Untitled Document
Por José Antonio Fernández
Fernández
Marina de Tavira obtuvo una Nominación al Oscar por Actriz de Reparto, con su actuación en la película Roma, bajo la dirección de Alfonso Cuarón.
Al saber de su Nominación al Oscar, una pregunta de inmediato se colocó en el primer plano de la opinión pública: ¿por qué la distinción?
Sin duda, su actuación en Roma es muy poderosa, tanto que cuando está en escena de forma evidente llena la pantalla con su energía y presencia, y cuando no está se siente que no está, lo que es vital para la historia.
El peso de la madre en la narración, presente y ausente, potencia al personaje que interpreta Yalitza Aparicio.
El personaje de Marina de Tavira es el que explica con su desconcierto y desatino el conflicto matrimonial, eje central de la trama, y también la dinámica familiar, que naufraga en un mar de sinsabores, ausencias, conflictos subterráneos, mentiras y situaciones confusas. Otras llenas de luz.
La realidad es que Marina de Tavira le da presencia y poder a su personaje, que en los hechos es protagonista de la historia. El público juzga de distintas formas a la mamá en la narración para explicarse buena parte de lo que sucede en escena, Sofía es central en Roma.
·
Quien vio Roma puede recordar con detalle escenas en las que Marina de Tavira (Sofía) muestra su brillante poder como actriz, quizá la escena que se queda más en la memoria es cuando choca el auto de la familia en su propia cochera, aparentemente por falta de pericia. El significado del choque del auto, como sucede con otras escenas de la película Roma, va cambiando en la mente del espectador conforme avanza la cinta y aún después de que el público deja la sala. El espectador descubre que existe la intención de los múltiples significados en Roma y entonces el público entra a jugar con las posibilidades, comprende el por qué Roma ha logrado tanta trascendencia en el cine mundial.
El choque del auto en la cochera por parte de Sofía es emblemático, es rico en significados.
La interpretación de Marina de Tavira al volante en su propia cochera conduciendo un auto a mínima velocidad y chocándolo una y otra vez, hace sentir una pléyade de emociones al espectador. Merece una gran ovación.
Su capacidad de expresión artística, sin diálogos de por medio, evita que la escena del coche que ella misma choca en su cochera, se convierta en una caricatura. Hace creíble una escena que tenía el riesgo de ser el mal chiste en la historia. El humor negro es más que fino.
La actuación de Marina de Tavira en Roma consigue no encasillar la mente del espectador en un solo significado, esa no es la intención de la historia. Roma es una cinta equívoca.
El auto por sí mismo y que Sofía choque el auto en su cochera, le permiten al espectador sumar un abanico de interpretaciones, que van desde efectivamente la falta de pericia para el volante que muchas mujeres de la época tenían en esos tiempos, pero también es un grito de protesta, es desahogo, es rabia, es deseo de terminar con un presente pernicioso, es hartazgo, es rechazar esa prosperidad que no trajo lo bueno prometido, es impotencia ante una crisis matrimonial que puede terminar ahogando a la familia completa.
·
Vi a Marina de Tavira en Canal Once, cordial acompañó la presentación de la Séptima Temporada de la serie TAP, que dirige José Ramón Mikelajáuregui y conduce Oscar Uriel. Entrevista a actrices, actores y directores.
Esa mañana, encontré a una Marina de Tavira totalmente dueña de sí misma. La Nominación al Oscar le dio un motivo real para celebrar, sabe que hizo historia, también sabe que en Roma formó parte de un gran equipo comandado por Alfonso Cuarón. No la sentí agobiada, tampoco presumida o fuera de lugar. Su expresión era de paz consigo misma, muy realista.
Contó que el Oscar aún no le traía esos ofrecimientos de película que sin duda pueden llegar, que su trabajo sigue centrándose en el teatro y que le da felicidad el saber que la película Roma ha tenido una respuesta extraordinaria en distintas partes del mundo, empezando por el Festival de Venecia. La ola de Roma conquistó 10 nominaciones al Oscar, ganó tres: Mejor Película Extranjera, Mejor Director y Mejor Fotografía.
·
Aquí algunas frases que Marina de Tavira dijo en ese encuentro en Canal Once, siempre sabe poner el énfasis en el sentido de la actuación.
·
Todos los actores tenemos ese momento que nos llevó a ser actores, me encanta que se compartan. Es muy importante saber cómo han sido las trayectorias de cada quien.
Yo tenía diecinueve años cuando actué en mi primera obra de teatro, fue junto a Salvador Sánchez. Le daré siempre las gracias, un actorazo.
Ser un actor profesional es quien dedica los días a su arte, a la actuación.
Entiendo a la actuación como la creación de un personaje, es producir ese misterio al que llamamos ficción.
El mundo sería muy triste sin el arte.
Todavía soy optimista, pienso que el arte puede transformar la realidad.
Aunque estudié en una escuela de actuación (La Casa del Teatro), cada vez que me enfrento a un personaje y a una ficción tomo distintos caminos para crear. En mi caso, mis personajes siempre están anclados en algo que tiene que ver con mi propia experiencia, siempre estoy conectada con ese eco que soy yo misma.
Cada director lleva al actor por caminos distintos cuando realiza la puesta de escena de una historia, y hay que entregarse a lo que el director propone en esa historia. Entenderlo para crear.
En el caso de mi personaje Sofía en la película Roma, el director Alfonso Cuarón me propuso lograr que tuviera la mayor resonancia personal conmigo. Así lo hicimos.
Me encanta pensar en la actuación como una forma de pensar. Me gusta pensar en todo lo que significa, en su sentido para la vida de los actores y de cada espectador. Por eso es que me gusta también conversar sobre mi formación como actriz, me gusta mucho hablar de esa experiencia de iniciación.
Como actriz, estoy abierta a posibilidades, dentro y fuera de México. La vida siempre sorprende mucho.
Cito a Luis de Tavira: la diferencia entre la locura y la actuación es escandalosa y radical, consiste en saberla. Interpretar a un personaje es encarnarlo, es irse de bruces para ser ese personaje.
Cada vez que concluye una puesta en escena, siento un luto al abandonar mi personaje. Tengo miles de vidas y corazón de multifamiliar.
Agradezco que la Academia de Hollywood haya distinguido al personaje Sofía, me llena de orgullo porque son actores los que hacen la selección de los nominados.
Yo soy parte de Roma, una película que se hizo en México. Me seleccionaron porque soy actriz mexicana. Tengo la fortuna de ser partícipe de un largometraje que ha tenido múltiples reconocimientos internacionales, empezando por el Festival de Venecia. Todo esto, desde el primer día, ha sido muy emocionante
|