Federico Wilkins nació en Cuba en 1965 y llegó
a vivir a México en septiembre de 1994.
A su arribo a la ciudad de México se contacto con Paty Chapoy quien le
ayudó para entrar a trabajar a TV Azteca. Ya dentro se contactó
con el departamento de noticias y sólo necesitó unos cuantos meses
para demostrar que tiene un olfato extraordinario para saber cómo producir
noticias y programas con alto rating.
En TV Azteca Wilkins diseñó la polémica serie Ciudad Desnuda.
Después, ya en noticias, la primera época de alto rating del noticiario
de Javier Alatorre. En ese momento Televisa le ofreció un contrato y cuenta
que no dudo en aceptar la invitación, porque cuando pasaba frente a Chapultepec
18 le parecía un sueño trabajar dentro del corporativo que preside
Azcárraga Jean.
Ya en Televisa fue seleccionado para diseñar la producción del noticiario
de Guillermo Ortega, y luego de que Jacobo Zabludovsky se despidiera del noticiario
24 horas. Y Wilkins de nueva cuenta atinó. Casi en forma inmediata Ortega
recuperó la audiencia pérdida en los últimos meses de Zabludovsky
y otra vez el noticiario nocturno de Televisa volvió a ser el más
visto a nivel nacional. Al pasar de los meses, la influencia de Wilkins en el
noticiario empezó a decaer hasta que practicamente desapareció,
aunque de sus recomendaciones de producción muchas prevalecieron. Observamos
que se quedó la más importante: el sabor contemporáneo.
En los últimos meses Federico Wilkins ha vuelto a ser noticia. En Televisa
le encomendaron crear un talk show para contrarrestar el éxito de Cosas
de la vida, la emisión de Rocío Sánchez Azuara que se transmite
por TV Azteca. Entonces creó Hasta en las mejores familias, un talk show
polémico y distinto. Tiene de todo: igual es grotesco que emotivo, falso
que verdadero, rídiculo, vulgar, sentimental, populachero y locuaz. En
la entrevista Wilkins lo defiende, y dice que
si por algo seré recordado como productor de televisión es por Hasta
en las mejores familias, mi mejor creación.
Cabe decir que Wilkins es un productor experto en la relación que existe
entre la industria de la televisión, el rating y el público. Muy
estudioso del comportamiento de los telespectadores y los niveles de audiencia,
tiene palabras claves a las que no les da el significado común, sino que
ha elaborado toda una terminología que le permite producir televisión
con reglas que él ha estructurado y que constituyen todo un compendio técnico
para lograr altos ratings.
José Antonio Fernández:
¿Qué hiciste después de haber subido el rating de Guillermo
Ortega?
Federico Wilkins: Los contenidos del noticiario no debía manejarlos
yo. Guillermo Ortega era un profesional del periodismo de televisión
con 22 años de experiencia. Los contenidos debían estar en manos
de una persona prudente y no de un temerario como yo.
Dediqué parte de mi tiempo a viajar por todas las estaciones locales
para estandarizar la imagen de los noticiarios de Televisa de todo el país.
El problema era que cuando había enlaces se notaba un desnivel. Ahora
eso ya no sucede
J.A.F.: ¿Tocaste la imagen
y la producción de ECO?
F.W.: Luego de los resultados del noticiario me llamó Jos[e Luis
Guasch, quien ya no está en Televisa, para rediseñar algunas cosas
de ECO. Lo que hice ahí fue el foro, los diseños gráficos
y música y cortinillas de entrada y salida.
Quiero decirte que la producción de ECO es muy complicada y extensa,
porque transmiten en vivo todas sus medias horas. Todas las cadenas del mundo,
como CNN, trabajan a partir de lo que ellos llaman la pizza, que es una rueda
de 30 minutos de noticias en la que sólo sustituyen fragmentos. La operación
de ECO no ha sido tocada.
J.A.F.: ¿Qué es lo que
más influye para lograr un alto rating?
F.W.: Hay cosas que no se pueden perder de vista.
De entrada te puedo decir que el cañón de difusión que
significa Televisa, es un boleto gigantesco.
Lo que yo hice con el noticiario de Ortega es algo que pudo realizarlo cualquier
otra persona que hubiera aplicado la metodología correcta para hacer
un noticiero de televisión contemporáneo. En términos muy
honestos, debo decir que yo también soy mi plataforma. Te lo digo de
otra manera, si estás en canal 2 tu probabilidad de éxito es de
un 80%, porque la gente tiene el hábito de ver el 2. Esto es una realidad.
Y no hablo de la gente que está a cuadro, sino de la metodología.
Te subrayo, si produces de manera correcta tienes muchas posibilidades de tener
éxito.
Yo veo, por ejemplo, el esfuerzo titánico que está haciendo el
Canal 40 con Denise Maerker, mismo que no se refleja en la cantidad de rating
obtenido. El programa de los domingos del 40, a pesar de la clase de invitados
que tiene, no consigue alto rating porque su plataforma no tiene la fuerza.
Pienso que hay que ser un tipo con muy mala suerte para no triunfar en el canal
2 de Televisa. Imagínate a Carmen Aristegui o a Denise Maerker en el
2.
J.A.F.: ¿Qué pasa con
los equipos de producción cuando sube el rating?
F.W.: Cuando yo llegué a los noticiarios de Televisa no había
una cultura del rating. Los editores no sabían lo que eran los puntos
de rating y la importancia de los cuartos de hora. Seguramente nunca habían
visto una hoja de rating.
Lo primero que hay que hacer es explicarle a la gente que la televisión
se hace por rating y por ventas. Y deben saber que el rating es una medida real
de auditorio estimado, valga la contradicción. Y además es una
medida a la que todo el mundo le hace caso.
Por todo esto en primer término es muy importante fomentar desde los
niveles más altos hasta los más bajos, hasta la caldera del barco,
que se dé la cultura del rating.
Si la gente checa el rating a diario ve su desempeño todos los días.
Igual camarógrafos que editores y todos los demás. Y cuando el
rating sube la gente debe sentirlo como una victoria deportiva.
J.A.F.: ¿Hay mucha presión
cuando el rating sube a más de 20?
F.W.: Yo digo que están los seres humanos y la gente que trabaja
para la televisión. Aquí siempre existe una gran presión.
En 30 minutos el noticiario de Joaquín López Dóriga estará
en el aire, y yo te aseguro que en este preciso momento en las salas de abajo
viven una gran presión porque tendrán armado solamente un 20%
de todo el noticiario. Esto así es.
J.A.F.: ¿A qué lleva
una presión tan fuerte?
F.W.: Cuando un médico escoge estudiar su carrera sabe a lo que
va. Igual es aquí. Los que seleccionan noticias vienen con un gen determinado.
Las consecuencias físicas de la presión son gastritis, colitis
e insomnio.
J.A.F.: Cuando te entrevistaron Denise
Maerker y Fátima Fernández en el Canal 40 les dijiste que el rating
se hace con espectáculo y morbo. ¿Sigues pensando eso?
F.W.: Sí. Decía Umberto Eco que la televisión no
echa a perder al público, sino que es el público el que echa a
perder a la televisión.
Cuando empezé el proyecto del programa matutino Hoy, mi intención
era rescatar un poco los formatos matutinos de los programas de entretenimiento
de Estados Unidos, que consisten en que todo gire alrededor de un libro y un
autor, todo en términos muy domésticos (libros de los que venden
en Vips como el Triunfo a los 40 años, El poder de los jugos y cosas
así). Te quiero decir que el rating no sólo no subió, sino
que cayó. Para mí fue descepcionante ver que un propósito
noble, como era la difusión de libros de fácil acceso, traía
una caída en el rating. ¿Qué es lo que funciona? El espectáculo,
que es la suma de emociones con imagen en movimiento, y el morbo.
J.A.F.: ¿Qué es el espectáculo?
F.W.: Es el show de lo insólito, la fanfarria, la exageración,
la siembra de detonantes que generan una expectativa, que despiertan duda, curiosidad
y morbo en el espectador. En México es muy difícil hacer televisión
porque el espectador está con el control remoto en la mano. Y yo me he
dado cuenta que el público no se concentra en el programa que ve, sino
que piensa en lo que se está perdiendo. La gente cambia con una gran
facilidad de un canal a otro. Esto es tremendo. El televidente mexicano no aguanta
un segundo de aburrimiento.
Cada minuto tiene que ser muy entretenido, todo un espectáculo. ¡Cada
minuto!
Aquí no hay tiempo que perder . Cuando un productor sospecha que hay
un descenso en el ritmo del programa, más le vale que haga algo porque
la audiencia con seguridad le estará cambiando de canal.
El público mexicano es muy intenso.
J.A.F.: ¿Qué es el morbo?
F.W.: Creo que el morbo es la sed del otro. El mirar por la ventana la
pena ajena.
J.A.F.: ¿ Al mexicano le gusta
ver la vida de los demás?
F.W.: Sin lugar a dudas le encanta cada día más. El programa
Hasta en las mejores familias lo ha dejado bien claro. Existe esa sed por ver
a otro, que también puede ser él mismo, sin la representación
de actores.
El 80% de la gente que va a exponer su vida con Cristina son mexicanos residentes
en México, en provincia o en Los Angeles. Pero cuando el talk show se
produce en México y es conducido por Carmen Salinas, entonces todo mundo
explota, aún cuando Hasta en las mejores familias sea caricaturesco y
menos pesado en contenido que el show de Cristina.
J.A.F.: ¿Cuando te encargaron diseñar un
talk show qué pensaste que debías poner en pantalla?
F.W.: Pensé en crear un espectáculo que no incluyera el
protagonismo de los actores de Televisa. Había que hacer un espectáculo
en el que apareciera gente de la calle, y también debía poner
a cuadro a personas que se hicieran habituales para el auditorio pero que no
salieran en ningún otro programa de televisión (como la enana,
las dark queens, los trasvestis, los hombres lobo y demás personajes).
J.A.F.: El programa Hasta en las mejores
familias es todo un circo.
F.W.: Sí es un circo que presenta toda una serie de homenajes
a muchas influencias de la televisión que yo tengo. En primer término,
a Crónicas Marcianas, un programa de Javier Salda y Boris Izaguirre.
Una serie de televisión española que es un clásico del
show nocturno.
También es un homenaje a Jerry Springer, de donde sale la idea de los
escoltas, que yo los pongo atrás y él a los costados. La escenografía
es versacesca. Es una apropiación del programa La Lotería de Rafaella
Carrá, en donde a partir de una lámpara de lágrima construí
toda la escenografía.
Todo lo que yo hago siempre es una mezcla de todas mis referencias. El programa
Hoy no tiene la clásica casa barraganesca ni la hacienda mexicana, me
decidí por un espacio neoyorquino que me permite ganar en planos. La
doble sala es una homenaje o una apropiación al set de People & Arts.
Todo está inventado, lo único que yo hago es apropiarme de ingredientes
y los mezclo. La mezcla es mía. El piano de Hoy es el del maestro del
Show de Susana Jiménez, del que soy un fanático.
El programa Hoy está en normas de lo que es la estética en el
mundo actualmente.
J.A.F.: ¿Ya subió el
rating de Hoy?
F.W.: Está ya en los niveles de 7 puntos que tenía cuando
la empresa decidió darle un cambio. Cuando yo lo tomé se dio el
bajón fuerte, porque la propuesta de contenido era noble pero no fue
aceptada por el público. Quitando el choro instructivo y dedicándonos
al entretenimiento estamos recuperando el rating. Te puedo decir que los únicos
15 minutos en los que hemos logrado un rating mayor a dos dígitos (más
de 10 puntos), fue cuando un reportero entrevistó en la cama a una actriz.
Mañana estaremos con Luz Elena González y un reportero la entrevistará
mientras ella está en la ducha. Seguro subirá el rating.
J.A.F.: ¿Hay fórmulas
seguras para obtener rating en programas como Hoy?
F.W.: Entretenimiento, el circo, reforzar la presencia de comediantes
y evasión.
J.A.F.: ¿Evasión o diversión?
F.W.: Evasión.
J.A.F.: ¿Qué es evasión?
F.W.: Lo que más consume la gente son espejismos.
J.A.F.: ¿Lo mismo es en Hoy que en los talk shows?
F.W.: Son dos cosas distintas. Yo no puedo
desconocer las diferencias que hay entre los canales, el 9 no es lo mismo que
el 2.
El canal 9 es de un entretenimiento más gastado con propuestas menos
novedosas. Retransmiten los programas de Ortíz de Pinedo, César
Costa, El chavo, etc. Va dirigido a un público muy especial. En sentido
general, la hiperrealidad o simulación de realidad que tú puedes
presentar en Hasta en las mejores familias no funciona en el Canal 2 en el horario
de las mañanas.
J.A.F.: ¿Quién ve Hasta
en las mejores familias?
F.W.: Es gente que no está ubicada en los niveles A y B.
J.A.F.: ¿Cómo te explicas
que el público mexicano quiera sólo ver entretenimiento?
F.W.: Pienso que la televisión juega un papel de evasión
y entretenimiento porque la vida para la gran mayoría de la gente es
una cosa bastante seria y dramática, y la televisión les da pequeños
paraísos de evasión. Por eso el público le exige a la televisión
un entretenimiento inmediato sin concesiones.
Las telenovelas tienen éxito porque el público se proyecta en
ellas, vive esas vidas.
No podemos hablar de un sólo público, hay una correspondencia
directa entre capital cultural con los niveles de entretenimiento que se demandan.
Mientras que Hasta en las mejores familias ha llegado a cerrar con 29 puntos
de rating, el canal 22 con la ópera logra un rating de 0.2.
J.A.F.: Califico a los talk shows
como talk shocks en tanto buscan shockear. ¿Coincides?
F.W.: El programa es estridente por la calidad de los protagonistas.
Es ácido y duro. Es una televisión de golpe.
El anonimato de los que aparecen ahí lo hace más dramático.
Los gritos auténticos y las subtramas que se ven indiscutiblemente impactan
y estremecen. Yo decía que era un top show, tú dice que es un
talk shock, yo te diría que yo aspiro a hacer un top shock.
J.A.F.: ¿Crees, como dicen
algunas voces de la sociedad, que estos talk shocks generan violencia?
F.W.: De ninguna manera. Pienso que en el caso concreto de Hasta en las
mejores familias es un sainete en el que no está el cuadro habitual de
actores de Jorge Ortíz de Pinedo. El programa envía una forma
de guiño al público, o como diría Guadalupe Loaeza, hay
una dualidad entre la realidad y la fantasía.
Y esa dualidad se va tejiendo como una trensa que llega a confundir a la gente,
aún cuando tú pongas al hombre lobo, Charles Chaplin, un extraterrestre
y un vampiro detrás de Carmen Salinas.
Con todo, el sentimentalismo del programa crea una sensación única.
Este programa provocó en Estados Unidos un aumento del 20% del rating
en Univisión.
J.A.F.: ¿Cuál es tu
intención de poner al hombre lobo, vampiros y demás personajes
extraños mezclados entre el público, además de los chismosos
(enanos, trasvestis...) que juzgan lo que dicen los panelistas?
F.W.: Los incluí cuando empezaron estas críticas mediáticas
e infantiles de gente que se dedica a los medios y que te das cuenta que son
unos improvisados.
Empezaron a querer investigar si le pagábamos o no a la gente, y si los
invitados eran o no personajes reales.
Se desató una histeria. Esas críticas apuntaban que el problema
era la calidad de los representantes, cuando lo importante es la calidad representada.
Lo único que cuenta es que la representación que tú estás
llevando a la televisión está en la norma de la realidad. Cuando
más fuerte fue la crítica de desprestigio, el rating empezó
a subir.
Las preguntas que se hacían los críticos no coincidían
con las del auditorio.
Los espectadores se decían: esto me ha pasado, esto le pasó a
mi compadre o esto puede que me pase.
Como la crítica decía que lo
importante era que los panelistas eran falsos, entonces fue que puse al hombre
lobo y demás personajes a cuadro. Sabía que el rating subiría
porque la gente no se sentiría defraudada.
Hay que comprender que el entretenimiento es un juego de complicidades z
Mas de lo que dijo Federico Wilkins
- Por supuesto que a los invitados (panelistas) hay que pagarles. No entiendo
por qué la gente se espanta. Me parecería absolutamente inmoral
no pagarles cuando la televisión es una industria absolutamente lucrativa.
¿Cuánto cobra una estrella por una hora de entretenimiento? ¿Crees
que cobren 25 dólares por hora?
- Los críticos se preguntan si los invitados son auténticos. Puedo
decir que hay una mezcla de realidad y fantasía y al púbico le
corresponde decir quién es quién. Yo podría decirte que
todos son falsos, y sin embargo parte de los televidentes me asegurarían
que la madre sí es la madre. En ocasiones habla gente para contar sus
historias y nos dicen que ellos no quieren venir, pero aceptan que las represente
un tercero, y así lo hacemos.
- Incluir a todos esos personajes que crean imágenes irreales y de pesadilla
es un homenaje al programa español Crónica Marcianas.
- Pensé que si el público de un talk show ve la mayor parte del
tiempo de transmisión a la conductora, una buena idea sería colocar
entretenimiento en el fondo (en el back). Cuando empezé a poner prognatas
o tipos con grandes orejas entre el público, la gente se preguntaba si
eran falsos o reales Se dio la confusión. Un día se me ocurrió
quitar al de las orejas. A los dos días unas personas me preguntaron
en la calle por qué ya no salía el de las orejas. Entonces me
di cuenta que había que exagerar la idea y poner a cuadro otros personajes.
Entendí que a la gente le fascinaba la idea.
- Fueron 40 personas las que protestaron afuera de Televisa y de TV Azteca.
¡40 personas! Siempre que hay algo que provoca un estruendo, que aflora
conductas no vistas, aparece alguien que quiere erigirse para decir qué
pueden ver y qué no pueden ver los demás.
- Yo lo que nunca voy a hacer es una televisión que no sea provocativa,
porque cuando he querido darle libros al público los espectadores me
han respondido con un no rotundo.
- Mi ecuación me dice: si hago un programa sobrio como el de Hoy (en
su primera semana) basando el contenido en libros, los críticos guardan
silencio y el público no lo quiere; y cuando realizo una cosa estruendosa
la gente lo ve y los críticos se ponen como locos.
- El canal 2 es el de la familia y el de las estrellas, es muy distinto al 9
que es una estación que te permite tener determinadas licencias. En primer
lugar porque no se ve en todo el país, además de que tiene bajo
presupuesto y está armado con muchas retransmisiones de programas veteranos.
En el 9 se puede jugar más. Es el paraíso de un productor con
imaginación. En el 2 no puedes hacer célebre a un transexual que
se extirpó el pene, porque estás en el canal de la familia.
- En todo lo que yo he hecho en la televisión, el placer más grande
y el único producto que es absolutamente mío es el programa Hasta
en las mejores familias. Es mi clásico. Con este programa permanecerá
mi nombre porque en la serie hay innovación y es un producto único.
Todo lo demás que he producido ha sido la aplicación de métodos
conocidos.
- En este momento el rating del programa Hasta en las mejores familias es casi
igual al de Cosas de la vida, de TV Azteca. Y es que el público demanda
estímulos nuevos. La gente ya se acostumbró al hombre lobo y demás
personajes. Ya no se asombran. El público es voraz. En televisión
lo que hoy es un escándalo mañana provoca aburrimiento.
- En todo lo que yo he hecho en la televisión, el placer más grande
y el único producto que es absolutamente mío es el programa Hasta
en las mejores familias. Yo creo que mi nombre como productor trascenderá
con este programa y no con nada que haya hecho antes. Pienso que la dualidad
entre realidad y fantasía, eta incorporación de personajes, el
homenaje a la llucha libre (que también está en el programa).
Y sé que con este programa permanecerá mi nombre porque en la
serie hay innovación y es un producto único. Todo lo demás
que he hecho ha sido la aplicación de métodos conocidos. Mi clásico
es Hasta en las mejores familias, porque Ciudad Desnuda y Duro y directo eran
una adaptación de Primer Impacto.
- Si por algo me van a recordar como productor es por la serie Hasta en las
mejores familias. Estoy plenamente orgulloso. El programa rescata lo mejor del
teatro vernáculo, de Medel, de Vitola y de Carmen Salinas.
- El programa Hasta en las mejores familias desprecia la falsa moral de los
programas que dan consejos. No es posible que un siquiatra dé un dictámen
en 5 minutos sobre un desconocido. Nosotros invitamos a sicólogos, tenemos
una actitud más cívica, por eso los que opinan se llaman metiches
y no son jurados serios. Yo rechazo esos coonsejos serios. Es de un cinismo
y de una hipocresía grande el pretender que un siquiatra haga un dianóstico.
¿Cómo pensar que una persona va a tomar la decisión de
su vida en un programa de televisión?
- Cantinflas ya ha sido reconocido por la Academia de la Lengua. Carmen Salinas
tien una visión desenfada de la realidad. A ella la pueden ver desde
un balcón con smoking, o en la tercera fila o desde el tercer piso, lo
interesante es que es capaz de entretener a cualquier tipo de gente. Tiene un
sentido extraordinario de lo latino.
- Además es una burla, un rechazo, una imitación y una caricatura
de los talk shows.
- El que se sienta como invitado en un talk show sabe a lo que va.
- En la televisión hay canales, horarios y públicos, y es necesario
entender en dónde está uno parado.
- Quiero darle a la televisión emociones intensas y breves, colores,
evasión (en sentido general, un paraíso de desconecte del hombre
con sus angustias diarias).
- El gran mérito extraordinario de Hasta en las mejores familias es cómo
esas personas que están extraídas de la realidad y que tú
les llamas en calidad de actores, son capaces de tejer en vivo unas subtramas
que escapan a los conceptos de la producción. Cuando los invitados empiezan
con las subtramas, se crea un ejercicio intelectual extraordinario que supera
a cualquier taller de guionismo que tú quieras tener. La capacidad y
habilidad que ellos tiene cuando emmpiezan a lanzar sus yo y a entretejerlos
unos con otros no tienen madre. Hay muchos que son reales.
- Los invitados se dan cuenta de que están inventando toda una obra de
teatro. Nunca han conocido a Stanislavski ni a Shakespeare, pero su representación
es extraordinaria, mantienen al público practicamente bajo hipnósis.
Les damos tips, claves y detonantes a los invitados para que se comporten de
una cierta manera en el foro. Pero hay un momento en el que los invitados toman
el show en sus manos y en ese instante ni el productor, ni el director ni la
conductora los puede hacer regresar. Ellos toman el show y lo llevan hasta donde
les da la gana. Sucede todos los días.
- Hoy quiero que la gente encuentre cuáles son falsos y cuáles
verdaderos. Y yo te preguntaría, qué tan falsos son los falsos.
- Hasta en las mejores familias tiene valores. Yo jamás permito que se
subrayen trammas de incesto. Se rechaza el aborto como método anticonceptivo
y el suicido como una opción. Y el programa a través de Carmen
Salinas transmite muchos valores como el respeto a la madre, la veneración
del hogar, el rechazo a la traición, el castigo para lo infieles, y el
valor del perdón y la reconciliación familiar. El programa puede
pasar muchos exámenes de contenido y el programa califica perfectamente
porque reafirma valores familiares tradicionales.
- En la sociedad de hoy cualquiera puede estar en la cubeta del escándalo.
- La censura se puede dar hoy por el sentido común y por la coiedad.
Me queda claro, por ejemplo, que la televisión abierta no debe transmitir
escenas pornográficas. La televisión de be darle voz a todos llos
implicados. Quien sea atacado debe tener el derecho de defender en ese mismo
instante. La televisión es muy complicada, puede destruir la vida de
cualquier persona inocente.
- Creo que Hasta en las mejores familias tendrá una vida corta.
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