fundamental que se den las reformas a la nueva ley de Telecomunicaciones y a la de Radio y Televisión. Necesitamos un nuevo marco normativo. Que sea moderno, enérgico y duro, en cuanto a sanciones.

26.- Si se llegara a dar una figura de ombudsman o de tribunal civil, y se integrara bien y fuera neutral, sería una ganancia enorme. No lo he pensado bien, pero si es una figura de intermediación que tenga autoridad moral, cuyas sanciones morales tengan un gran peso en los medios de comunicación, sería hablar de un país bastante más civilizado de lo que normalmente creo que somos hoy en día.

27.- Yo no creo tanto que la gente nos haya defendido a nosotros (Canal 40). Pienso que lo que más irritó a la gente fue lo que hizo TV Azteca. Y después se irritó más con la no acción y el titubeo del gobierno. Y en un tercer sitio pondría la simpatía por el Canal 40.

 



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Votación Sondeo
¿Cómo subir la taquilla del Nuevo Cine Mexicano?

  • Con películas de aventuras que sean divertidas para toda la familia

  • 67 %
  • Películas que sean melodramas con toques de comedia, sí serían muy taquilleras

  • 33 %

     

           


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