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Elisa Salinas
La columna vertebral de una novela es que la gente quiera que una pareja se una
Publicada en la Revista no. 67 el 08 de octubre 2002
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Para complementar esta entrevista, le recomendamos también consultar otra entrevista exclusiva
realizada a Ricardo Salinas Pliego y publicada anteriormente en la Revista Telemundo:

Elisa Salinas es la cabeza de Azteca Digital, la fábrica de telenovelas de TV Azteca. Sus melodramas hoy se exportan a muchos países del mundo y causan sensación. Igual en Europa que en América Latina. En México alcanzan promedios de rating que van de los 12 a los 15 puntos, y han logrado picos de hasta 25 puntos.
Elisa Salinas se confiesa romántica empedernida. De personalidad sofisticada, puede ser muy dura cuando habla de su posición ante la vida y los negocios, y al mismo tiempo ser una mujer extraordinariamente llamativa.
En el curso de la entrevista habla de su relación profesional con su sobrino Ricardo Salinas Pliego, su sentir luego de que salieron de TV Azteca Epigmenio Ibarra y Humberto Zurita, y de lo que piensa de las telenovelas.
Elisa Salinas es muy elocuente. Cuidadosa en sus respuestas, dice que no sabe festejar el éxito. Reconoce que las telenovelas de Azteca Digital viven un momento de estancamiento del que deben de salir con arrojo, jugando con riesgos y propuestas, aunque sin abandonar el melodrama.

J.A.F: ¿En qué momento te interesas por la televisión?
ELISA SALINAS:
Como muchas otras cosas que han pasado en mi vida, me encontré con la televisión por un mero accidente. Mi gran virtud ha sido decir sí a las oportunidades que se me presentan, pero nunca pensé en dedicarme a lo que hoy hago.
Yo vendía zapatos a crédito. Viajaba mucho a Corea y a China. Tenía 32 zapaterías. Vender lavadoras no me interesaba.
Yo tengo un lado frívolo, por eso pensé en vender algo que tuviera un atractivo para mí, y encontré ese algo en los zapatos. Antes me dediqué a estudiar. Hice trabajos de todo tipo. Fui modelo y realicé trabajos de producción como asistente. Colaboré en un hotel haciendo distintas funciones.
La televisión fue una propuesta de esas que llegan de pronto, y a las que tienes que decirle sí o no.


J.A.F: ¿Cómo fue?
E.S.:
Cuando se compró el paquete de medios (TV Azteca) yo pasaba mucho tiempo en mi casa porque estaba embarazada de Roberta, mi hija. La compra se volvió todo un acontecimiento en la familia. Mi papá desconocía el negocio de la televisión. Yo estaba casada con Juan David Burns.
Como al año de la compra, me llamaron y me dijeron que necesitaban que les echara la mano. Estaban enterados de que Juan David sabía de producción.
Tuvimos una primera reunión con Ricardo Salinas. Ahí empezó, de alguna manera, mi relación de producción con TV Azteca.
Juan David se encargó de hacer el programa Entre vivos y muertos.
A raíz de esa producción conocimos al actor Andrés García, quien me dijo que "la neta en televisión es hacer telenovelas".
Yo seguía vendiendo zapatos, pero cuando supe que la inversión para hacer una telenovela era de 5 millones de dólares, me di cuenta que "esos muchachos" necesitarían una administradora eficiente. Entonces decidí entrarle a esa telenovela. Debo decirte que en un año aprendí en esa producción lo que mucha gente no aprende en mucho más tiempo, porque el hecho de administrar tu propio dinero, medir el riesgo y hacerte cargo de las nóminas, te enseña mucho y de otra manera.
En un año aprendí desde cómo se checan los libretos, cómo se hacen los llamados, cómo se jalan los cables, cómo funciona la logística, cómo se hacen los contratos y cómo se recupera la lana. Todo al mismo tiempo. Hice la compra del equipo y vi cómo manejar los créditos para realizarla.


J.A.F.: ¿De qué telenovela hablamos?
E.S.:
Se llamó Con toda el alma y el protagonista era Andrés García.
Fue muy interesante para mí porque nos enfrentamos al monopolio que era Televisa, cuando no había talento libre dentro del país. Había que recurrir al talento de afuera o reclutar un crew (tripulación) de marineros que estuvieran dispuestos a jugarse un riesgo enorme con un productor independiente, nuevo, que nunca había hecho telenovelas. Sonaba bastante retador.
Nos fue muy bien. Recuperamos la inversión y me gané 100,000 dólares. A nivel financiero no fue ningún gran negocio para mí.


J.A.F: ¿La hiciste en forma independiente?
E.S.:
Me senté a la mesa con Ricardo (Salinas) e hice una sociedad con Azteca. Ricardo (Salinas) desde un principio me persuadió: me dijo que pensaba que esa telenovela no sería un buen negocio para mí. Llegamos a un acuerdo tomando como base lo que se ingresaría de ventas.

J.A.F: ¿Cuál es tu parentesco con Ricardo Salinas Pliego?
E.S.:
Soy su tía, aunque Ricardo es mayor que yo. Mi papá me tuvo a los sesenta años.

J.A.F.: ¿Eres socia de TV Azteca?
E.S.:
Mi papá murió hace cinco años y yo heredé su parte accionaria, junto con mis hermanos. Soy socia de Azteca y simultáneamente de Elektra y del Grupo Salinas.

J.A.F: ¿Cuál es tu porcentaje accionario?
E.S.:
Debe de estar en 12 por ciento.

J.A.F: ¿Eres parte del Consejo y participas activamente?
E.S.:
Sí lo soy pero no participo. En TV Azteca yo trabajo de ejecutiva, de operadora y de productora. Para eso estoy yo aquí. Para mí el hecho de ser socia de TV Azteca es sólo una circunstancia que no interfiere en lo absoluto en mi desempeño profesional. Yo estoy sentada en esta silla porque hago eficientemente mi trabajo y ese es mi reto. Es lo que a mí fundamentealmente me interesa.
No asisto a las juntas de Consejo. Se me comunica puntualmente lo que quiero saber de una manera
informal. Al pertenecer a la estructura convivo con mis colegas todos los días, y todos los días estoy al corriente de cómo va la operación, tanto de este negocio como de los demás negocios de la familia.
Sólo asisto a juntas de Consejo en ocasiones muy importantes, cuando se necesita el voto o el apoyo. Yo estoy dedicada a la pantalla.


J.A.F.: ¿Cómo es tu relación con Ricardo Salinas?
E.S.:
Magnífica. Tenemos una relación de respeto y mucho cariño. Yo confío y admiro a Ricardo profundamente. Él ha sido mi primer y único jefe. Yo también he aprendido a disciplinarme. Es un jefe exigente con una gran visión. Somos muy cercanos. Le tengo una enorme confianza y él me respeta profesionalmente. Creo que así está bien.

J.A.F.: ¿Azteca Digital es un proyecto dirigido por Elisa Salinas?
E.S.:
No creo en las individualidades en ese sentido. Sin duda creo que las individualidades dan toques de genialidad muy importantes, pero en relación a tu pregunta yo creo en el trabajo en equipo.
Pertenezco a una estructura. Aquí en Azteca Digital hay un Comité en el que decidimos conjuntamente. Mi opinión se consensa, cuenta y pesa. Soy escuchada pero también sé escuchar. Yo no tengo la necesidad de establecer proyectos personales para sentirme realmente satisfecha.
Mis proyectos personales están al margen de Azteca. Es claro mi sentido de la ubicación y no tengo un conflicto de intereses.


J.A.F.: ¿Qué pasó con tus 32 zapaterías?
E.S.:
En un tremendo desplante de juventud, soberbia e inmadurez, asumí que yo podía estar en televisión y admninistrar las zapaterías. No tardé ni tres semanas en darme cuenta de que eso era prácticamente imposible, así es que me dediqué a la tarea de salir del negocio de las zapaterías. Me fue bien, traspasé locales y cerré el negocio. Tuve un beneficio financiero al cerrarlo.
Mi padre me dio todo, y no me refiero al asunto financiero. Pienso que me dio todo para trabajar, producir y hacer cosas. Me dio una disciplina y una capacidad de trabajo. Cuando cerré las zapaterías me vine para Azteca las 24 horas, aunque todavía no estaba enamorada de la televisión como lo estoy el día de hoy.


J.A.F.: ¿Tu papá era la cabeza del grupo Elektra junto con tu hermano?
E.S.:
Así es, junto con mi hermano Hugo. Mi papá fue abuelo de Ricardo Salinas. Ellos iniciaron el negocio hace muchísimos años (aunque todo el crecimiento del Grupo Salinas y de Elektra sí es un mérito de Ricardo Salinas).
Mi padre murió de 90 años y fue un visionario. Su gran aportación fue ser un hombre sin miedo a nada. Sin miedo a empezar otra vez a los sesenta o a los setenta. Y ya a su avanzada edad siempre apoyó el proyecto. Nos dejó reglas de ética y de comportamiento, que no cambian con el tiempo.
Mi vida profesional se inició cuando la de él había terminado. Él empezó a perder la vista y yo me convertí en su lazarillo profesional. Por eso desde muy joven entré a juntas de Consejo y a leer balances (y me ponía nerviosísima).


J.A.F.: Eres una mujer muy activa. Se nota tu extraordinaria condición atlética.
E.R.:
Soy enérgetica. Soy hiperquinética, pienso más rápido de lo que hablo y de lo que puedo instrumentar todo lo que pienso.

J.A.F.: ¿Qué sentiste luego de concluir esa primera telenovela (Con toda el alma)?
E.S.:
Yo no me daba cuenta de la magnitud de lo que estábamos gestando. De conceptos como: vamos contra el monopolio, vamos a cambiar las reglas del mercado y vamos a proponer una nueva televisión. Para mí esos conceptos no existían en forma consciente. Mi preocupación era recuperar los recursos, gastar el dinero en forma adecuada, cerrar ventas internacionales y hacer bien las cosas. En ese entonces estaba muy joven, tenía 28 años, y yo no pertenecía a TV Azteca.

J.A.F.: ¿En qué momento llegas a Azteca Digital?
E.S.:
Luego de terminar la telenovela Con toda el alma, Ricardo me invitó a Azteca Digital. Llegué y me di cuenta que esto es en serio. El asunto del organigrama me preocupaba poco. Yo asumí un compromiso de lealtad enorme con Ricardo, todavía no con la televisora. Me dijo que estaba desaprovechada vendiendo zapatos.

J.A.F.:¿Existía entonces toda la estructura de Azteca Digital para producir telenovelas?
E.S.:
No. El único productor in-house era Epigmenio Ibarra, que concluía la producción de Nada Personal. Estos foros no estaban sonorizados, no había unidades móviles adecuadas, faltaba equipo de audio y no teníamos escritores, actores, ni talento (aquí dentro). Estaba todo naciendo y todo por hacer.

J.A.F.: ¿Cuando Ricardo Salinas te invitó a encabezar Azteca Digital ya te había "tocado" la televisión, o todavía no?
E.S.:
A mí me "tocó" la televisión en el momento en el que me senté aquí, en esta oficina, y me di cuenta que se trataba de crear algo que aún no existía. Eso es lo que a mí más me mueve en la vida.

J.A.F.: ¿Cómo fue tu primer día?
E.S.:
Llegaba de Orlando con mis hijas cuando recibí un recado para que al día siguiente viera a Ricardo Salinas. Me dijo que me invitaba a trabajar y que me sería interesante estar al frente de Azteca Digital.
Tomé un taxi y llegué a Azteca Digital. Entré yo sola. Anduve paseando por las instalaciones. Conocí esta oficina desde donde puedes ver todo, y decidí que aquí sería mi oficina. Ese día me sentí muy bien aquí. En ese momento me "tocó" la televisión.


J.A.F.: ¿Y qué pensaste en ese momento?
E.S.:
Yo siempre he creido que lo mejor es verse a los ojos y enfrentar las cosas en el momento. Soy muy derecha. Sé que muchas veces en el mundo empresarial eso no funciona porque es necesario a veces saber jugar estrategias, pero a mí eso no se me da.
Yo voy con la verdad por delante y no ando con muchos rodeos.
Cuando llegué aquí podía haber escogido la oficina de junto, pero lo que menos quería era discresión. Desde aquí veo los que entran y salen, si ya grabaron o no, cuánto tiempo llevan de breake, si ya regresaron de comer o no, y qué se hace.

J.A.F.: ¿En algún momento has sentido que la televisión es el proyecto de trabajo de tu vida?
E.S.:
A los tres meses de estar sentada en este escritorio (ya como cabeza de Azteca Digital), por primera vez pusimos al aire cuatro producciones de manera simultánea. Fue una emoción muy importante, porque había estado tan ocupada para que eso sucediera (editando, cerrando contratos, consiguiendo gente, viendo recursos...) que de pronto el día en que se hizo el lanzamiento de las cuatro producciones sentí que este era mi lugar. Que el tiempo que me quede de vida de trabajo quiero estar en la televisión.

J.A.F.: ¿Antes de estar al frente de Azteca Digital, dedicabas tiempo a ver televisión?
E.S.:
Yo a mis hijas siempre les digo que nunca desacarten nada, desde un curso de masaje hasta otro para hacer sushi. Lo que sea en la vida hay que aprenderlo.
De niña, junto a mi nana, vi muchas telenovelas. Soy una lectora empedernida. He leido desde los catorce años. El primer libro que leí completo fue La ciudad y los perros, de Vargas Llosa. Después de eso la literatura nunca me ha soltado. La vida nunca presenta casualidades. Aprendí mucho viendo y leyendo, y luego he aprendido mucho de
melodrama al hacerlo.
Una fuente muy importante también es el cine.


J.A.F.: ¿Cómo te organizas?
E.S.:
Leo por las noches, mis hijas se acuestan a las 9 porque son chiquitas. No soy selectiva en mis lecturas. Aquí llegó a las once de la mañana, luego de dejar a mis hijas en la escuela y de hacer ejercicio.

J.A.F.: ¿Cómo seleccionas la historia de una telenovela?
E.S.:
Al principio, cuando una historia me agarraba y emocionaba luego de leer los primeros 20 libretos, entonces sabía que era un proyecto para producir. Más allá de mercadotecnia y focus groups, me manejaba por una cuestión más intuitiva. Me iba bien. La mitad funcionaban.
Ahora hemos cambiado. Llevo el material al Comité y ahí decidimos qué producir.


J.A.F.: ¿Qué tanto de técnica tienen hoy para decidirse por una historia?
E.S.:
Hay mucho de técnica. Se vuelve cartesiano. Aunque al final de cuentas, cuando decides poner 5 millones de dólares y jugarte los siguientes 6 meses de programación, la decisión sigue siendo por la emoción que te provoca el proyecto al momento de estar leyendo los libretos. Cuando imaginas que suceden cosas y piensas en el elenco, en el lenguaje visual y el tipo de locaciones a utilizar, es cuando verdaderamente tomas una decisión porque eso te va enganchando y te enamora.
Una vez hechos los análisis muy bien armados, si me pones a escoger iré por el que me mueve el corazón.


J.A.F.: ¿Tu decisión es la que consideras la decisión final?
E.S.:
A estas alturas, lo que me emociona es poder venderle a un productor lo que a mí me emociona. El punto es que si el productor lo ve sólo como una maquila, entonces no tendrá sentido. Mi reto es emocionar al productor con eso que a mí me emociona, y muchas veces no lo consigo y me dicen que prefieren la historia A y no la B. Y si así lo piensan, yo los apoyo.

J.A.F.: Luego de producir más de 30 telenovelas, ¿por qué crees que una telenovela logra emocionar al público?
E.S.:
Para empezar hay que reconocer que esto no es una fábrica de tornillos. No es como cuando yo vendía zapatos.
En el negocio de las telenovelas no hay una fórmula, y si alguien dice que la tiene lo mejor es alejarse de esa persona. En el momento en que haya una fórmula esto dejara de emocionarnos, porque ya no será creativo. Mientras que frente al televisor haya un ser humano que pretenda emocionarse, entretenerse, divertirse y vivir cosas a través de la pantalla, no habrá mecánicas ni fórmulas para hacer televisión. No creo que haya una fórmula para el éxito.
Luego de estos años haciendo telenovelas, pienso que es fundamental desarrollar conceptos, para después adornarlos y redondearlos. Una vez que el concepto está desarrollado no puedes saber si funcionará o no. Cuando sales al aire es cuando te desencantas o te das cuenta que tenías razón.


J.A.F.: ¿Qué es para tí el concepto?
E.S.: El concepto inicia desde el momento en el que escoges al crew (al equipo, a la tripulación): el escritor con su momento emocional (que un estudio de mercadotecnia no te dará nunca), el elenco, el director, el estilo visual, las locaciones, el contexto de la historia, un productor con pretensiones, un elenco comprometido... Hay telenovelas en las que todo se da como una lluvia y se crea la magia.
Es algo que no se puede crear a voluntad.


J.A.F.: Es como el amor.
E.S.:
Un poquito. La tele, al igual que la amistad y el amor, son un acto de fe. Es decir, no hay red de protección, no hay seguro de vida y es involuntario.

J.A.F.: ¿Cuál es su telenovelamás exitosa?
E.S.:
Hemos tenido muchas.

J.A.F.: ¿La más exitosa?
E.S.:
Habría que definir lo que representa el éxito. Desde el punto de vista de audiencia, Catalina y Sebastián y Cuando seas mía.
Pero para mí la mayor satisfacción es Cuando callamos las mujeres, que no es una telenovela (y tiene un costo muy bajo). Ese sí es un proyecto personal que no tenía la pretensión de convertirse en un gran generador de rating, pero sí queríamos que fuera una ventana para las mujeres. Yo no soy feminista, pero creo en la igualdad, en complementarnos y en la unidad. No creo en las divisiones.
Y considero que todavía hoy vivimos una sociedad en la que necesitamos un empujón y requerimos poner sobre la mesa la realidad de muchísimas mujeres que viven en nuestro país.
Este proyecto lo desarrollé, en ese momento, junto con Rafael Gutiérrez y Eric Bonn. Lleva ya dos años al aire y ha dado resultados de audiencia sorprendentes. Nos ha dejado satisfacciones, dinero y muchísimo público. Ha cumplido una función social, ha salvado vidas y sí tiene una pretensión cinematográfica en relación a cómo está planteado, a su realismo y a las actuaciones. Es la producción que más satisfacciones me ha dado.


J.A.F.: ¿Cómo seleccionas el elenco de una telenovela?
E.S.:
Quizá te suene como algo poco formal, pero el personaje mismo te lo dice. También hay una situación de mercado y de horarios. También muchas veces sucede que el escritor escribe el papel para un actor en especial.
Yo creo que el productor es el dueño de su producto y debe tener la libertad absoluta de dar la última palabra al seleccionar su elenco. Mi opinión es altamente valorada y también puedo vender mis propuestas y sugerencias.
La seleccción del elenco es un proceso plenamente profesional.


J.A.F.: Armaste un proyecto grande de producción. Tú sabes que en un principio TV Azteca no pensaba darle tanta importancia a la producción. De hecho, al inicio decidieron no producir sino comprar telenovelas. Pero hoy Azteca Digital es una de las productoras de telenovelas más importantes de América Latina.
E.S.:
Generalmente todo en mi vida lo hago en grande. Soy obsesiva-compulsiva. Si me preguntas del deporte, te puedo decir que entreno cuatro horas y media al día.
Te diría que con una profunda inconsciencia, que espero conservar hasta el último día de mi vida, no calculo los riesgos nunca.
Simplemente llegue aquí y había que hacerlo, punto. Como el anuncio de Nike: just do it.
No me pongo a ponderar si había qué hacer o no y qué es lo que quedará al centro. En ese sentido soy como caballo desbocado, y cuando volteó sé que debo preguntar qué rompí y recapitulo un poquito.
Cuando llegué a Azteca Digital lo hice con unas ganas enormes y con el reto de aprender todo nuevo.
Quizás haya gente que no acepta hacer algo cuando no conoce ese ámbito, pero a mí me sucedió lo contrario. Sólo pido que me den chance.
Cuando me di cuenta, en Azteca Digital ya teníamos elenco, actores, técnicos y equipo de producción fuera de serie.


J.A.F.: ¿Cómo te sientes hoy?
E.S.:
Sé disfrutar poco del éxito. Para mí lo importante hoy es lo que viene, lo demás es el pasado, ya fue. El hoy es el hoy, y el que las cosas hayan caminado bien no garantizan que saldrán mejor mañana.
Yo reacciono mucho mejor ante situaciones de crisis. Pienso que el éxito es efímero y te enseña mucho menos que el fracaso. Hay que capitalizar el fracaso como parte de un proceso.


J.A.F.: Eres una mujer poderosa.
E.S.:
Me volví consciente de que soy poderosa sí, sólo sí, ese poder sirve para hacer que este negocio funcione, y para que la gente que trabaja en Azteca Digital encuentre un lugar adecuado para desarrollar su profesión.
Soy una romántica. A mí el poder por el poder no me dice nada. Es halagador, pero no es algo que me ufane de tener.


J.A.F.: ¿Tú sigues cuidando el dinero de Azteca Digital?
E.S.:
Por supuesto, sobre todo porque no es el mío. Esta es una empresa pública en la que somos muy eficientes, financieramente hablando. Es una parte que no descuido y para la que existe una gran infraestructura.

Respuestas exclusivas de Elisa Salinas para Canal100.com.mx

1.- Yo sigo apostando todos los días en las telenovelas a la historia de amor. Creo que la televisión tiene una nueva audiencia que necesita saber más de los personajes para sentirlos entrañables. El público requiere conocer (de cada personaje) de dónde viene, cómo viene, qué siente y cuál es su proceso psicológico. Requieren (los personajes) entrar en procesos de reflexión y de transformación.

2.- Los personajes de telenovelas ya no son entrañables sólo por ser los protagonistas. Eso ya quedó atrás. Tampoco lo consiguen por ser guapos o bonitas.

3.- Argos no tiene el monopolio de ideas nuevas. A estas alturas del partido, en Azteca Digital ya no necesitamos de un productor independiente. Hoy tenemos filas de personas que quieren formar parte del proyecto Azteca. A futuro sí podemos llegar al esquema de manejarnos como los estudios de Hollywood, en donde los productores independientes, que no dependen de nuestra infraestructura, proponen proyectos, y el estudio (en este caso Azteca) selecciona el mejor proyecto y a ese mejor proyecto se le da el mejor horario.
Eso sucederá en los próximos diez años, no antes.

4.- El productor independiente es el que pone los recursos y llega con una lata que contiene el producto. Pero mientras TV Azteca sea quien financia, TV Azteca seguirá siendo la productora.

5.- Yo no creo que la violencia extrema deba aparecer en la televisión. Tampoco considero que en la televisión deba proyectarse sexo extremo ni sexo porque sí, tampoco creo que deban exhibirse niños que sufran en pantalla. Me parece que ese tipo de escenas alienizan a la audiencia y se vuelven desagradables.
Y no es un problema de censura. Algunos asumen que tomar el riesgo es producir cosas que caigan en el límite. Yo no creo en eso.

6.- Me parece que la audiencia merece un respeto profundo. Creo que si alguien me invita a la sala de su caso y yo me pongo a hacer el amor en esa sala, frente a sus hijos y su mamá, estaría totalmente fuera de lugar. Eso simplemente no lo haces, y no es porque seas moralista, simplemente no lo haces.

7.- Cuando la gente le abre la puerta a la televisión, hay que tener cuidado. Nosotros producimos historias para las 5 y 6 de la tarde y para los horarios nocturnos anteriores a las diez de la noche. Hemos puesto en pantalla escenas arriesgadas y me he dado cuenta de que no es por ahí. Lo que pasa con los productores independientes es que tienen el afán de proponer cosas nuevas, y en algunos casos ese afán provoca fricción. Si yo les digo que no quiero desnudos en pantalla, me pueden responder que es arcaica mi respuesta. Yo lo que les pido es que vuelvan las historias de amor más poderosas y no que quieran subir la audiencia con una escena escandalosa que, al final de cuentas, será totalmente efímera.

8.- En Azteca Digital nadie baja al foro a decirle al productor cómo debe realizar una escena, su libertad es intrínseca al negocio. El productor decide el tono, el tiro, la duración... todo.

9.- Yo he caído en el juego de las escenas escandalosas, sobre todo cuando sientes que la audiencia afloja. Los ratings no suben porque se pongan en pantalla escenas escandalosas.

10.- Los 25 puntos de rating (que son el pico mayor logrado por TV Azteca en telenovelas) los conseguimos cuando hicieron el amor en Cuando seas mía, Sergio Basáñez y Silvia Navarro. Pero fue una escena amorosa, muy romántica (siluetas, fogata, estrellas...).

11.- Cuando se dice que la audiencia sólo quiere ver nota roja, yo no lo creo. Es mucho más fácil hacer nota roja que producir con contenido y con propuestas. La gente no está en busca de que le hagan sentir angustia.

12.- Lo difícil en las telenovelas es la ensoñación, que la gente suspire y se emocione.

13.- Los conflictos insalvables no pueden ser la parte central de una telenovela.

14.- La película del Padre Amaro está muy bien realizada, es responsable y deja una enseñanza a quien la ve.

15.- A mí me interesa poner en escena situaciones duras, sí, sólo sí, eso sirva para algo. Si nada más vamos a regodearnos en una realidad cruda, me parece que no tiene ningún objetivo. Me importa que esos contenidos quieran generar un cambio. Cuando concluye el programa Lo que callamos las mujeres, se colocan en pantalla teléfonos a los que la gente puede llamar para apoyarla a cambiar su vida. En Lo que callamos... trabajamos con fundaciones profesionales que se dedican a atender a las personas que nos hablan todos los días. Si no podemos dar una solución al televidente, entonces no me meto.

16.- En México no sólo se dan casos dramáticos como los que aparecen en Lo que callamos las mujeres. México también es un país en el que se dan historias como la de Cuando seas mía. Es un país bello con gente que también sabe ser entusiasta, cálida, talentosa y feliz.

17.- Acabo de producir una película con una compañía española, basada en la historia Mi primer y último amor, de Torcuato Luca de Tena. La protagoniza Fernando Luján. Es una novela romántica de la tercera edad. Yo apuesto por lo suave y lo dulce, por simplemente soñar. Y creo que el otro sector está cubierto (el que expone la realidad).

18.- Soy muy práctica y clara y me gusta decir las cosas como son. Soy una jefa cálida y cercana. Cuando me siento en esta silla y reviso cuestiones financieras, entra en acción mi parte masculina y ejerzo impecablemente bien mi labor.

19.- Soy una enamorada del amor, de la poesía, de Sabines, Neruda, Benedetti... Soy el casting perfecto para una telenovela. Mi único amor incondicional son mis hijas. Me encanta enamorarme... los atardeceres, las noches estrelladas, todo ese proceso me fascina. Soy una romántica empedernida.

20.- A mí la cinta Los Puentes de Madison me marcó emocionalmente. Me movió. Creo en la bondad del ser humano. Todos vivimos la búsqueda de estar acompañados, de poder sentirnos amados y deseados. Creo que las mujeres que se ponen frente a la pantalla quieren un amor como el de los protagonistas de nuestras novelas. Yo produzco eventos románticos.

21.- El fundamento del melodrama no es la denuncia. Aquí tenemos productores a los que les interesa la denuncia, y con ellos puedo hacer historias muy bien balanceadas.

22.- Yo aprendí mucho en Cuando seas mía (que es un re-make de Café con aroma de mujer). Hicimos nuestra propia versión y nos metimos a la industria del café. A mí me interesa meternos a otros contextos que enriquezacan nuestras telenovelas y se vea otro México, y no sólo el de la ciudad de México. Me interesa, por ejemplo, poner en pantalla la minería, la pesca y otros contextos que enaltecen a nuestro país.

23.- Ya hicimos telenovelas de narcos (con camisa de Versace, cadenas de oro y botas de serpiente), y ese tema ya no me interesa. Estamos en un proceso nuevo y ahora quiero ver en pantalla amor por nuestro país. Soy firme creyente de que los cambios dependen de nosotros y no necesariamente del gobierno. No existe nadie que pueda cambiar la vida de nadie de un plumazo, y sí creo que debemos resolver la vida por nosotros mismos. Desde la trinchera en la que nos encontremos hay que hacer por nuestro país y por nuestra gente. De eso no hay duda.

24.- En las telenovelas los problemas deben resolverse.

25.- Aquí (en Azteca Digital) sigue trabajando Gerardo Zurita, es el reponsable de la telenovela de las siete de la noche. Yo le tengo un enorme cariño a Humberto Zurita y a Christian Bach. Son personas que aportan y conocen el negocio. Entiendo que en ocasiones se reacciona al fracaso de una manera distinta. Pienso que el que se sale del cine no ve el final de la película. En los momentos coyunturales nunca hay que retirarse, es el momento de estar presente. Estoy convencida de que hay que saber capitalizar el fracaso. Si cuando no te va bien con una telenovela decides no hacer otra, es como si vendieras a la baja tus acciones en la Bolsa. Yo les tengo (a Humberto Zurita y a Christian Bach) un gran respeto como profesionales, y siento que debemos tomar nuestras decisiones como adultos.

26.- Soy de las que pienso que para atrás, ni para tomar vuelo. Los negocios son negocios. Esto no se trata de tener afinidades o no, lo importante y el objetivo es dar resultados. Si es Epigmenio, Humberto, Colombia o Argentina, yo siempre estaré abierta a cualquier propuesta.

27.- Generalmente en Azteca Digital consenso opiniones, escucho, y después tomo decisiones. No tengo la soberbia para creer que yo sóla puedo resolver todo.

28.- No tenemos planes para producir telenovelas históricas.

29.- No tengo interés en hacer más grande Azteca Digital, sino mejor. No es un problema de tamaño, es de calidad. Quiero que todo lo que hagamos aquí repercuta en beneficios relevantes para nuestra pantalla.

30.- Hoy en Azteca Digital podríamos hacer mucho mejores telenovelas (y aclaro que las actuales son rentables y tienen rating). Quiero que nuestras telenovelas tengan más calidad, con mejores actuaciones, conceptos y propuestas. Y vamos por más audiencia. ¿Por qué pensar que sólo somos las telenovelas de 15 puntos de rating?

31.- Debo salir a vender este deseo de mejorar. Necesito contagiar a los demás para que entremos a una nueva etapa en Azteca Digital. Hay que tener ideas nuevas.

32.- El reto en Azteca Digital es dejar la puerta abierta para que la gente traiga propuestas. No hay limitación para la creatividad. Nos llueven propuestas.

33.- Siempre veo las telenovelas en mi oficina, antes de que salgan al aire.

34.- Si me preguntas en qué 5 cosas debemos concentrarnos para hacer una nueva etapa en Azteca Digital, te puedo decir que son: contenido, contenido, contenido, contenido y contenido. Creo que somos buenos realizadores (es algo siempre mejorable), y muy buenos administradores (casi inmejorables). Yo quiero trabajar en contenido.

35. Por contenido entiendo qué quiero comunicar y cómo lo vuelvo poderoso, atractivo e interesante. Cómo hago para sostenerlo.

36.- El personaje de una telenovela debe tener una evolución en el transcurso de los capítulos, y esa evolución debe estar provocada por el amor. Cuando un personaje hace un cambio en su vida por amor, y eso es creíble a los ojos del espectador, entonces es cuando la gente se sale de su oficina para ir a ver la telenovela.

37.- Mi compromiso con la gente que ve nuestras historias es que no se vuelvan insulsas. Nuestro compromiso es aportar, que sucedan cosas que muevan sentimientos y emociones.

38.-
Debemos salirnos del arquetipo del villano que es malo porque es malo, y ya; y el bueno que es bueno porque es bueno, y ya. Y la protagonista es buena, virgen y medio tonta. Hay que modificar eso en el contenido para que nuestros personajes sean más sólidos y tengan conflictos mucho más serios




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Votación Sondeo
¿Por qué las telenovelas mexicanas clásicas siguen siendo modelo a seguir en todo el mundo para productores, directores y guionistas?

  • Porque las telenovelas mexicanas tienen su propio lenguaje y retratan la realidad tal cual, llena de envidias, avaricia, ambición y también amor y honestidad; por eso conectan con el público

  • 75 %
  • Porque son fáciles de entender, casi no pasa nada

  • 25 %

     

           


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