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Por José Antonio Fernández
Fernández
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Luis Gerardo Méndez es hoy por hoy el actor joven de mayor reconocimiento en el cine nacional por dos películas clave en las que interpreta personajes que logra sean entrañables. En Nosotros los Nobles es Javi, un mi-rey (junior de camisa abierta siempre soberbio) con ínfulas machistas, que vive concentrado en realizar negocios nunca antes pensados por nadie, se escuchan siempre ridículos, dan risa. Su personaje da muchísima vida a la cinta.
Y en la película No sé si cortarme las venas interpreta a un gay tímido, inseguro y fantasioso que busca, con poca fortuna, un amor. Méndez ha realizado un trabajo intenso en escena desde el 2003, pero con los Nobles y las venas pegó con todo. Los llamados para que se presente en nuevas producciones no paran. Expectativa mayor existe por conocer su interpretación de Shilinski en la película Cantinflas, que dirige Sebatián del Amo.
En la entrevista, Luis Gerardo Méndez cuenta una anécdota de su vida que percibo marcó para siempre su aprecio por el público: me platica que en su primera aparición en una obra de teatro, le tocó interpretar un conflicto familiar en el que un matrimonio sufre una crisis y se separa. Entre el público estaban sus papás que justamente vivían su divorcio. El impacto en escena y en las butacas fue mayor. Ahí conoció en carne propia lo que puede significar que los personajes se identifiquen con el público y viceversa, emociones mayores que por su tremenda fuerza llegan a atiborrar las salas de cine.
En Nosotros los Nobles tuvo libertad para que su personaje se moviera en escena, en No sé si cortarme las venas las acotaciones a sus movimientos siempre fueron precisas, milimétricas debido a una coreografía montada por el director (Manolo Caro) entre la cámara (Daniel Jacobs), los actores y un set muy calculado. En ambos casos sus personajes brillan en pantalla.
José Antonio Fernández: Te llega la gran fama de golpe. Cuéntame esa historia.
Luis Gerardo Méndez: Bueno, es una fama que llega de la noche a la mañana luego de estar en los escenarios durante diez años.
Me siento bien, trabajo mucho y duermo poco.
José Antonio Fernández: Valoro tu fama actual e igualmente tu trayectoria, me queda claro que tú también deseas la valoración de tus diez años como actor.
¿Cuándo tienes el primer contacto con el público?
Luis Gerardo Méndez: Me sucedió cuando era estudiante. Montamos una obra de teatro que narraba una crisis familiar muy severa, la obra se llama Asuntos de familia. La pareja vive un conflicto mayor que los lleva a separarse y a desintegrar a su familia. Yo invité a mis papás al estreno. Todos tuvimos una sensación muy fuerte, porque ellos, al igual que los personajes de la obra, también se estaban divorciando.
Lo más fuerte de esa primera actuación, es que yo tenía un monólogo en el que justamente el personaje habla de la separación de sus padres. Yo me coloqué al borde del escenario y mis papás se sentaron al
centro en primera fila. Por primera vez en mi vida tuve la fantástica sensación: lo que yo decía en el escenario estaba impactando profundamente a los espectadores, en este caso específico a mi padres.
Sentí por primera vez el espejeo que puede provocar el teatro, significa que decir algo en escena es posible que lleve a reflexionar al espectador, a hacerlo reír
o llorar.
Hoy te puedo contar la anécdota de forma muy descriptiva y ordenada, pero en ese momento tuvo un impacto especial para mí: sin poder decirlo como lo hago ahora, ese día me di cuenta que la historia
que representábamos en escena podía meterse dentro del espectador. Me gustó ser actor. Investigué más, entró en mí ese gusanito, como Inception, y me conecté con la actuación.
José Antonio Fernández: ¿Antes de esa experiencia habías estudiado algún curso de actuación?
Luis Gerardo Méndez: No, ninguno, hasta ese momento yo sólo pensaba en terminar la preparatoria.
Montamos la obra en un taller de teatro. Después entré a estudiar marketing en el Tec de Monterrey y teatro en Casa Azul, la escuela de Argos. En el quinto semestre decidí abandonar el Tec y concentrarme en lo que más me gusta: ser actor. Ahí empezó todo a nivel profesional.
José Antonio Fernández: ¿Quién te contactó ya en Casa Azul para ser actor profesional?
Luis Gerardo Méndez: Luego de producir Perfume de violetas, película que tuvo mucho impacto con el público, Marise Systach y Pepe Buil pidieron permiso para entrar a las clases en Casa Azul porque buscaban formar un elenco para su película Manos libres. Me vieron y recibí su invitación. Acepté, ¡claro!
Después trabajé con Argos en algunas producciones y también hice teatro independiente. Luego vino el musical Hoy no me puedo levantar de Ocesa, con el que logramos gran éxito. Esa obra sin duda
catapultó mi carrera, me hizo más mediático.
Me ayudó a recibir más llamados de producciones con mayor inversión.
José Antonio Fernández: Me da la impresión de que tu carrera como actor se ha dado con una suma de golpes en escena. ¿Qué golpe siguió a Hoy no me puedo levantar?
Luis Gerardo Méndez: Aparecí en la serie XY para Canal Once, en la que considero di un buen derechazo. Trabajé también en Hidalgo y en La otra familia, pero sin duda Nosotros los Nobles es la que reventó todo.
José Antonio Fernández: En Nosotros los Nobles interpretas a un personaje que tiene una gama muy amplia de posibilidades, en tanto tu personaje provoca risa por tu propia caracterización y por las circunstancias que vive en la historia y la forma en que reacciona. El público recuerda a Javi, se queda en la mente del espectador. Es poderoso.
Cuéntame de Javi, ¿cómo nació y como le diste vida y carácter?
Luis Gerardo Méndez: Mira, el personaje Javi es hijo mío y de Gary Alazraki. Es un bebé que creamos con mucho amor y también con mucha estupidez.
La gran ventaja es que Gary Alazraki conoce muy bien a los personajes tipo Javi, porque el mismo Gary en algún momento de su vida fue un mi-rey.
Él dice que es un mi-rey en rehabilitación.
Por esa circunstancia que te cuento, fue muy interesante para mí como actor el tener a un director a quien yo no me podía pendejear, porque Gary sabe perfectamente de lo que trata cada escena. Desde un inicio supo qué tan hondo tenía yo que cavar para entrar al personaje.
Para darle forma al personaje de Javi recorrimos muchísimos antros y también lugares muy exclusivos de la Ciudad de México. Había que observar de cerca a todos los mi-rey posibles.
Registramos con todo detalle cómo es su comportamiento y forma de hablar, cuáles son sus preocupaciones y temas de conversación.
Debo decirte que desde que vi a Javi en papel, en el guión, supe que me encontraba con una joya.
Conmueve la combinación de su personalidad: es divertido y a la vez inocente y entrañable.
Javi no es el típico mi-rey insoportable. Si bien por momentos puede ser odioso, su gracia natural le abre la posibilidad de ganarse al público.
José Antonio Fernández: Javi es un personaje memorable. ¿Te quiere la gente en la calle? ¿Quéte dicen?
Luis Gerardo Méndez: Lo que les dice mi personaje se percibe en la calle. Cuando se acercan para saludarme me dicen Javi, en ese tono como de la familia: "hola Javi", "adiós Javi", "besos Javi".
José Antonio Fernández: También tú eras un mi-rey?
Luis Gerardo Méndez: ¡No, no, no! El Javi de pantalla no soy yo en la realidad, ni remotamente.
Yo soy de Aguascalientes y empecé a trabajar desde los 16 años, dos características que de golpe matan a la palabra mi-rey, de acuerdo a los personajes que retrato con Javi.
Esto que te digo es muy importante: un verdadero mi-rey no gana su propio dinero, lo que yo sí he hecho desde antes de cumplir la mayoría de edad.
José Antonio Fernández: Dicen los jugadores de basquetbol, que cuando lanzan la bola al aro pueden saber si van a encestar o no desde el mismo momento que sienten que el balón sale de su manos.
¿Así te sucedió con Javi ya que estabas en el set?
Luis Gerardo Méndez: Sí, totalmente.
Cuando hice Hoy no me puedo levantar, supe que sería un gran golpe desde que vi el primer ensayo ya armado. Ahí ya no me cupo la menor duda.
En el caso de Nosotros los Nobles, desde que filmamos en el set percibí que la película tenía fuerza y Javi alma porque los técnicos se reían, lo que no siempre sucede. Cuando el staff está distraído y no pone interés, puede ser que algo no esté funcionando. No es regla.
José Antonio Fernández: ¿A qué antros de la Ciudad de México fueron para encontrar las características de Javi?
Luis Gerardo Méndez: Fuimos al Sens, a distintos lugares de Polanco y a Plaza Duraznos. Acompañábamos también al hermano de Gary Alazraki, a Mark.
Jugamos un papel como de espías, observando en todos ellos características de todo tipo para dar al clavo con nuestro personaje.
José Antonio Fernández: Sé que para entrar en sus personajes algunos actores incluso llegan hasta hacer anotaciones, llevan una bitácora. ¿Lo hiciste así?
Luis Gerardo Méndez: No es mi caso, yo nunca anoto. Sólo observo, soy muy visual.
José Antonio Fernández: Una vez que fuiste con Gary Alazraki al recorrido por antros, ¿dudaste si debías o no interpretar a Javi?
Luis Gerardo Méndez: Yo tuve que pelear mucho por interpretar el papel de Javi en Nosotros los Nobles, al principio Gary no quería que yo hiciera ese personaje.
De inicio, Gary me dio el papel de Charlie, el hermano hipster, un personaje que es mucho más cercano a mí (como soy en la realidad).
Para Javi quería otro tipo de actor. Lo imaginó gordito. Yo discutí mucho con Gary: mi idea todo el tiempo fue crear un personaje cagado, con gracia,que siempre te moviera a la sonrisa por su manera de ser. Para mi fortuna lo convencí.
José Antonio Fernández: Uno la anécdota que me contaste de tu primera actuación en la preparatoria con la forma tan provocadora con la que construiste a Javi en Nosotros los Nobles.
Al decir provocador me refiero a que hiciste un personaje para golpear al público. ¿Te gusta provocar a los espectadores?
Luis Gerardo Méndez: Sí, ¡claro que me gusta!
Pienso que si un personaje no es incómodo, en defintiva no es interesante.
Y al primero al que le debe interesar un personaje es a mí.
Te lo digo así: yo no participo en ninguna obra de teatro o película que a mí no me gustaría ver en escena o en pantalla. Es un principio elemental que siempre respeto. Me permite involucrarme a fondo
en cada uno de los proyectos de producción en los que colaboro.
José Antonio Fernández: Quiero preguntarte más sobre este gusto que observo en tí por golpear al público, me refiero a tu deseo de provocarlo. ¿Exagero en lo que te planteo?
Luis Gerardo Méndez: En realidad ese golpe lo recibo primero yo. Me gusta interpretar personajes que me provoquen, que me den esos golpes, como mencionas.
Sí prefiero los personajes que me incomodan, y sé que cuando me hacen sentir incómodo también el público tendrá que sentirse incómodo. Me gusta cuando las historias y mis personajes despiertan interés en el espectador, es cuando todo esto vale la pena.
Es por esto que te planteo, que siempre trato de buscar temas y personajes que para mí sean novedosos. Cada vez que me paro en un escenario mi objetivo es conseguir ese espejeo del que hablamos al principio
de la conversación: quiero que lo que se dice o se ve en escena se meta en los espectadores.
José Antonio Fernández: Platícame ahora de la película Cantinflas. Interpretas a Shilinsky.
Luis Gerardo Méndez: Me tiene muy emocionado ser parte del elenco de la película Cantinflas.
Cada personaje presenta una exigencia diferente y eso siempre me gusta porque mueve todos mis sentidos y me lleva a vivir experiencias distintas.
Mi personaje en Cantinflas, Estanislao Shilinsky, es un actor detective, un papel así jamás lo había interpretado.
En la historia de la película hay dos personajes que están cerca de Cantinflas todo el tiempo, su esposa Valentina Ivanova (Ilse Salas) y su mejor amigo que es Shilinsky, quien también es su socio y de alguna manera quien descubre el talento para la comedia de Mario Moreno.
Shilinsky le ayuda a construir el personaje de Cantinflas. Despegan juntos, pero Shilisnky siempre se queda muy atrás. Hay que tomar en cuenta que Cantinflas se conviritó en el principal comediante de la historia de México.
José Antonio Fernández: ¿Cómo construyes al personaje Shilinsky? ¿Sólo viendo sus películas?
Luis Gerardo Méndez: Te puedo decir que a Óscar Jaenada le entregaron decenas de películas, algunos libros y fotografías para que estudiara a fondo cómointerpretar a Cantinflas. Eso siempre ayuda y es una ventaja. Sé que fueron muchos menos los materiales que le dieron de Mario Moreno.
En mi caso, yo recibí cinco películas y algunos apuntes sobre Shilinsky. Tuvimos que investigar mucho para conocer qué hacía Shilinsky cuando las cámaras dejaban de rodar. Incluso hasta contactamos gente por Facebook, como nietos y algunos familiares lejanos que lo conocieron o que supieron por sus padres quién era y cómo se comportaba Skilinsky fuera de los estudios. Todos ellos me ayudaron mucho a construir el personaje.
José Antonio Fernández: Háblame de Shilinsky.
Luis Gerado Méndez: Fue un cómico ruso que llegó a México a los 15 años. Perteneció a una familia circense, su formación actoral era muy sólida.
Shilinsky se topa con Cantinflas, quien no tenía ningún tipo de formación actoral, y se vuelven pareja cómica en las carpas. En la práctica fueron socios.
La película retrata el universo de las carpas, que es siempre muy interesante. Te hablo de los años veinte, al término de la Revolución. En esa época el entretenimiento estaba en pañales y no había dinero.
Los actores que trabajaban en carpas tenían sus métodos propios para entretener, eran muy básicos. Primero se asomaban discretamente para saber qué tipo de público había pagado la entrada esa noche, hacían variantes dependiendo el número de hombres, mujeres y niños que estaban sentados en la sala.
Los actores de las carpas improvisaban de acuerdo al tipo de público asistente y también conforme sentían la reacción de los espectadores. Salían a escena a sabiendas de que todo podía suceder cuando se abriera el telón. Como la improvisación fue siempre fundamental para sus sketches, escogían personajes clásicos que dan muchas opciones a la comedia, como el borracho y el policía. Con ese tipo de personajes hicieron reír muchísimo al público.
La capacidad que tenían esos actores de carpas fue valorada por el cine, fueron ellos a quienes llamaron primero para hacer películas. Tenían muchas tablas, presentarse ante un público tan exigente como el
de las carpas los hizo que fueran muy despiertos. Buscaban siempre llenar a tope todas las funciones.
Toma en cuenta que grandes personajes del cine mexicano, como Cantinflas, Tin-Tán y Resortes, iniciaron en las carpas, al igual que mi personaje, Estanislao Shilinsky.
José Antonio Fernández: ¿Qué podrá conocer el público de Cantinflas con tu personaje Shilinsky?
Luis Gerardo Méndez: Tendrá la oportunidad de saber quién era Cantinflas antes de que se convirtiera en el personaje por todos conocido.
Veremos en escena a Mario Moreno antes de que se pusiera sus bigotitos y su gabardina, también cómo se construyó el personaje Cantinflas.
Es una historia muy entrañable para mucha gente en México y América Latina. Ver a Cantinflas fuera de escena junto con Valentina Ivanova, su esposa, y su amigo y compañero de carpa Shilinsky, tiene un atractivo especial porque es algo nunca antes visto.
José Antonio Fernández: ¿Qué es para tí una historia interesante?
Luis Gerado Méndez: Si me vas a contar una historia de Cantinflas que ya sé, de plano te lo digo: no despertará mi interés por ir a verla.
José Antonio Fernández: Sin duda esa primera actuación en la preparatoria con tus papás sentados en primera fila te ha hecho tener siempre muy presente al público. ¿Es así?
Luis Gerardo Méndez: Yo jamás menosprecio al público, por eso no creo que haya que dar las historias digeridas. No tiene caso.
Más bien, pienso que eso que a mí me provoca una historia y un personaje es muy posible que también provoque al público. Entonces es cuando todo toma sentido, en el escenario y en la butaca.
José Antonio Fernández: Con Nosotros los Nobles recibiste un golpe de fama muy poderoso. ¿Cómo manejas la fama hoy en tu vida diaria?
Luis Gerardo Méndez: ¡Con lentes ocuros! Jajajaa!!
Cierto es que cuando de la noche a la mañana...
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